ESCRIBE JORGE CROSA
En muy pocas horas, el Comité de Arbitrajes de la FIFA, cambió el juez del partido entre Uruguay y Ghana.
Lo que escribimos sobre la irregular situación de los árbitros ingleses, estamos satisfechos, me incluyo, juntamente, con una enorme masa de uruguayos que estaban notoriamente preocupados por la absurda designación del inglés Webbe, en conocimiento de los hechos de notoriedad.
Parecía una burla. Tanto que Villar, de España, fue el único que dijo que no se cambiaba y a otra cosa. Se equivocó y venció la urgente y positiva gestión de Sebastián Bauzá, junto a Eugenio Figueredo y Julio Grondona.
Es que, realmente, parecía una incongruencia total que dirigiera un inglés.
Se hicieron las gestiones que, urgentemente reclamaba el sentido común y la FIFA, no tuvo otra opción que cambiar la terna. Olegario Benquerença será el juez, de Portugal, con Cardinal y Miranda en las bandas.
Como periodista me rebelé contra la acción anterior y me hizo recordar aquel Campeonato del Mundo, en Inglaterra, en 1966, que, tanto Uruguay como Argentina, prácticamente, “los degollaron” antes de entrar con una artera y sucia jugada técnico arbitral.
El artículo anterior, explica todo lo que pasó, de allí que no lo reitere.
Pero ésta victoria política hay que destacarla como se merece porque ahora, sea cual sea el resultado del trascendente juego, lo que se pidió, se logró.
Cosa muy difícil en estos tiempos y mucho menos con los sudamericanos.
Por eso, nuestra congratulación y saludo al Presidente de la AUF, Sebastián Bauzá y naturalmente a quienes, en ésta oportunidad lo acompañaron, como Figueredo y Grondona.
Nada de qué quejarse. Un planteo justo, el momento debido y una respuesta satisfactoria de la FIFA y su Comité de Arbitrajes.
Con absoluta honestidad, jamás pensamos, en el orden personal, que se modificara la situación tal cual estaba presentada.
Sin embargo, la gestión de Bauzá, con Figueredo y Grondona tuvo un éxito inesperado, por lo menos, para nosotros.
No es sencillo, para quien conoce los entretelones de la FIFA, que éstas modificaciones se den de un día para el otro. Sin embargo, sucedió lo impensado.
Un triunfo de escritorio para felicitar y recordar, sin ninguna duda.
Ahora, muchachos, manda la cancha.
Y a jugarse enteros. Como siempre, claro.