jueves, 25 de febrero de 2010

CORAJE, VALENTIA Y CORAZON ...


Escribe JORGE CROSA

Así era antes. Los “peñaroles y los nacionales” de las Copas Libertadores de América, jugaban de esa manera, como lo hizo Racing frente a Corinthians. Sin arrugar, sin sentir el impacto de tener enfrente “monstruos” como Ronaldo, excedido en peso, pero crack completo, o Roberto Carlos y esos nombres de un equipo grande del Brasil. Y se le hizo partido. Coraje para bancar con diez, valentía para no dejarse pasar por arriba y aplicación táctica a la perfección de los muchachos con el “ teodolito” ( instrumento utilizado por los profesionales de la ingeniería ) imaginario del Ingeniero Verzeri, para medir su chance ante el promocionado equipo local.

EL PIÑAZO DE ENTRADA …

Cuando recién te saludás con el rival, das un paso atrás y éste te coloca un golpe de KO, sin siquiera respirar, ahí te das cuenta que estás en el suelo y contando …

Eso le pasó a Corinthians. Cauteruccio, como quien no quiere la cosa, le metió el golpe que empezó a derribar ilusiones, cohetes, gritos, sonrisas y demás “accesorios” en el Pacaembú. Sorpresa. No temor, pero precaución con éstos uruguayos, habrá pensado Menezes de inmediato. ¿ Qué es esto?, le preguntó un dirigente a otro, lo intuyo, claro.

LUEGO, TOMATE LA PRESION

Porque, claro, ganar en Brasil, como los grandes de aquellas épocas (no tan lejanas, se vislumbran aún, por supuesto) es notable. Es fantástico. Pero, el grupo que “la hace chiquita así”, como los brasileños, no se dejan estar. Y apareció Elías y adentro. Un empate que fue largo, tanto que tuvieron que echar, cuando no, Don Orosco, a Darío Flores, para ver si el Corinthians ganaba. Y ganó.

La presión de las jugadas lentas, retenidas, Racing esperando el golpe, bien paradito, técnicamente impecable, pero once contra diez, los del Norte la saben aprovechar. Y entró. Faltando 20 nomás, pero la metió Elías de nuevo.

CORAJE, VALENTIA Y CORAZON …

Eso fue lo que demostró Racing. Siguen existiendo estas virtudes en nuestros jugadores, gracias a Dios. Y pusieron todo. Coraje para soportar el asedio y que la diferencia no fuera mayor. Valentía para armarse y de repente en un contragolpe asustar, por lo menos y corazón para salir, hasta con un gesto de sobriedad, de tranquilidad de un estadio que no festejó “ a lo loco”, tipo brasileño, porque no tuvo ningún porqué.

Racing, ese “Yuyito” (nombre desde que se creó el club) mostró que es posible, que los Contreras, Brasesco, Hernández, Pallas, Tejera, Vega, el Vasquito Ostolaza, Flores, Mirabaje, Cauteruccio, Quiñones, Keosseián, López, Barrientos y el Ingeniero Verzeri existen y dejaron un ejemplo de temple y vergüenza en Pacaembú. Algo inesperado para un benjamín, para un debutante absoluto en estas lides internacionales.

Pero se pudo y se puede.

NO SE APAGA LA LLAMA

Todo importa, claro. Lo que aquí pase, pero así sea un saldo negativo, hay algo en el futbolista uruguayo, netamente criollo, que lo destaca, que surge y lo demuestra “por las que duelen” y en el exterior y ante un grande de verdad.

Esa experiencia de clase y jerarquía a Racing no se la saca nadie. La ganó, a pesar de caer, por corajudo y metedor. Por capaz y técnico. Por no entregarse y saber conducirse sin importarle la fama del adversario.

Eso es propio de aquellos uruguayos ganadores de todo, como los “nacionales y peñaroles” y ya veo que no se apaga la llama de la calidad y clase del futbolista uruguayo.

EL “BOTIJA RACING EN LA ESTACION TOTAL …”

Y bueno Ingeniero, será cuestión de ajustar el “teodolito” para llevar a este “Botija Racing” a una “Estación Total”, ese elemento que usted conoce bien y que es la última palabra en su profesión. Viene a ser un aparato sofisticado de medición de última generación.

Pero eso será otro capítulo de la obra. Lo que se empezó a construir en Brasil, ante fenómenos como los Ronaldo, Roberto Carlos, Chicao, Elías y demás, es altamente positivo y alentador.

Una presentación que dignificó al fútbol uruguayo.

lunes, 22 de febrero de 2010

EN EL "TUNEL DE LOS PASOS PERDIDOS ..."


Escribe JORGE CROSA

Una sonrisa. Un amague de alegría, quizás. Algo para descomprimir el tema duro del fútbol, que siempre se le toma “a morir”. Gesto adusto, que no quiere significar seriedad, vale la aclaración, pero intentar un movimiento del ánimo que nos produzca alborozo, acaso hilaridad y ¿por qué no? , una cuota de buen humor a éste deporte que nos concentra a fondo todos los partidos, que nos hace poner furiosos, que enemista (vaya que sí) a protagonistas y agonistas, a jugadores entre sí, a técnicos, a periodistas, a la gente, a ese público “encantador” cuando ganás y enemigo total si perdés …

Aflojar las tensiones, a ver, intentémoslo, de lo contrario no vamos nunca a saber si es posible sonreír, “de éste lado del fútbol”, desde la computadora ( antes añorada máquina de escribir … con sus defectos y cambio de cinta y el enchastre cada vez que había que cambiarla, en fin… tiempo ha …) veamos, amigas y amigos “navegadores” …

EL FUTBOL URUGUAYO: VIVIR AL LIMITE ( los que saben dicen que es un drama bélico … y bua … la pelotita del fin de semana, por lo menos, “los emparda”, ¿o no?. Todos, hasta nosotros nos metemos en el “drama” de teclear, de pensar (de eso se trata) y de transmitir lo mejor de nosotros que no será mucho, pero es. Y los protagonistas, los directores técnicos, los dirigentes, ¡por Dios!, cada sesión después de una derrota es un parto indeseado, una especie de calvario interminable. Miradas desafiantes como indicando, ¿te dije, no, que con éste técnico no le ganamos a nadie, no?, las peleas internas que se niegan a la prensa, los “malos entendidos” de los vestuarios, ¡hubo gritos!, dijo un periodista. “Se armó”, dijo el otro. Salen los jugadores. El taconeo clásico, las cabezas bajas, los ojos mirando el piso, indefectiblemente, sólo el piso, eluden micrófonos, cámaras, grabadores, caramelos, golosinas y demás accesorios. En realidad hubo un fortísimo cambio de ideas y fulano casi llega a …. Casi. Pero no pasa nada. ¡Arriba che, los pasamo’por arriba, cara…! Y van los muchachos, medios calentitos, pero van. Detrás, a los minutos, salen dos dirigentes discutiendo. Vestuaristas al firme, tipo un grande como Américo Signorelli, amigo del alma y trata de preguntar. Trata … evasivas. ¿ Problemas?, “ No, de ninguna manera, unas informaciones nomás”.

Al otro día en los diarios, títulos: “ Renunció antes del partido el técnico de ….” . (decime que no es así Américo …eh, pero es así, ¿ verdad?), en todas partes del planeta de la globa es así. Y después el enojo del mandamás de la transmisión que increpa: “ Ché, cómo es el asunto, vos no te enterás de nada, hermano? “ . (Decime que no es así, Américo …)

Todo se oculta … pero hay filtraciones. Sonrisitas (son las peores), gestos de “yo no fui” o “ no tengo nada que ver”, abundan por esos pasillos del eco de los tapones. ¿ O no, Vanrell (época de la 12 con el Nene Víctor Hugo y una yunta imperdible, para jugarse todos los boletos que noticias con Américo y Juan María, salían o salían), pero, claro, los periodistas de hoy también cabalgan el mismo potro feroz de la desinformación, no hay quien lo dome, pero lo montan igual.

Y si decís y no pasa nada llega el …” pero, ¿ qué pavada dijiste, quien te dio manija?.

Esos pagos de los silencios cómplices, ese túnel que encierra misterios y paredes en donde rebotan las broncas y las piñas que se llevan antes y después. Ni otra época, ni otro lugar. Siempre será así. Es la cocina, es donde se le pone el caldo a la olla y se revuelve hasta que quede “al dente” y te rompen “los dentes” (sin i …).

Los vestuarios. ¿ Se puede? No. ¿ No ve que vamos a jugar, señor?. Perdón. ¿ Juega esteee …? “ No sé, ya lo va a ver …”. De buenas maneras, claro o de repente un “ dejá trabajar, muchacho …”.

“Das” un equipo y sale otro. Pero la p….. y perdiste. Como informador marchaste. Te “comés” el ¿ que hacé’ridículo?, ¿así que jugaba …..jajaja…

Porque todo en un vestuario es así. Como el “Salón de los pasos perdidos del Palacio Legislativo”, en donde senadores y diputados “caminan sus ideas”, sus dudas, sus planteamientos, sus próximos discursos y respuestas a las acusaciones.

Los vestuarios asimilan esa nominación. Se habla poco. Se piensa mucho. Rostros serios, pasos firmes, todo antes de comenzar. Sólo el taconeo de los tapones rebota en las paredes y se mete en los auriculares. Nadie o pocos murmuran … nada, allí van, en los vestuarios “de los pasos perdidos …”

Escribo de otras épocas, claro, Américo Signorelli, Juan María Vanrell, en CX 12 Radio Oriental, por allá, en los años ’70 (¿ te acordás, hermano ….?), me “canta” el Tarta Vanrell que no me olvide de Eduardo Freda, sí, Freda, el famoso Pilán pa’ los más chiquitos y gran tanguero … “pues te lo dice tu amigo Pilán” con un vaso de leche en la mano y guante blanco. Carlitos Penino en La Voz del Aire, CX 24, Julio Toyos con el “Móvil del aire” de Radio Montecarlo ….

Ellos transitaron ése “Túnel de los pasos perdidos ….” O Salón, al simil de los pensamientos, ideas, del “que voy a hacer ahora …” Y como hablo de amigos, aunque es de muchos años después, no lo voy a dejar de mencionar, con el aprecio que le tengo a Daniel Banchero, en aquel momento de Radio Carve. Y todos los de hoy, el saludo afectuoso de quien también compartió, como quien escribe , esos momentos de incertidumbre y expectativas en Radio Sport, con Lalo y Semino al frente.

Acaso, una evocación que termina en un cálido homenaje a esos periodistas que la “yugaron” brava en los tiempos de los cables, cuando éstos por más que los estiraban no llegaban al jugador o entrevistado o se te cortaba, en fin, eso, el fútbol también tiene este lado emotivo del periodismo, productor de novedades, creador de inquietudes, portador de emociones …

En el “túnel de los pasos perdidos …”

viernes, 19 de febrero de 2010

EL ERROR


Escribe JORGE CROSA

El error es creer que somos unos “cracks”. ¿No le ha pasado, alguna vez, escuchar una conversación de este tipo, en cualquier lugar, oficio, trabajo o profesión?

Los montevideanos ( algunos miles …) “las saben todas”. Conocen el final de la obra, sin haberla visto. “Dominan” ampliamente el panorama, aunque no sepan nada de nada. Igualmente, “este tipo” de uruguayez anda en la vuelta. Los que la “saben lunga …”. ¿ Fulano? Ja … “Es un fenómeno, de lo que le hablés, el hombre conoce y … son años”.

Y uno, que va creciendo con ese cuento, si lo toma desprevenido, por ahí les cree y todo.

Es una gran mentira. Ese tipo de gente (algo hay que llamarle) ostentan el raro poder de la “viveza criolla”. Son “honoris causa” en la tan distinguida acción de vida.

Y como son “vivos”, en distintas áreas, hay quienes les hacen caso y así les va. Otros, con mayor mesura y criterio, optan por pensar, que no es mala cosa, uruguayos.

Porque si no pensamos un poquito, nos pasan cosas desagradables.

Veamos los ejemplos deportivos. Lo que nos ha costado llegar a los mundiales es uno de ellos. La ausencia a varios es la galería de desaciertos, por creernos que “’ta todo bien y pasa nada”.

El error. Nunca reparamos en él. He visto en el correr del tiempo, dirigentes que saben todo, que dominan todo y que, incluso, adivinan todo. Entonces …¿Cuál es el motivo que nos vaya mal en innumerables decisiones y no le hablo de ahora, sino de los tiempos del deporte y especialmente del fútbol uruguayo?

Los desencuentros entre la Mutual y la AUF, no se han solucionado. El tema de los salarios, de la liquidación en fecha cada vez que se inicia la actividad, es una constante invariable que lleva muchísimos años y no tiene solución. Siempre se amenaza con no empezar. Después, a fórceps, arrancan. Pero con dudas, con promesas que, acaso no se cumplan nunca, pero once contra once y pelota al medio.

Y están los “vivos” que arreglan todo. Eso sí. Infaltables personajes, tipo comics, que se dan cita para la nota, la foto, la cámara y declaraciones sesudas, digamos, como si supieran.

Hay de todo “en la viña del Señor”, claro está. Menos mal que los jugadores se clasificaron para Sudáfrica.

Recuerdo cuando el mundial se jugó aquí enfrente de nuestro “país esquina”, en Argentina, nomás y lo miramos por TV, o lo escuchamos …

En ese momento, como en todos los momentos de desgracia deportiva, los que “saben todo”, no opinan, ni intervienen y si lo hacen, dicen algo así, por el estilo: “ Si hubieran hecho lo que YO dije, estábamos en el mundial”, en un alarde de sapiencia y jurisprudencia sobre el tema que alarma. Eso sí, “saben todo” … después.

¿Conoce algún personaje con estas características, no lo ha visto por ahí, en algún lado, figurando …?

¿De quien está escribiendo este hombre?, pensará el lector. Es lo que menos interesa, según Ionesco en su Teatro del Absurdo. El que se la crea, vivirá en ese mundo ridículo y obsesivo del “¿me viste, escuchaste lo que dije?”, como un principio fundamental de vida propagandística que no transmite absolutamente, pero figura. Eso sí. Figura donde sea y como sea. Ese tipo de gente – en todas las áreas – son incapaces de comunicarse con otras, aunque hablen o escriban el día entero. Al “ridículo” nuestra gente lo reconoce. Joven o veterano, no es problema de edades la falta de sentido de la condición transmisora y humana.

De esos personajes que las “saben todas” y que están en cualquier trabajo …¿qué, pensó solamente en los medios?. No, en cualquier actividad, ya se lo dijimos, en toda profesión hay un “sabelotodo”. Y así vamos …

Para los que “saben todo”, piensen siempre que hay gente como uno, que no sabe tanto, claro está, pero que observa hasta donde se puede llegar siendo un “correveidile”.

En fin, reflexiones al pasar, sobre un tema bien de montevideanos, “los vivos, los que la saben todas …”

El “Yo solitario” de estos personajes, según Samuel Beckett, otro fenómeno en ésta “especialidad”, los deja reducidos a la nada, porque lo que dicen no tiene fundamento, ni sostén, sólo sirve para la “gastada” o la broma generalizada. Son graciosos y la gente los toma como tal, aunque sus dichos, alcancen grados de altísima seriedad. Esto es, son absurdos.

Cualquier personaje que el lector se le ocurra haya visto, o escuchado o leído, o bien, conocerlo en la tarea que se desempeñe en este mundo, es absolutamente creíble que tenga relación con éste “teatro del absurdo” propuesto por Ionesco y Beckett. Lo dicho, son graciosos (y algunos tienen años, eh …) pero vale la pena esa situación cómica (desde lo serio de un caso), cuando es analizada por algunos de estos “actores de tapa”.

Es que la sátira misma demuestra la ausencia y la falta de sentido del hombre en consideración.

Si se le ocurre alguien en particular en nuestro “pago chico”, tiene total libertad de “sospechar” sobre éstos personajes de ficción, que, justamente no cuentan con el apoyo de la gente, del espectador, digamos, sin el cual es imposible el éxito o la repercusión de una obra o de sus pensamientos.

De lo que puede estar seguro es que no será “pura coincidencia”. Allí están, salen a escena una vez más. Bien, ahora depende de usted y solamente de usted. Advertencia: como el humo del tabaco, son perjudiciales para la salud.

Y el inocente error de creerles, es de su propia responsabilidad.

domingo, 14 de febrero de 2010

GRACIAS, QUERIDO "PROFE ..."


Escribe JORGE CROSA

Murió “mi Profe”. El notable amigo de mi infancia deportiva en la Sociedad de Gimnasia L’Avenir, el queridísimo Profesor José Ricardo De León.

Es durísimo para mí, que fui su alumno durante nada menos que 18 años consecutivos, tratar de explicar lo que significó para el Uruguay, para los gurises de mi época, para los jugadores de fútbol, después, el Profe De León, hasta su consagración, por sus ideas, por sus conceptos, por su perseverancia, por sus dotes de capaz, inteligente y emprendedor, valiente y decidido, ser el campeón de todo, junto a su Defensor querido, allá, en el viejo Franzini, con la bajada hacia la playa Ramírez aún, en un juego que cerró toda una campaña magnífica, plena de convicciones y de valor humano y futbolístico.

De León fue, además, mi consejero juvenil, en tiempos del ¿qué hacer, Profe?, cuando uno va saliendo de la casa y se mete en el mundo de la calle, ese mundo que nos enseña a vivir, a perder y ganar, a sufrir y reír, el mundo de la calle que tantas veces De León me dijo cómo caminarlo, al igual que mi padre. “Esto es así, Crosita, no tiene otra vuelta …” eran sus sentencias cuasi proféticas. Y siempre, al igual que mi papá, tenían razón.

El “Profe” De León, para el futbolista uruguayo representó otra cosa, claro está. Campeón con Defensor, dando vuelta toda la historia, “porque todo se puede, todo …”, son palabras del Profe. La hazaña inigualada, hoy, de salir Campeón Uruguayo del 1976 con unos fenómenos que derribaron los mitos de Peñarol y Nacional. Todo dicho.

El “Profe” que nos enseñó qué eran los principios éticos y morales del deporte, que nos mostró para qué el hombre tiene y debe ser un gimnasta, siempre, incluso, fuera del gimnasio. En la vida misma.

Los saltos en plinto, las paralelas, la gimnasia a mano libre, las anillas, la barra fija, la preparación para los Juegos Sudamericanos para L’Avenir, me los enseñó con propiedad, junto al grande de Salvador Mauad y el Profesor Joachim en el club de la calle Maldonado, donde, prácticamente, nací y me crié luego, en los campos de más abajo, en la cancha del Power, en José María Roo y la Rambla, en donde había que entrar en el sótano de Paraguay. Luego el Montevideo Sur, en la esquina de los Molfino, el boliche de Maldonado y Paraguay, frente a la Tintorería Biere.

Estos recuerdos, hasta llegar a jugar en la cancha del Palermo, allá, pegadita al club Atenas, donde nos hicimos amigos de todos los muchachos, incluyendo al fenómeno de Manolo Gadea, crack entre los cracks. Todos esos recuerdos vienen a la memoria.

José Carlos Domínguez, sí, el de Peñarol, amigo de toda la vida, también en la clase, Cambón, Treñer, Piuma, botijas todos bajo la batuta del Profe.

Siempre el consejo, nunca la duda. “No hay que dudar jamás, che …”, otras de las frases que rescato. El respaldo de un “segundo padre”, los consejos “al pie de la vaca”, la palabra justita, nada de “verso”, - Esto se puede hacer, hacélo, muchacho …” y uno le metía el lomo de gurí y lo hacía. Mal, bien o regular, pero lo hacía.

L’Avenir significó para De León su casa. Para mí también. Allí arrancó mi vida de chiquilín, de deportista y de hombre al fin, con novia y todo. Zulma, mi esposa, la mamá de Jorge Alejandro y Guillermo, los pibes, el grande de Alejandro Pérez May, ( papá de Zulma) el Turquito, campeón sudamericano de casín, custodia fiel del club que presidía durante tanto tiempo, el querido tío, Elbio Carlos Pezzatti y Rasent, presidente, incluso, de la Comisión Nacional de Educación Física.

Y siempre al pie del gimnasio, el Profe. “Dirigí vos … a ver si aprendiste algo”, me decía. Y uno se hacía cargo de la clase de 40, por lo menos, pibes, al igual que yo y me sentía “Gardel”.

Pasó el tiempo, el Profe fue al fútbol y fue el mejor, sin dudarlo un segundo. Cambió la historia. Defensor Campeón.

Nosotros, seguimos en el deporte, pero nos tiró más el laburo de mi padre y de mi abuelo, el periodismo. Y nos tocó “hacerle una nota”. Paradoja de un destino que uno no sabe jamás los “por qué”. Y allí, en Radio Sport, la vieja y querida Radio Sport, de Soriano y Yaguarón, junto a CX 14 El Espectador, antes en 18, frente a la Intendencia, lo seguimos a paso apurado, cuando ganó un clásico estupendo y se fue subiendo la escalera entre la Colombes y la Tribuna Olímpica, saliendo como cualquiera, para después seguir su camino atravesando la cancha de Miramar Misiones.

Así era el Profesor De León. Convencido de lo suyo. Capaz de cualquier hazaña. Y lo demostró. Y toda mi familia lo quiso como un integrante más. Lo “asociamos” al clan de los Crosa. Se reía cuando le decíamos esto. “Usted es uno de los nuestros, Profe, vamo’arriba”.

Y ahora, mirá vos, me encuentra escribiendo esto, con la bronca de los ojos húmedos, con la garganta reventando de algo que te hace tragar saliva a cada rato.

“Murió el Profe”, me dijo, en encuentro casual, Emiliano Salomón, el hijo del Quico, de quien somos amigos, de los dos. Uno que le tira el periodismo, el otro ya fue crack, como el Quico.

Y me quedé vacío … repentinamente hueco. Sin nada que decir, ni que pensar, hasta llegar a casa y escribir como pa’decir algo más del gran Profesor de mi vida deportiva, de mi formador como gimnasta y al igual que mi padre, de mi vida como hombre.

Los recuerdos son fugaces, pero serán eternos. “Levante la cabeza, derecha la espalda, estire bien, señor, estire, corrija la posición, ‘ta jorobado muchacho …”, instrucciones claritas.

Después, junto al Coco Caballero, me llevó al ring. Me divertí, más bien. Pero el “Profe”siempre al lado, en aquel L’Avenir de recuerdos extraordinarios, que formaron nuestras vidas, la del Profe y la de todos los muchachos que hoy, seguramente, lo recordarán.

Y …¿ sabe una cosa, mi amigo?. No. Para mí no murió el Profe, porque no podía y no debía hacerlo. Al igual que mi viejo y mi abuelo o el Tito. Ellos no se mueren.

Se alejan, nomás, a ver cómo “se las arregla uno”, con las enseñanzas que nos dejaron.

Eso. El “Profe De León” se alejó.

‘Te tranquilo que lo voy a imitar y me las voy arreglar, Profe”. Si uno llora, ahora, por ejemplo, no es de maula, es porque te desgarran los recuerdos, ¿sabe?

Gracias por haberme enseñado disciplina, conducta y respeto, además del deporte, No le he defraudado, ni lo haré. Gracias, querido “Profe”.

martes, 2 de febrero de 2010

CORTE DE TRANSMISION

Escribe JORGE CROSA

Siempre consideré que la ida de un técnico, en el fútbol, o en cualquier deporte colectivo, donde se dirige a mucha gente, es como un corte de transmisión en una radio o en cualquier medio de comunicación. En televisión deja de verse la imagen, en radio no hay audio, en los diarios, no se imprime, en los medios digitales el “fantasma” técnico no permite la publicación.

Es que eso es lo que sucede con un orientador. En este caso, Ferrín. Los mismos jugadores, similares esperanzas de buen juego y sin embargo, dos derrotas consecutivas que derriban a cualquiera. Atenas de San Carlos y Danubio, sentenciaron su despedida.

Y es por falta de comunicación ese “corte de transmisión”. El adiestrador dice lo mismo, los jugadores lo saben, trabajan casi igual, pero distinto. Hay algo que no funciona y es la relación. Quiérase o no, es eso. Sale de allí el problema. O con los jugadores, que ese tema es insolucionable, o con los dirigentes, que tiene algún vaivén. Pero se inicia una etapa de deterioro que culmina en el adiós.

“No juega igual el equipo”. ¿ Qué pasa si tiene todo?. El desgaste, acaso, la ausencia de motivación, es otra causa, el aburrimiento inesperado (cosa que no se dice pero se siente en un vestuario), las charlas no son las mismas, se cuestiona todo y lo más grave, no se habla, no hay intercambio de ideas. Eso es vital. Desde allí en adelante, todo empieza a terminarse.

Es la vida de los técnicos y su contacto con los futbolistas. Es el citado “corte de transmisión”. Se pueden decir las mismas cosas, los planteamientos de juego, la táctica, la estrategia, pero … algo falla. La palabra del técnico ya no llega, los oídos de los protagonistas sufren momentáneamente de hipoacusia y es el comienzo del fin.

Se habla y no se escucha. “Las cosas no salen”, es la frase recurrente. “No hay conexión entre el DT y sus dirigidos”. Entonces, es un supermercado sin góndolas. No existe, simplemente. Debe cerrar.

Y Ferrín cerró. Informó, como tantos técnicos, su decisión. La estaban esperando. Sin embargo, el renunciante expresó: “No sé, de entrada me pareció que algo no iba a funcionar y no lo hablé”. Ya no hay tiempo.

Lo dicho, quizás Ferrín no lo percibió pero, en algún momento, “se cortó la transmisión”. De él con la Directiva, o con los jugadores o vaya a saber el porqué. Pero “se cortó la transmisión”.

No se escucha, no se ve … es el final.

Esta es la historia de cientos de técnicos en todo el mundo. En cualquier deporte. Sin ir muy lejos, en la vida mismo, en cualquier relación, función o tarea, también “se corta la transmisión”. Algunas tienen explicación, otras no.

Quizás, en los versos del “Negro Cele” (Celedonio Flores), encontremos respuesta, o no, a estos encontronazos del diario vivir:

“En la timba de la vida me planté con siete y medio

Siendo la única parada de la vida que acerté

Yo ya estaba en la pendiente de la ruina, sin remedio,

Pero un día dije planto y ese día, me planté”.

Es la apuesta de creer en uno.

La única válida.