Homenaje Celeste
Como si fueran los auténticos campeones, Uruguay recibió este martes al equipo Celeste que quedó cuarto en la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 pero que logró despertar el orgullo y reverdecer los históricos laureles futbolísticos de la nación sudamericana.
Decenas de miles de personas acompañaron a los jugadores en su recorrido festivo por las calles de Montevideo, mientras otras tantas aguardaron durante horas pese las gélidas temperaturas al homenaje realizado a los héroes de Sudáfrica, flameando incontables banderas blancas y celestes y coreando el nombre de su pequeño país de apenas 3,3 millones de habitantes.
Este homenaje, en el que los jugadores y el cuerpo técnico recibieron medallas de reconocimiento de manos del presidente, José Mujica, fue el colofón a un mes de constantes celebraciones en el país al calor del éxito futbolístico de su selección, que poco a poco transformó el habitual carácter mesurado de los orientales en una desbordada alegría por el trabajo bien hecho y por el orgullo recuperado.
Ante sus enfervorecidos seguidores, muy jóvenes en su inmensa mayoría, los jugadores fueron recibidos por el presidente Mujica, quien en un improvisado discurso les agradeció su actuación.
"Nos han dado una cuota de coraje y juventud. En nombre de todo Uruguay, esto es de ustedes. Esto se lo ganaron. No sólo son guapos, sino también valientes. Nos dieron la esperanza de soñar. Gracias en nombre de todo el pueblo uruguayo", exclamó el presidente.
Antes, en su habitual alocución radial, el gobernante señaló que la Celeste ha demostrado que es posible cambiar la vieja mentalidad uruguaya del "no se puede", incubada en las décadas transcurridas desde que logró sus dos únicos campeonatos mundiales, en 1930 y 1950, por la del "sí se puede".
Mujica justificó el éxito del equipo de Oscar Washington Tabárez por su capacidad de "construir esfuerzos colectivos" y "volver a empezar y levantarse" siempre que ha tenido dificultades.
"Este es el mayor legado de este sueño celeste que algún día empezó, que va a continuar, a pesar de que apenas somos tres millones en una esquinita de América del Sur", apuntó el gobernante.
Todos los oradores que participaron en el homenaje, realizado frente a la sede del Parlamento, destacaron el esfuerzo y la humildad del cuadro charrúa, así como su carisma como grupo para despertar la ilusión de todo el país.
Según dijo el ministro uruguayo de Turismo y Deportes, Héctor Lescano, este equipo, además de ser "un gran orgullo", ha despertado "la alegría y la autoestima" de un país que "hacía mucho tiempo que no tenía un éxito deportivo".
Todos los jugadores que subieron al escenario se mostraron muy satisfechos por haber hecho feliz a su pueblo y por las enormes muestras de agradecimiento recibidas desde que el lunes por la noche aterrizaran en Montevideo, mientras la multitud los jaleaba y aplaudía, algunos de ellos incluso encaramados a la cima de los árboles.
Uno de los más ovacionados fue, como no podía ser de otro modo, el delantero Diego Forlán, elegido Balón de Oro adidas como el mejor jugador del torneo, quien afirmó que "jamás" imaginó un recibimiento como los uruguayos le dispensaron a él y a sus compañeros para celebrar el cuarto puesto en el campeonato.
"Esto era impensable el día en que nos fuimos, en un país tan rico de historia como es el uruguayo lograr unir a todo el país en una fiesta tan grande como esta es algo increíble", dijo Forlán.
En su discurso, el jugador del Atlético de Madrid pidió a sus compatriotas, especialmente a los niños y a los jóvenes, que no olviden que aunque Uruguay es "un país tan chico, hay mucha gente, muchos profesionales, abogados, doctores, empleados, empresarios que a nivel mundial están en los primeros lugares, y el fútbol también. Así que a creer en nosotros y disfrutar de este momento".