lunes, 23 de febrero de 2009

"ACERQUESE AL FOGON ..."

Escribe JORGE CROSA

Pasaron 26 años, nada menos que 26 años, para que Nacional volviese a ganar rotundamente por 3 a 0, justo al mismo rival, su homónimo del Paraguay.
Un triunfo perfecto, intachable, con chicos como Fernández, Lodeiro y García, además de sus compañeros, mostrando un juego vistoso y ganador como hace mucho tiempo no se ve en Nacional.
Sin embargo, por lo menos es lo que yo ví o lo que sentí, no hubo una gran repercusión en el medio. Pensarán, digamos, ¿Qué se van a agrandar los botijas?. No creo.
Más bien pasa por el temor de decir las cosas como son, porque fueron tan bien hechas que, acaso, no lo creeemos.
Nacional jugó notable. Y no me vengan con que el rival es de cuarta, porque ese verso, cada vez que un equipo uruguayo le gana a otro, ese otro siempre es horrible.
No. No es así. Es el mismo conjunto paraguayo que venía de hacer una buena perfomance en Buenos Aires contra River Plate, con un gol sumamente discutido de los millonarios.
Ahora si nosotros no estamos dispuestos a aceptar el progreso observado en el grupo tricolor y lentamente en otros jugadores y equipos, eso es otra cosa.
Si seguimos tirando de la cola, si continuamos con el palito en la rueda, con que la culpa la tiene fulano, que la crisis es espantosa y mezclamos los tantos, entonces, no hay vaina que nos venga bien, por no recordar lo burdo de la “Parda Flora …”
Si Nacional sigue jugando de esa manera, estamos en presencia de una modificación sustancial en el sistema, con esos jugadores y con los que los siguen, no solamente en el equipo de Los Céspedes. Más allá del empate con Juventud, que jugó muy bien y el marcador se ajustó a la realidad.
Pero hay que creer. No hay que decir tonterías para hacerse el distinto y “jugarse” un “esperá, ya vas a ver cómo se caen estos …”. Porque partidos malos siempre van a tener, sin duda.
Agrego, porque es necesario, el domingo, por la mañana, lloviendo “todo” aparecieron también , pibes de River y de Racing. Y anduvieron muy bien. Y debemos esperar aún el trabajo de Víctor Púa, con dificultades, en las formativas de Peñarol.
Pero hay que darle impulso a la fe y estar de acuerdo en que es posible algo más para nuestro fútbol.
Sin embargo …sugestivos comentarios, con el mismo cuento de siempre, son lapidarios.
Lo que decía anteriormente, hay una creencia que “lo uruguayo ya fue …”
Típico argumento panfletario de pésimos informantes porque ni periodistas son. Bueno, alguien les habrá dicho: “M’hijo mire que usted es periodista, eh …”.
Categoría, clase, jerarquía, sentido de ubicación, lectura, ilustración, cultura general, libros,los de texto, no tanto internet, conocimientos básicos, estudios continuados multitemáticos, creatividad, talento, ingenio, memoria y algunos otras virtudes hacen decir, por ejemplo, que “ése” es un periodista, de la misma forma que la cancha y las virtudes hacen al jugador.
“Je … esperá un poco ya vas a ver cómo se desinfla éste Nacional, esperá …”
En fin, hay gente que realmente se la cree. Le estalla la soberbia por todos los poros.
La ignorancia y muchas veces, el poder, crean, como el aviso, a éstos “inútil sin referencia”.
Una pena. No. Varios con pena. Pero la gente sabe. Y eso es lo bueno. Los identifica sencillamente hace ya mucho tiempo.
Y lo interesante es que creen que saben todo de todo.
Así que, mi amigo, venga, acérquese al fogón ( de nosotros, los imperfectos) de los que todavía creemos que hay buenos y muy buenos jugadores uruguayos y que se puede llegar a lo que fuimos y que no sabemos todo de todo …que seguimos aprendiendo día a día.
Tanto Nacional, como Peñarol, como Defensor Sporting, acaso Danubio, ¿por qué no?, puedan estar en ese envión.
Sí, acérquese al fogón, recordemos aquellos equipos y jugadores ganadores y sin comparar, no vale la pena, aguardemos un alegre futuro, con victorias, muy cercano para estos botijas y por consiguiente para los uruguayos.
(Respetando siempre a los que saben “todo”, porque estuvieron en “todos” lados y son amigos de “todos”, de” todos los cracks” , lógico …)
“Todo dicho”. (La pobre gente, de Florencio Sánchez)

viernes, 13 de febrero de 2009

¡SALVE GLADIADORA URUGUAYA!



Escribe JORGE CROSA

Cuando la gente se pone de pie y mira la pelea gritando, con un fervor insólito, cuando tiembla el Palacio Peñarol al grito de ¡Uruguay, Uruguay!, es porque algo grande está pasando allí arriba en el ring.
Es que así fue el clima que se vivió la noche de Chris Namús. Porque fue la noche de ella, sin duda. Ante una rival extraordinaria, de jerarquía, que jamás se entregó y que, por el contrario, se repuso de una caída en el tercer asalto, de una cuenta de ocho en el cuarto, para recobrar el ritmo y poner en aprietos a la uruguaya, campeona del mundo juvenil, con directos violentísimos en pleno rostro que obligaron a un esfuerzo descomunal de la oriental para salir de ese trance en el sexto round.
Pero toda la pelea fue una fiesta excepcional. Porque las dos se entregaron desde el comienzo y jamás bajaron los brazos. El aliento del público redobló el accionar de Chris, que metió manos notables al punto de estar a segundos del knock out. Pero la veteranía de la estadounidense y su clase se lo impidieron.

A TODO CANDOMBE


Así se desarrolló el combate. Meta y ponga. Nada de pausas. Nada de estudio. En época de carnaval, calentando las lonjas. Al rompe y raja, pero con clase, con elegancia, con técnica y fuerza. De allí que valga y muchísimo este triunfo de la uruguaya que tiene, ahora, la posibilidad de pelear por el título de la categoría superligero, ya total, esto es, en la división mayor. Chris Namús, se recuerda, es campeona del mundo juvenil.
Menudo trabajo tendrán los promotores Sebastián Amaya y Juan María Vanrell, entonces, para seleccionar a la rival, eso les corresponde, de acuerdo a lo conversado con Ed Pearson, encargado del área de clasificación del Consejo Mundial de Boxeo.
Será en Montevideo, el 9 de mayo.

EL PALACIO PEÑAROL DE PIE

Cuando más de 7.000 personas se enfervorizan, gritan, aplauden, agitan banderas y llegan a la disfonía, es porque algo grande está pasando. Y eso fue lo que sucedió en el Palacio. La emoción sin límites en todos los rincones, mientras Chirs y Nicole, colocaban directos, jabs, cross, uppercuts y golpes “inventados” para sumar puntos o tratar de derribarse. Un peleón, mi amigo, como hacía tiempo no se veía.
Y eso es mérito de dos atletas, de dos jóvenes boxeadoras que se brindaron enteras, dando un espectáculo fuera de lo conocido. Chris Namús y Nicole Woods hicieron vibrar no solamente al Palacio Peñarol, sino a todo el Uruguay a través de los medios de comunicación.

CHRIS LA TUVO PERO …


Fue en el tercero. Cayó la estadounidense bajo una combinación fiera de golpes de Chris, pero sonó la campana y salvación parcial. También en el cuarto pasó algo similar. Aníbal Andrade, árbitro impecable del combate, inició la cuenta de protección y volvió la campana a “salvar” a Nicole.



LA RECUPERACION DE NICOLE

Nadie la esperaba. Pero Woods en ningún momento la dio por perdida y sobre el quinto y sexto round salió a remontar los puntos en contra. La vio feo y metió con toda la fe que le impone su categoría y consiguió, por momentos, sorprender y golpear duramente a Chris. La llevó contra las cuerdas y trabajó una combinación de golpes al rostro que impactaron a la uruguaya. Pero salió del entrevero la celeste y golpeando y metiendo corazón, que eso es lo que levantó del asiento a la gente, la desconcentró a Woods quien habrá pensado: ¿ pero esta muchacha es de cemento?. Salio Chris con todo de ese apretón, de ese asedio y volvió a controlar la pelea.

PARA LA HISTORIA

Los memoriosos del boxeo comparan. Y está bien. Recuerdan el Palacio Peñarol con Dogomar y Mauro Mina. Es cierto. Y lo aseveramos.

Pero lo de Chris y Nicole fue distinto. Porque son mujeres, porque los medios crecieron, porque son decenas y decenas de flashes, fotos, cámaras, celulares, todo tipo de medio de comunicación, un alcance mundial por la televisación de VTV, por las radios uruguayas, todas, sin excepción, con una gran entrega, por la prensa escrita, esto es, por el Uruguay entero, todo es distinto a lo de antes.
Nadie supuso que podíamos tener una heroína, un regalo de la vida, escondida en los gimnasios uruguayos, tal el caso de tantas y tantos, como hoy es el de Chris Namús.
Pero lo de Chris Namús y Nicole Woods quedó para la historia.
Una historia distinta a lo de antes, porque nada es comparable, porque todo cambió, ora para bien, ora para mal. Esta vez tenemos un orgullo los uruguayos que enaltece el trabajo deportivo de todos los atletas sin importar el sexo.
He aquí a una campeona del mundo juvenil, mañana veremos si también mayor, como Chris Namús.
No es un sueño. Es una hermosísima realidad que debemos disfrutar como se debe, con corrección, con respeto, con humildad y con el corazón latiendo más fuerte que nunca por sentirnos uruguayos y que una botija nos brinde este alegrón inolvidable.
Sí, es para la historia grande del deporte uruguayo. Que así conste.
Chris Namús, la gladiadora uruguaya.

lunes, 9 de febrero de 2009

NO LES DA EL CUERO

Escribe JORGE CROSA


Somos desconfiados por naturaleza. Nada nos viene bien, ni mal, ni nada. Olfateamos una trampa, donde la hay y donde no la hay. Somos así.
El ejemplo se dio en el fútbol, una vez más. Si ganaba Danubio, como pasó, Peñarol “iba al bombo”. Esto es, esperaron hasta el último segundo para el gol de la derrota. ¿Le parece?
Si Central Español le “hacía fuerza” a Nacional con toda la fe del mundo, era porque estaba incentivado. ¿Le parece?
Todos se acordaron de aquel gol de Carrasco, que le dio el torneo a Peñarol. Y Carrasco lo volvería a hacer. Cosa que nos parece absolutamente correcta, pese a que no le agrade a cierta gente de la hinchada tricolor.
Que la gente de Peñarol festejara el gol de Danubio era previsto para darle bronca, nada más lógico, a su rival de siempre que no pudo festejar el torneo.
Todo dentro de un marco de desconfianza, la de siempre, la que le tienen a los jueces, a los líneas, a los goleros, a los que erran penales “cantados”, a los que creen que hay jugadores que se venden, que van “al bombo”, frase ya escrita que se utiliza en el mundo del turf, cuando un jinete da muestras ostensibles de no querer vencer.
En fin, el el reino de la duda, se jugó, alambre arreglado, en Jardines del Hipódromo. No pasó más nada.
Danubio que se perdió la chance porque ganó Nacional y Nacional que tendrá, ahora sí, demostrar que es mejor que la gente de la Curva de Maroñas.
Lo de Peñarol ya es otro tema que no corresponde a este editorial. Es una historia que tendrán que recomponer entre ellos, a puertas cerradas, para regresar a ser lo que fue Peñarol.
Las dudas se disiparon y algunas sonrisas cómplices quedaron. ¡Qué justo ese gol en la hora, eh!
Dudar, recelar, la malicia anduvo en la vuelta.
Igualmente, para ser mejor, hay que demostrarlo. Y Nacional tenía que jugar por Nacional y nadie más. Danubio por Danubio y a otra cosa.
Y así fue.
Quienes duden, vean fantasmas o sospechen que hubo fraude que lo digan, pero con claridad, no amaguen, digan las cosas como son, tanto protagonistas, como espectadores, como periodistas, como dirigentes.
Si dudan, si creen que hubo engaño, díganlo. De frente. Pero no hablen con la boca de costadito y practiquen una sonrisita simpaticona, como diciendo que “algo feo hubo”.
Lo que pasa es que no les da el cuero para decir que hubo estafa a ninguno de esos que andan desconfiando de su sombra.
O algún lastimoso personaje, que es como la pulga, no mata a nadie, pero hace todo el daño que puede.
En el orden personal creo y no dudo un instante en lo que sucedió.
Gol en la hora. Lastima. Hiere. Gol en la hora. Da bronca. Así es el fútbol.

miércoles, 4 de febrero de 2009

LA MISMA MISERIA HUMANA

Escribe JORGE CROSA

Como “sin querer queriendo”, volvió el fútbol a nuestro Montevideo, mientras se siguen estudiando los alambres de Jardines del Hipódromo.
Esta vez, nos decidimos a cambiar el lugar para ver el juego. Generalmente lo hacemos.
Olímpica, “pegándole” a la Amsterdam fue el lugar.
Con la sinceridad de siempre, hay cosas que no comprendimos y no la vamos a entender jamás. Más allá que cerca de 22.000 personas fueron a ver un milagrero resultado, nos dedicamos a analizar brevemente las acciones, los dichos, las actitudes de las barras (¿) bravas.

DEFICIT TOTAL DE RAZONAMIENTO

En primera instancia, antes de llegar al Estadio, vimos como iban llegando en camiones, a los gritos desaforados, ya “prontos”, con ingestas de todo tipo en el organismo y groseros, como agraviantes dichos. A uno, ya no lo sorprende que los peces vuelen, pero da lástima el retroceso, la degradación, la ausencia absoluta de respeto por los demás por ésta gente que se siente dueña y señora del espectáculo que brindarán los futbolistas, minutos más tarde.
Esta suerte de escapismo, propio de análisis sicológico, o psiquiátirico no tiene otra vuelta que la directa consecuencia de la droga, en todas sus manifestaciones, el alcohol, a como de lugar y un estado de excitación altamente peligroso para cualquier hincha, normal, ese que va a pagar la entrada y a ver el partido.
Ese no tiene lugar. Está casi sentenciado.

ELLOS TAMBIEN …

No solamente atemorizan al vecino, que no se mete con nadie, sino que se caen, se tropiezan, ruedan por las tribunas, se lastiman, se levantan y siguen gritando. Y no son tantos, siquiera unos cuantos ...
Del partido, creo que ni se enteran. Pasa de largo. Alguien les dirá, de vez en cuando, cómo van. Y justo Peñarol, que no es el propietario de estos anormales, botella en mano, cuando los controles lo deberían impedir, elementos cortantes, palos y lo que se le ocurra, ve cómo sus hinchas provocan el escándalo que los dirigentes tratan de impedir.
No es Peñarol. Ni Nacional, ni Montevideo, ni Buenos Aires, ni Asunción, ni San Pablo, es una locura generalizada, que se alinea por el lado del fútbol, porque se puede gritar de todo, hacer lo que se quiera, rodar por las tribunas, ir sin camiseta, sin zapatos, revoleando buzos, gritando insultos, agrediendo a la gente, cuando no, lamentablemente, tener que dar parte de un herido o de una muerte.

COMO UN ESPECTADOR MAS …

Ese es el panorama del fútbol de hoy. Visto, claro está desde la tribuna, no desde las cómodas cabinas de transmisión, en donde la cosa se ve, pero no se siente al lado, no se palpa el peligro de los “locos del cemento”.
No les importa nada. Verles los ojos, con sus pupilas dilatadas, naturalmente denuncian un grave estado de alteración, de provocación, de paroxismo injustificado, propio de un consumo exagerado de productos , baratos, caros, no importa, el caso es que los enloquece y con ello, transforman lo que tendría que ser un espectáculo en una tragedia.

TREMENDA IMPOTENCIA

Uno ve llegar los camiones, los ómnibus, en la forma que se bajan, como llegan y quizás piensen que eso es ser guapos. De los que van pa’delante.
Pobre gente. Repito que no es patrimonio uruguayo. Sino del entorno en sí que tiene el fútbol, en particular y acaso el basquetbol, en sus momentos de delirio.
Sentí una terrible impotencia. Porque pensé que, que tiempo atrás, uno podía ir con los hijos, luego vendrían los nietos y el fútbol es, casi, la vida misma del deporte uruguayo.
No se puede. No te dejan. Te amenazan con que algo siempre va a a pasar a consecuencia de la droga. No hay control que valga, ni policía capaz de evitar una masacre.
Pero es así. Visto desde una tribuna, como la Olímpica, pegado a la Amsterdam, en esta ocasión, cuando un equipo, como Peñarol que no se jugaba la vida porque venía herido de muerte de Medellín. Entonces, uno no comprende. Ni como periodista, ni como persona común que quiere ir al fútbol y lo obligan a tomar precauciones insólitas, en caso de decidirse.
Regresó el fútbol. La misma miseria humana. ¿Que tendrán que ver los profesionales?
Lo lamento.

martes, 3 de febrero de 2009

EL ESCEPTICISMO URUGUAYO

Escribe JORGE CROSA

Yo que estuve en toda la campaña de Uruguay, muchos meses antes del Mundial de Malasia, junto a Víctor Púa y los muchachos, que compartimos grandes momentos y de los otros, esos que estamos lamentablemente acostumbrados, hemos recibido un impacto emocional de altísimo nivel, con estas presentaciones de la Sub 20 de Aguirre, incluso, cuando se perdió contra Brasil.
Se observa temperamento – nunca perdido – buen juego, orden y una fuerza soberbia en la entrega, respetando indicaciones técnicas y llevándolas a la cancha, a pesar de lo que fue el potrero frente a Colombia.
Aún falta camino. Pero lo que no se puede discutir es que se está jugando con el acelerador a fondo, que estos muchachos tienen un poderío espiritual que los hace fuertes en los momentos de debilidad.
Aquí no es cuestión de dar apellidos, pero sí de rendimientos colectivos, hasta el momento. Pase lo que pase frente a los argentinos, siempre temibles rivales.
El asunto es hasta ahora. Se “aguantó la tacada”. Se puso en práctica el operativo coraje y funcionó. No nos entregamos, ni aún en la derrota ante Brasil.
No estoy comparando esta selección con aquella del 97 de Púa.
Simplemente me hace sentir muy bien ver que los botijas, cualquiera sea su nombre, demuestran que aún es posible creer en la juventud del fúbol celeste.
Que no se apagó la llama y que la frase “no le ganamos a nadie”, es cierta, no hay porqué ocultarla, tiene solución.
El tiempo, los jugadores, los técnicos, la emigración, las vueltas de la vida, el mejoramiento económico de los futbolistas, pueden incidir en un funcionamiento colectivo, que es el que estamos viendo en este torneo de Venezuela.
Pero no nos quitan la sonrisa y el palpitar a mil de ver cómo los jóvenes buscan el éxito para su trabajo y no bajan los brazos.
Cosa que hemos visto y hemos sufrido, todos, actores y espectadores, en tristes circunstancias.
Pues bien. Se den los resultados que se den, hemos visto que sigue existiendo “aquello” que nos distinguió en el mundo, esa llamita que no se quiere y que los muchachos no la dejan apagar.
No importa lo que pase de ahora en más. Lo visto ha sido una comprobación de valentía y voluntad sin quiebres.
Esto vale para el escepticismo atroz que viene con la marca en el orillo, hace mucho tiempo, en cada camiseta celeste.

lunes, 2 de febrero de 2009

SONRIA, MIRE QUE HACE BIEN, EH ...

Escribe JORGE CROSA

Siempre sostuve – y lo sostengo – que no existe el periodista de “tal” cosa y nada más. El periodista tiene que se un hombre preparado para todo. Acaso y está bien que se especialice en deportes o en cualquier otra actividad, pero, por sobre todas las cosas, el periodista es un transmisor público, con preparación adecuada y debe conocer, siempre, indefectiblemente, algo de todo lo que pasa. Poseer ilustración, estudio, cultura general, ansiedad por saber, siempre. Esa es la carrera. Esa es la finalidad de la profesión. De esa forma se obtiene el derecho de opinar y de tener crédito en la gente, única depositaria de nuestras inquietudes.
Ser veraz. Conseguir la verdad a como de lugar. Averigüar hasta el cansancio. No errar.
Es una condición, sine qua non, vieja locución latina, que viene a ser “ condición sin la cual no se puede ejercer o ejecutar tal cosa”.
En éste caso se es periodista o no. Y esta sensación vive con uno, pasa tal cosa y el periodista actúa en consecuencia.
De todas las formas, maneras y en cualquier circunstancia. Ese es un periodista. Jugado siempre, con respaldo histórico, con estudios prolongados, con hechos vividos y responsabilidades asumidas.
Periodista – frase de los años treinta y pico por estos pagos- no es cualquiera.
Por eso, cuando escucho el periodista “deportivo”, no estoy de acuerdo con la expresión, porque es, un periodista circunstancialmente dedicado al deporte, salvo que sepa de ese tema y nada más.
Poca cosa para un periodista, pienso.
De allí que leyendo, informándome, ilustrándome y esas cosas que hacemos los que queremos transmitirles algo a la gente que pase por nuestras consideraciones, me encuentro con noticias tales como las que paso a narrar.

¡SUBASTO SU VIRGINIDAD EN 3 MILLONES DE DOLARES!

Con profundo respeto por la religión, que de éste asunto no tiene nada que ver, ésta chica que vende su himen en 3 palos verdes, se creerá pariente de alguna diosa, o caminará por los aires sin siquiera tocar el piso de los humanos. No sea cosa que se nos vaya a infectar.
Natalie Dylan, la virgen subastada en Internet y adquirida por un bacán de 39 años, para descubrir “cómo es” la cuestión, dice que recibió 10.000 propuestas para tal fin. Ganó el australiano por varios cuerpos.
Entonces, queridas muchachas del mundo, miren el dinero que han perdido por culpa de no ser habilidosas como la californiana y la puesta en venta de la membrana protectora.
Y uno, más que otario en no darse cuenta del negocio, en el momento preciso. Ahora esta piba ya descubrió “la pólvora” y se terminó la oferta.
Pensar que …. Bua … ya fue. Mire usted la plata perdida en esas bacanales veraniegas, por lo menos para ir un porcentaje en el circo éste, ¿no?.
Es que si no se toma con algún rasgo de humor, esto parece un chiste “bobo” en el 2009.
Ahora si se trata de una campaña publicitaria y esas menudencias, vaya y pase.
Por si acaso, usted no lo crea. No se rompa la cabeza pensando en que ésta estupidez tiene algo de realidad.
Quedan dos caminos: o es cierto y uno es un melón (y usted también, no se haga el distraído) o la virginidad ha aumentado un disparate que ya hay que comprarla por Internet.
¿Se podrá con tarjeta?

¡UNA BUEN PATADA EN LOS TESTICULOS, ESO, CON TODA LA FUERZA, MAGO!

No hay nada mejor, dice un portal argentino, para descargar las tensiones. Esto es, estás enojado, “caliente” (de uso popular) por algún motivo, no te pagaron el sueldo, perdiste en la quiniela, fuiste a las carreras y marchaste, no acertás un resultado ni al Supermatch, te dejan las mujeres, te quedás sin laburo y entonces, llegó el momento.
Contratás a un tipo que viene, pie descalzo, te pones en pose (guambia como y en qué condiciones) y éste viene y te revienta un patadón en los testículos.
Santo remedio. Entre el griterío, la calentura por reventarle la cabeza al gil que te la dio y todavía le pagaste para “desestresarte”, convenís en que es mejor “tomar una”, correr sólo en Maroñas, pero a pie, sin caballo, subirte al Obelisco y gritar bien fuerte:¡Soy un otario!
Cumplido esto, te bajás, como podés y te internás donde más bronca te dé. No elijas el lugar, ni preguntes.
Ya te rompieron los …. ¿o no? Pero todo sea por la terapéutica moderna y los sistemas de aplacar el nerviosismo que anda en la vuelta por estos días en el mundo.

¡CALCULADORA DE AÑOS DE MATRIMONIO, FLACO!

Y justo se les ocurre inventarla ahora. ¿Porqué no arrancaron con esa maquinita hace 30 años, gilastros? No puedo creerlo. Resulta que el “ calendario matrimonial” es perfecto. Te estudia todo. Es decir, si sos gordo, si ella es flaca, si es la revés, el color de los ojos, la cuestión de ella, la cuestión tuya, todo, completito. Cuanto dura, qué tiempo hay entre un encuentro y otro, si sos medio bandido o un correcto lord inglés, si a ella se le ocurre incurrir en una falta “imperdonable” (¿), bueno, todo eso, te lo dice una calculadora, cargando los datos correctos.
Santo remedio, por favor. Ahora antes del casorio, a la computadora primero. No sea cuestión que pasen cosas raras y vos no estés avisado.
Tu tiempo de casamiento es de 4 años, 3 meses, dos semanas, un día y 3 horas, con algunos minutos de descuento. Según el juez que te toque ...
¿Cómo la ves?. Mejor imposible. Ya saben los dos lo que demora el amor y esas cosas. Listo.
No puede haber error. La calculadora del matrimonio es la solución.
¿Qué? ¿ Ya querés saber donde la venden?

domingo, 1 de febrero de 2009

"LAS SABES TODAS,¿EH?"

Escribe JORGE CROSA

Sigue siendo interesante comprobar que el egocentrismo no muere. Que cada personaje que vemos a diario en los medios o donde se nos ocurra, siempre tiene razón, no se equivoca, imposible que le erre en una predicción y ni hablemos que sabe muchísimo más que cualquiera, porque estudió “para eso”, para saber más y decirlo a como de lugar, donde sea y como sea.
Personajes, éstos, surgidos de alguna novela de Agatha Christie y su famoso detective, Hércules Poirot, capaz de descifrar el enigma más intrincado de la historia del mundo.
Pues bien, ésta gente, que uno ve, acaso en la calle, que soporta el conversar con ella, tienen esa enfermedad, bueno, considerada por quien escribe, del egocentrismo.
Esa exagerada exaltación de la propia personalidad y adjudicarse el derecho de ser el centro de atención de toda actividad general.
Usted, amigo lector, conoce este tipo de gente. La soberbia, prima del egocentrismo, se instala en la sociedad sin ningún tipo de drama. Está, generalmente, en la clase media, como apuntando hacia arriba, ¿vio?. Algún fracasado en su área la emprende con todo con su ego y lo muestra tal cual hazaña.
Y exige que la gente le crea. Eso sí, no se permite el hecho de equivocarse, ni por asomo. Son del tipo “Yo lo digo y es así”, como un profesor muy particular que tuvo uno, en sus años de estudio.
Se equivocaba a menudo, pero no lo admitía.
Y en éste asunto del fútbol, la mediocridad es tal, que si el tipo de gente ésta sabe el abecedario, nomás, ya alcanza para decir lo que se le ocurra.
Ese es el tema. Entonces, cuando no existe la humildad, cuando la frase “perdón, me equivoqué” está prohibida en la mente de estos intelectualoides, entonces no hay caso a tratar.
Si te encontrás con alguien que sabe todo, que entiende todo, que comprende todo y todavía lo dice a quien le guste escuchar, pues bien, allá él.
Una cosa es cierta, él y sólo personajes como éste tipo en consideración se la creen.
Nadie, ninguno más. Eso también, créalo.
Y en el deporte, aquel que no le pegó ni con un dedo a una pelota, opina a lo Onetti, con una fuerza que te impacta. O el otro que no sabe si la bicicleta tiene cambios o hay que pedalear nomás, capaz que te cuenta que corrió una etapa de la Vuelta.
Y el que te da consejos “sabios” en la vida, será porque “las sabe todas”. ‘Ta bien.
Egocéntricos. Esto es, mal estructurados mentalmente …
Por hoy está. Voy a apagar la tele …