ESCRIBE JORGE CROSA
España a la final con Holanda. Bárbaro. Me parece bien y nada más que eso, porque, con respecto a lo que fue el juego entre ibéricos y teutones, éstos me dejaron muchísimo que desear. Una Alemania casi hasta desmotivada, le diría, sin figuras para destacar, alguien importante que llegara al arco de Casillas y lo comprometiera. Así fue el partido. Un gol de Puyol, luchador incansable, en toda la cancha, el segundo cabezazo en todo el partido, el primero se le había ido a las nubes y éste a los 73, lo fusiló a Neuer, que ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar o hacer algún intento de algo para desviarla. Impresionante.
¿Y QUE MAS?
Sorpesivamente ganó el que se lo propuso. España. Siempre con la pelota, siempre con la iniciativa, en el boxeo, la cosa es así, por puntos, hubiese sido un “robo” que ganaba España, pero, en el fútbol es por goles y con un solito, le alcanzó, a quien será un nuevo campeón de la lista de los siete de siempre. Sea Holanda o sea España. Será un novísimo mejor del mundo.
Que poca cosa nos ofrecieron los germanos. Como temerosos, sin ideas, sin claridad, sin ese fuego sagrado de las semifinales, en donde hay que jugarse la vida. No. Una actitud pasiva, como si con el empate ganaran ellos. En contrapropuesta, los españoles se desvivieron por jugar la pelota hacia todos lados, de izquierda a derecha, con centros, con tiros a como diese lugar. Esa fue España, la que quiso. No Alemania, que no quiso o aparentó eso en el campo.
Sin lugar a dudas, ganó quien tuvo derecho a hacerlo.
Destaco las figuras de Xavi, Iniesta, Puyol, sin dudas, el hombre del golazo que los mete “de cabeza” en al final, Pedro, quien tuvo una oportunidad increíble y solo no supo definir, fue sustituído a los minutos, por David Silva, ya cuando faltaban sólo cuatro minutos.
Los españoles, con la gente que nombré, les alcanzó para dominar continuamente el juego. Uno esperaba que Alemania generara una jugada de peligro, que la estuviesen preparando, algo como justificar que por algo le metieron 4 a los argentinos y ahora nos toca a nosotros como rival por el tercer y cuarto puesto. Pero si juegan así … (ojalá lo hagan y los nuestros estén bien, no se nos escapa estar en el podio), se lo aseguro desde ya.
No vibraron los germanos. No sienten el fútbol, tienen un sistema fantástico de vida, pero aquí, en esto de la pelotita, hay que vibrar, jugar a morir y eso no lo hicieron, no lo vimos, como nosotros llegamos a ese final dramático contra los holandeses, que terminaron pidiendo la hora, hasta con un poquitín de susto, más bien, preocupados, ése es el adjetivo correcto.
Asustados que les pudiésemos empatar. En fin, ya fue. Ahora, mirando éste juego mediocre, con total dominio de España, quiero ver cómo se las arregla Holanda, si les marcan a morir a Sneijder y a Robben , porque, que uno o por lo menos yo haya visto, el primer gol de Holanda, en la aguja del pajar. No tengan dudas.
Hablo del zapatazo de 33 metros de un tal Bronckforst, impresionante, que la clavó en donde no llegan ni sabiendo que se va a meter por ahí y se ponen para detenerla dos o tres arqueros.
Increíble. Pero cierto. ¡Ayy … si hubiese seguido unos minutitos más …!. Pero no. A llorar al cuartito, fue así y chau. Pero les demostramos una garra y un temple como ninguno de éstos tres que llegan a las semifinales tienen. El corazón uruguayo y la valentía celeste no la tienen ni los españoles con su “furia roja”, ni los alemanes con su especie de “soberbia de cracks”, ni los holandeses, con su táctica de juego libre y ejecutivo al máximo.
Esos equipos de alma …nada. Si no tienen jugadores fuera de serie, nada. Y sin embargo, los uruguayos, a pechera limpia, a guapeza y coraje, les metimos el miedo al final a los holandeses que le pidieron la hora al juez, por favor, ganando por 3 a 2. Eso es bravura, valentía, poder de concentración, ganas de sobrevivir de cualquier manera. Cosa que no vimos en ninguno de éstos tres europeos que llegaron con nosotros a las semifinales.
¿DE ESTE PARTIDO ESPAÑA 1 ALEMANIA 0?
El más pobre, de menor lucimiento y menos jerarquía que unos cuantos. Sin fuerza anímica los alemanes, tan fríos y calculadores. Y los españoles, metiendo y metiendo con lo que se pudiera.
Con un sistema, sin sistema, con gente valiosa un rato, otro no, pero siempre queriendo ganar. Y lo hicieron bien. Como tenía que ser.
Ahora se verán las caritas contra Holanda. Un fútbol con esquemas diferentes y variantes permantes.
España llegó como favorita y está en la final. No es ninguna sorpresa.
Holanda arriba con su cartel de siempre “ahí”, pero nunca campeona. 1974, 1978, 1998, siempre entre los cuatros, dos veces vice, pero nunca la Copa en alto …
En fin … hay quienes se acostumbran a esas cosas. A llegar hasta ahí y después … chau.
Y no es la primera vez.
Por lo tanto, no nos sorprendería que el equipo de Del Bosque encuentre lo que fue a buscar en el 2008, en la Eurocopa, la victoria final y el campeonato.
Pero, hay que esperar.
Ahora, lo que nos importa, o por lo menos lo que me importa totalmente es éste “partidazo” que nos queda con la “calculadora” Alemania, la fría y mentalizada Alemania. Pero, perdedora, al final, con un equipo que sólo se propuso ganar como España.
En fin, vistas las cartas, hoy, a estas horas, ¿por qué no vamos a poder vencerlos?
Si juegan como hoy y si le ponemos el corazón, como siempre, cosa que no dudamos, vamos a estar en la conversación, sin ninguna duda.
Por encima de ser uruguayo, uno es periodista y lleva muchos años en esto, por consiguiente, tengo el respaldo suficiente, desde aquel lejano México 1970, hasta hoy, de decirles que podemos, perfectamente, ubicarnos en el podio.
Y eso sería maravilloso. Para que la juventud nos crea, para que lo que ya vieron, se concrete, una vez más y ese camino olvidado, de historias de éxitos inolvidables, se vuelva a repetir en Sudáfrica, accediendo a la medalla de bronce.
Por ella vamos. Porque poder, podemos. Ya lo demostramos. Ya lo vieron.
Con la mitad del equipo afuera, con cambios a fórceps, igual les tocó transpirar sangre a los holandeses para vencernos.
Ahora está enfrente una poderosa, pero excesivamente sistemática Alemania.
Contra ése estricto esquema, duro, inquebrantable, vamos los celestes.
¡Si, vamos los celestes del mundo!!!!