Anhelo de goleadores

Holanda y España disputarán el 11 de julio la final de la Copa Mundial de la FIFA, que encumbrará a un campeón inédito. Y en el mismo estadio Soccer City, además del título, se entregará la Bota de Oro adidas, un premio al que aspira cualquier artillero.
Por ahora, dos jugadores destacan como favoritos. Con cinco goles, Wesley Sneijder y David Villa tendrán en el duelo decisivo la oportunidad de llevar a sus países un premio doble, o quizás de consolación. Pero no son los únicos que lo codician. Otros cuatro candidatos siguen teniendo opciones: Thomas Mueller, Diego Forlán y Miroslav Klose, con cuatro dianas, e incluso Luis Suárez, que suma tres, dispondrán de una última ocasión de inscribir sus nombres en la historia, junto a los astros que han brillado desde 1930.
“[El premio] cambió mi vida de diversas maneras”, relata el inglés Gary Lineker, principal anotador de México 1986, en una entrevista exclusiva con FIFA.com. “Llegaba al Mundial sin haber marcado en algunos partidos, y tampoco lo hice en los dos primeros de aquella fase final. Mi titularidad en el equipo llegó a peligrar. Pero diez días después era el máximo goleador, y me convertí en centro de toda la atención”.
No resulta fácil conseguir esa atención. En cada una de sus 18 ediciones, la Copa Mundial de la FIFA ha tenido un artillero diferente. Al igual que en el cómputo global de trofeos, Brasil es el país que más ganadores acumula de la Bota de Oro adidas, cuatro. Le siguen Italia, Argentina, Alemania y Hungría, con dos. Francia, Polonia, Portugal, Inglaterra, Rusia, Croacia, Bulgaria y Checoslovaquia cierran la lista, con un jugador cada uno.
El primer máximo goleador de la Copa Mundial de la FIFA fue argentino. Aunque sólo jugó cuatro encuentros en la campaña de 1930, Guillermo Stábile firmó ocho tantos, uno de ellos en la derrota de su equipo por 4-2 en la final a manos de Uruguay. Cuatro años más tarde, quien brilló fue Oldrich Nejedly, autor de cinco dianas, tres en la semifinal contra Alemania.
En 1938, el brasileño Leônidas da Silva fue el gran protagonista de la prueba, al adjudicarse la Bota de Oro con siete goles. Su ausencia en la semifinal contra Italia ciertamente pesó en la derrota por 2-1 de su equipo, que permitió a la Azzurra continuar rumbo a su segundo título. En 1950, fue el turno de Ademir de Menezes, con nueve realizaciones, algo que no puede ser olvidado a pesar de la tristeza causada en su país por la victoria de Uruguay en un Maracaná con más de 200.000 espectadores.
En las dos ediciones siguientes, Sándor Kocsis y Just Fontaine alcanzaron marcas que parecen imposibles según las pautas actuales. En 1954, el ariete húngaro perforó 11 veces la meta rival, y cuatro años después el francés estableció el récord, 13 goles, uno más que los logrados por Pelé en cuatro Copas Mundiales de la FIFA. Los dos consiguieron además anotar cuatro tantos en un único partido de la competición.
Ambos futbolistas establecieron parámetros que serían muy difíciles de seguir para cualquier figura del fútbol. Únicamente otro legendario rematador ha podido alcanzar un registro de dos dígitos en un mismo torneo: el alemán Gerd Müller, diez en México 1970. Un dato que realza aún más esa impresionante marca es la secuencia de seis ediciones consecutivas en que los artilleros materializaron seis goles, desde Mario Kempes en Argentina 1978 hasta Davor Suker en Francia 1998, pasando por Paolo Rossi, Lineker, Salvatore Schillaci, y Hristo Stoitchkov y Oleg Salenko (ex aequo).
Kempes y Rossi forman parte además de otro selecto club: el de quienes se proclamaron máximos goleadores de un torneo que ganaron sus respectivas selecciones. Garrincha y Vavá, en Chile 1962, fueron los primeros artilleros del país campeón. Además de estos cuatro futbolistas, sólo lo han hecho el italiano Czech Nejedly (1934) y el brasileño Ronaldo (2002), que posee el récord de tantos en la historia de la Copa Mundial de la FIFA, 15, seguido de cerca por Klose.
Con 14 dianas, el delantero centro alemán podría, en el choque por la tercera plaza ante Uruguay, alcanzar ese registro o incluso superarlo. Aunque no consiga igualar al Fenómeno, ya puede enorgullecerse de figurar al lado de Mueller en el palmarés histórico del certamen. Y su nombre se recordará siempre por haber sido el máximo goleador de una Copa Mundial de la FIFA, la de Alemania 2006. Muchos atacantes lo darían todo por conseguirlo.
Lineker cuenta cómo el Balón de Oro adidas puede causar un impacto inmenso en la trayectoria de cualquier futbolista. “Pasé de ser un jugador razonablemente conocido en Inglaterra a famoso en el mundo entero, y acabé fichando por el Barcelona. Fue algo enormemente relevante, no sólo en mi carrera, sino también para mi vida”, afirma el inglés. Sneijder, Villa, Thomas Mueller, Forlán y Suárez a buen seguro ya habrán tomado nota.