Escribe JORGE CROSA
Luego de vivir una de las emociones más grandes de mi vida periodística, la anterior tuvo que ver con el cuarto puesto de México y unas cuantas más, Libertadores, Nacional, Peñarol, Copas Américas, en fin, ya que, por edad, no me dio para festejar el Maracanazo, nos toca analizar, brevemente, lo que sucedió frente a Ghana.
Un juego de enorme riesgo para los uruguayos, sin duda y la definición extraordinaria, plena de emoción, de ilusiones, de llantos, de gritos, de rezos y todo tipo de cábalas.
Se ganó en esa definición porque, en la ruleta de los penales, la alegría va por barrios y va también por la impronta de una locura, como la de Abreu, que, haciéndole una picardía al destino acaso, tomó esa responsabilidad como si fuera un partido en Minas, entre solteros y casados, pero, con la escondida presión contenida de saber, perfectamente, que le iba la vida en ese piquecito, en esa acción que para la gente pareció de locura total, pero para él, fue la manera más seria, porque así lo pensó y así lo concretó. No lo iba a tirar de otra manera.
La fiesta celeste, la euforia de este pueblo es perfectamente justificable. Era como si necesitáramos éste triunfo ante, nada menos que los representantes de un continente, en éste caso, Ghana, que nos jugaron a morir, como verdaderamente se juegan éstos partidos.
Y fuimos rivales. De enjundia, de valor agregado siempre. Con una garra, muchachos , ¿vieron? Esa es la garra charrúa, para mostrarla a todo el mundo. Es una marca registrada de éste pueblo, de estos celestes que se rompieron el alma para llegar a estar entre los cuatro mejores del mundo, cosa absolutamente impensable, si hubiésemos realizado una encuesta antes de la partida.
CLARO, UNO QUIERE MAS …
Porque, los triunfos del 1924, 1928, 1930, el impacto del 1950, nos prepararon siempre para ser los mejores, obviamente, con aquel lirismo de los poetas ciudadanos que escribieron miles de páginas sobre lo que parecía imposible y fue real.
De allí que creamos que todo es posible para los uruguayos. Que no nos arrugamos nunca. Que siempre vamos al frente, que demostramos coraje y valentía y si la suerte nos ayuda, diría que hay material para llegar hasta el lugar más consagrado del mundo.
Pero, debemos ser cautos en nuestros expresiones. Esto es, “no pasarnos de rosca”, porque el periodista debe analizar, cotejar, evaluar y luego emitir opinión. Pero sin la bandera, sin el grito, esto es, sin el mate y el termo, ¿ me explico?
Hay que dejar de lado que uno es uruguayo y ver el panorama del mundial tal cual es. Y eso es lo que trataremos de sintetizar.
PREPARACION SIN TROPIEZOS
Por primera vez, después de tantos frac asos, se dec idió un grupo técnico estable. El maestro Tabárez, el mismo del 90, con toda su gente.
Los partidos previos, la preparación de varios años, los jugadores a la orden. Una cantidad de factores que ponen, junto a la buena suerte acaso, a Uruguay entre los cuatro mejores del mundo.
¿Suerte? Sí, hay que tenerla de nuestro lado, sin duda. De lo contrario, no se puede vencer a nada. Un poquitito alcanza, por lo menos, para nosotros. Y la tuvimos, pero, porque la buscamos.
Lo demás ha sido estudio, preparación, partidos, orden, trabajos físicos, citación de jugadores con acierto, en fin, una importante cuota solidaria de parte de todo un grupo, metido hasta el hueso en esto del mundial.
La “travesura” de Abreu, es el corolario de una tarea bien hecha.
Y explotó el pueblo. Es lógico y nosotros también, como periodistas gritamos y festejamos con justificado derecho.
Faltan pocos metros para el disco … venimos “ahí” …
LA PERSONALIDAD
Fue fuerte. Siempre lo es en los uruguayos, pero hay veces que no resulta. ¿A quien le gusta perder?. Entonces queda claro que Tabárez planteó un partido para ganar siempre, como los anteriores. Y eso faltaba. Se fallaba en las concreciones que ahora llegaron y bueno, cuando hubo que definir por penales, creo que tres millones y medio de uruguayos por el mundo le pegaron el “piquecito” al pie del Loco Abreu, para que entrara.
Y no le busque más peros al asunto. Intensidad, inteligencia, velocidad, garra, dinámica, no entregarse, esa pelota comprometida al final que un goleador como Suárez impide que entre, la pelota y el caño que “son amigos de Muslera” no permiten que Ghana se lleve los puntos y Uruguay que gana por el mismo camino que casi lo lleva al vestuario, con las manos vacías, sin la pelota de la victoria.
Se jugó bien, además. No fue nada fácil el controlar los ataques certeros de los ghaneses con su velocidad y precisión. De allí el valor del triunfo que se eleve mucho más de lo que muchos pensaron.
NO SOMOS EXITISTAS, NI NOS CREEMOS NADA …
Porque ahí estaría el error. Gravísimo de pensar que ya está. No está nada. Hay que seguir en competición y nada menos que frente a Holanda. A unos Países Bajos que voltearon nada menos, por si no se acuerda mi amigo, a Brasil, con todas sus estrellas, sus pergaminos, sus campeonatos del mundo, su favoritismo, su juego y los valores agregados al scracht de Dunga, que pidió permiso y renunció. Nada menos que a Brasil le ganaron los holandeses.
¿Le parece poco?. Por supuesto que no y no estamos en la vieja y querida apertura del paragüas, por si acaso, no sea cuestión de quedar mal parados en nuestro análisis.
De ninguna manera, en la forma de opinar, nos jugamos igual que Uruguay. Nada de secretos, ni de “vamos a ver, ellos son bravos, de repente …”. No. De ninguna manera. Decimos lo que sentimos y si nos equivocamos, pues bien, admitiremos nuestro error.
Pero no al exitismo, ya lo dijimos. Sí, con todo a la alegría, al festejo y a la seriedad con el partido que se viene.
Esa es la verdad. Holanda, una renovada Holanda que juega excelente será, nada menos que el penúltimo examinador del examen mundial. ¿ Que te parece?
Muchísimo en juego para escribir ligeramente sobre el tema. Aquí la decisión la tiene el conductor que es Tabárez y la responsabilidad neta es de los celestes.
Ellos y nadie más nos harán regocijarnos o quedarnos donde estamos, donde hemos llegado, que no es poca cosa, porque nadie, nadie que uno conozca, normalmente, nos podía decir que íbamos a estar entre los cuatro mejores del mundo, después de 40 años.
Nadie. Y esa es la verdad.
HOLANDA SORPRENDIO A BRASIL
Y le ganó con absoluta precisión. A pesar de arrancar de abajo, perdiendo 0-1, Sneijder, héroe del gol, sobre los 58 y 63 liquidara a unos empeñosos brasileños, pero, sorpresivamente inefectivos en los momentos claves. Dunga no le encontró la vuelta al asunto.
Y LA PREGUNTA DEL MILLON: ¿ PODEMOS GANARLES?
Nunca digas nunca jamás. Siempre es posible. Pero ése tema lo analizaremos luego del juego entre España y Paraguay.