Seedorf: "Este equipo cree en sí mismo"
AFP

Desde hace un mes, Clarence Seedorf sigue la Copa Mundial de la FIFA día a día, pues el milanista ejerce de comentarista para la BBC durante el certamen. Antes de su entrevista con Naomi Campbell, departió con nosotros en exclusiva.

Este surinamés formado en la cantera del Ajax de Amsterdam, semifinalista en Francia 1998 y vencedor de la Liga de Campeones de la UEFA con tres clubes diferentes, no ha perdido la aspiración de regresar a la selección nacional holandesa. Aunque el seleccionador Bert van Marwijk lo pasó por alto en su lista para Sudáfrica 2010, Seedorf es un observador privilegiado de la histórica trayectoria de Holanda. El astro neerlandés habló con cariño y franqueza para FIFA.com.

¿Le ha sorprendido ver a Holanda en la final, o estaba convencido antes del certamen de que este año sería el de su selección?
La emoción no tiene cabida en el análisis deportivo, de modo que la pregunta no es si estoy sorprendido o no. El hecho es que este equipo tenía los medios para llegar lejos. Desde el primer día, dije que el equipo de los Países Bajos se encontraba entre los tapados, al igual que Francia, en menor medida. Mis favoritas eran España, Inglaterra y Brasil. Pero, a medida que la competición ha ido avanzando, las cosas han evolucionado. Y las opiniones también. Argentina, por ejemplo, me gustó mucho. Y para mí Alemania ha desplegado el mejor fútbol de esta fase final.

¿Cuál ha sido el principal logro de Bert van Marwijk en la trayectoria de Holanda?
Mantiene la misma base, sin realizar demasiados cambios. Ha perseverado con el mismo grupo y el mismo sistema, y eso ha permitido construir una identidad muy fuerte. La racha de victorias y de imbatibilidad ha reforzado más si cabe la confianza. También ayuda ganar partidos sin jugar tu mejor fútbol, a sabiendas de que en la delantera tienes cuatro hombres que pueden marcar en cualquier momento. Este equipo cree en sí mismo y sabe provocar la suerte, algo esencial para aspirar a ganar una competición importante.

¿Fue eso lo que les faltó en Francia 1998?
Sí, sin duda. Y también nos faltó convicción. Ésa es la clave del triunfo para todos los equipos, junto con el estado de ánimo y una mentalidad a prueba de bomba. Esta promoción posee todos los elementos necesarios. Ya tengo ganas de ver qué pasa en la final, porque ahí el factor tiempo será también fundamental.

¿El hecho de que Van Marwijk se haya visto menos presionado que sus predecesores, más conocidos en el ámbito internacional, como Van Gaal, Riijkard o Van Basten, puede ser la razón del éxito del equipo desde que él asumió el cargo?
Que las expectativas sean menores puede ayudar. Pero ya vimos en la Eurocopa 2008 que este grupo sabía jugar muy bien. Para mí, su principal logro ha sido mostrarse pragmático. Además, ha sabido rodearse de un cuerpo técnico con una vasta experiencia internacional.

¿Este pragmatismo del que habla ha hecho perder a Holanda su vistoso y característico estilo de juego?
La clase y la voluntad de desplegar un estilo técnico siguen ahí. Como decía, está el factor suerte, que es crucial, pero esta selección sabe utilizarlo a su favor. En 1998 jugamos el fútbol más espectacular del Mundial, pero perdimos en semifinales en los penales. En 2000, si hubiésemos repetido diez veces aquel choque contra Italia en la Eurocopa, lo habríamos ganado las diez. En ambas competiciones hicimos lo que el pueblo holandés esperaba de nosotros, con el tipo de juego que tan atractivo resulta. Pero no conseguimos meternos en la final.

El domingo, ¿cuál será la clave contra España, un combinado que conocen bien?
No me atrevería a decirles qué hacer. Desde fuera, resulta arriesgado decir “hay que hacer esto o lo otro”. Pero sé que España siempre regala dos o tres ocasiones al rival, especialmente por pérdidas de balón en el mediocampo. También creo que Robben puede llegar a crear mucho juego por su banda, porque aunque Capdevila es un defensa formidable, no da el perfil para marcar a alguien como él. Sinceramente, me encantaría ver a Robben más adelantado.

No ha participado con Holanda en las tres últimas competiciones importantes. ¿Se ve con futuro en la selección?
¡Pues claro que sí! Sigo soñando con ganar un título con mi selección nacional. Yo creo que podría haberme hecho un hueco en este equipo, pero las decisiones ya están tomadas, y hay que respetarlas. Ver a Van Bronckhorst de titular con 36 años me permite seguir soñando.

A sus 34 años posee una frescura física y mental impresionante. ¿Cuál es su secreto?
Sigo al pie de la letra un proceso de desarrollo personal de mejora constante. Me sirve para mantener la cabeza y las piernas en las mejores condiciones. Me cuido mucho, no bebo, no fumo y si me siento fatigado duermo cuanto necesito. Y además, me gusta mucho entrenar, de verdad. Muchas veces me quedo 30 minutos más después de la sesión y sigo yo solo. Mantener la pasión por el deporte es esencial para no perder el entusiasmo.

Antes ha mencionado un proceso de mejora continua, ¿en qué consiste exactamente?
Pues yo diría que soy como un ladrón profesional (risas). Robo lo que veo en los otros jugadores. Pero que conste que se trata de un robo positivo (risas). No, en serio, es importante ser innovador, ampliar constantemente el propio arsenal de recursos, renovarse. El deporte tiene una gran carga mental: si antes de saltar al césped tu rival no puede predecir tu juego, ya tienes a tu favor una baza enorme. Por eso digo que hay que inspirarse en los otros futbolistas, especialmente en los más jóvenes que acaban de llegar y no paran de inventar.

Su asociación, Champions for Children, trabaja en África. Venir al continente para la Copa Mundial debe suponer una emoción muy especial para usted. Ya lleva un mes aquí, ¿cuál es su balance?
Antes que nada, me gustaría dar las gracias a la FIFA por su organización, que ha sido fantástica. Ahora he descubierto hasta qué punto el trabajo que lleva a cabo es enorme. Cuando vienes en calidad de jugador, no ves todo lo que hay entre bambalinas. También me gustaría dar las gracias a los servicios de seguridad, a los aficionados y al pueblo sudafricano, porque los estadios se han llenado y no ha habido ni el más mínimo incidente en las inmediaciones de los recintos. La hospitalidad africana ha sido genial, así que desde la perspectiva del aficionado ha sido un gran placer estar aquí. Sin embargo, como especialista, estoy un poco decepcionado con lo que hemos visto sobre el césped. Hasta cuartos de final, casi no hemos visto buen fútbol. Y la culpa es principalmente de las estrategias defensivas.