Metamorfosis del Calcio
La victoria de Italia en la Copa Mundial de la FIFA 2006 fue un bálsamo para una generación talentosa golpeada por los escándalos de la competición nacional. Cuatro años después, laNazionale, que todavía no ha ganado un solo partido en 2010, sufrió en Sudáfrica un duro revés.
En lugar de dejarse arrastrar por la crisis, la Asociación Italiana de Fútbol ha decidido agarrar el toro por los cuernos. Para relustrar el blasón de cuádruples campeones del mundo, figuras legendarias del Calcio han aceptado participar activamente en un vasto plan de relanzamiento. Tienen carta blanca, aunque para llegar a sus fines tengan que poner patas arriba ciertos hábitos y clichés. FIFA.com esboza los rasgos de esta regeneración del fútbol italiano.
Baggio, la pasión como salario
Roberto Baggio, 43 años, 27 goles en 56 partidos internacionales, oficialmente nombrado presidente del departamento técnico, tiene por misión insuflar un nuevo estado de espíritu en la formación de jugadores. "En Italia, la cultura del resultado lo aplasta todo. Recuerdo que, cuando era un jugador joven, una vez intenté y conseguí dar un buen taconazo al balón durante un entrenamiento. Inmediatamente, el entrenador se puso a gritar: '¡Los taconazos son para el circo!'. En cambio, en España, la cultura del juego bonito es la que prevalece. Es esta mentalidad la que hay que hacer evolucionar", explica Baggio.
El Divino o La Coleta ha aceptado por tanto interrumpir momentáneamente su retirada dorada en la pampa argentina. "Italia no está desprovista de jugadores de talento. Sólo hace falta dejarlos que se expresen, darles confianza y ayudarlos con inteligencia. La técnica siempre debe prevalecer sobre el aspecto físico y la táctica".
Aunque no tiene título de entrenador, Baggio ya suscita unanimidad. "Roberto Baggio es el fútbol. Cuando tiene una misión, siempre se entrega a fondo", resume Sandro Mazzola, otra leyenda del fútbol azzurro. Por otro lado, a Baggio no podrá acusársele nunca de volver por interés pecuniario, puesto que no cobrará por sus servicios sino sólo por sus gastos. La pasión será su único salario.
Leyendas para jóvenes
Demetrio Albertini, 39 años, 79 internacionalidades, Vicepresidente de la Asociación Italiana de Fútbol responsable del "club Italia", abunda en la misma dirección. "Debemos imponer un nuevo código ético en todas las selecciones nacionales italianas, sobre todo entre las más jóvenes. Los jugadores deben comprender que la Nazionale no es un club de alto nivel sino un equipo transversal, que representa a un país entero así como unos valores", explica.
El ex milanista no duda en lanzar un vibrante mensaje a los presidentes de las entidades futbolísticas de su país: "Pocos clubes tienen las infraestructuras necesarias para los equipos juveniles. Inviertan para que puedan jugar los jóvenes". Por lo demás, ya ha hecho de este tema su caballo de batalla: "Los grandes clubes deberían contar con un segundo equipo en otro campeonato, que sirva de vivero natural y en el que la obligación de ganar no sea lo único que importa. Estos equipos B permitirían a los jugadores jóvenes crecer a un verdadero ritmo de competición".
Otra figura emblemática, Gianni Rivera, 67 años, subcampeón del mundo en 1970, 14 goles en 60 contiendas con la selección, será el encargado de los sectores escolares y de la juventud, y tendrá la misión de instalar pasarelas operacionales entre estos dominios y el mundo deportivo.
Recuperar el rango
Siguiendo en la misma línea, Arrigo Sacchi, 64 años, entrenador de la Azzurra subcampeona del mundo en 1994, será el coordinador técnico de las selecciones juveniles sub-16 a sub-21. "Los jugadores de talento son fundamentales pero deben tener pasión. Necesitamos jugadores talentosos pero nada de solistas. Deben comprender que el fútbol es un deporte de equipo", analiza Sacchi, para quien "Italia es hoy un país de (jugadores) viejos".
Las cifras le dan la razón. La edad media de la Serie A es de 27,44 años, es decir, la segunda mayor de Europa, sólo por detrás de Chipre. El AC Milan es el equipo más añoso del campeonato, con un promedio de 29,28 primaveras. Hay poco sitio para los jóvenes de aptitudes. Eso explica en gran medida el fracaso de las selecciones juveniles, que no han ganado nada desde 2003 (Campeonato Europeo Sub-19), porque a igual talento no tienen el mismo espíritu de competición que sus adversarios.
La última piedra de este nuevo edificio es el nuevo seleccionador de la escuadra italiana,Cesare Prandelli, 53 años, que es un adepto del juego artístico, como lo ha demostrado en el Fiorentina. En perfecta osmosis con la nueva junta directiva, ha presentado una lista de 23 jugadores para el partido de preparación contra Costa de Marfil que sólo contiene ocho veteranos mundialistas y diez neófitos, siete de ellos en defensa. De un golpe, el promedio de edad ha bajado de los 28,9 años a los 25,7.
Así, sin hacer ruido, la Italia del buen fútbol se ha puesto a trabajar. El objetivo está claramente definido: recuperar su rango y su prestigio dentro de cuatro años en Brasil.