AHORA …
Escribe JORGE CROSA
El mundo de hoy, hace que las buenas noticias casi no existan. Asaltos, crímenes, robos, asesinatos, motines, todo eso, que no es poco, agregado al mundo de la droga y todas las noticias desagradables y sin solución que recorren nuestros medios informativos hacen que una información positiva, acaso, pase desapercibida.
Y éste es el caso. Tal parece, se concretará, que la diversión del fútbol (observe cómo lo trato) retorna al país que logró colarse entre los cuatro mejores del mundo y que goza de un bienestar deportivo, como hace 40 años no tenía.
Estar en el marcador.
“LAISSEZ PASSER …”
Creo, firmemente, que aún no se han dado cuenta de lo que ello significa. Me parece que hay una especie de “laissez passer”, algo así como “dejá pasar, ‘ta todo bien” y no es así.
Hay una soberbia desconsideración con los protagonistas del acontecimiento de comienzo de la década que es Uruguay entre los cuatro mejores del mundo. Y sin fútbol activo.
Que los jueces reclamen lo suyo y que se los otorguen.
Que las transferencias que se tengan que hacer, se concreten.
Que el fútbol retorne en plenitud, sin intrigas palaciegas, como siempre encuentra algún imbécil, de ésos correveidile que cree que “las saben todas”.
HASTIADO DE LOS FALSOS “HONORIS CAUSA”
¿Sabe que, señor? Estoy hastiado de los “Honoris causa”en el fútbol, los que se creen y se adjudican derechos cómo, por ejemplo, de una vida tan insólita como mentirosa, aquellos que vieron el mundial del 50 y hoy saben, por ése motivo, “muchísimo más” que todo aquel joven que intente siquiera atreverse a discutir o conversar sobre fútbol.
Basta, che. No mientan más, ya la gente los conoce, entorpecen los caminos de la verdad, son figurines de venta feriales y nada más. Nunca representaron, ni representarán a nadie. A ningún uruguayo, éste tipo de gente, a la que me refiero y por respeto al lector, dejo que el mismo intuya a quienes me refiero.
“GRADOS CINCO” Y CORREVEIDILES, (LA GENTE NO LES CREE …)
Los “Grado Cinco” en la pelota, me hastiaron. Los “meteretes” incultos, también.
Entonces, vamos a darle al joven, al hombre de nuestro tiempo también, contemporáneo, que acá no hay genios, ni Aladinos.
La soberbia los atrapa y su omnipotencia es un papelito al viento, luego del carnaval.
Caramba, les iba a decir que estoy feliz que se vayan arreglando los problemas de la pelota, que los árbitros perciban lo que corresponda, que la pelota ruede, que los muchachos jueguen, que el mercado, medio pobretón de transferencias se mueva y regresen los uruguayos al mundo del fútbol.
Pero esto quería decirlo porque he visto, escuchado y leído tanta estupidez, pegándole en el caño, a la ignorancia, que no vale ni la pena una línea más.
Que retorne el fútbol.
ESTE ES EL MOMENTO IDEAL, ADELANTE CON EL ENVION
Vivamos el momento que nunca pensamos, décadas atrás, que pudiésemos regresar a estar en la consideración mundial.
De eso hay que hablar. No más, como la vida cotidiana, de asaltos, asesinatos, robos y demás tragedias del hombre, que nos la muestran – por obligación claro – con el derecho de informar, la prensa uruguaya, que le gustaría tratar otros temas, superiores en cuanto a la temática periodística.
Pero, no puede ser. En fin.
Que el retorno de la acción sea para bien. Que comprendamos que hay temas, en el fútbol que solucionar y lo hagan.
Que debemos respetar el trabajo hecho por los futbolistas y cuerpo técnico en Sudáfrica y conversar hasta llegar a un acuerdo. Esto es vital para continuar con el proceso de avance, de un progreso inesperado para la mayoría, esperado por los que trabajaron, en silencio, en él.
Pues bien. Que ruede la pelota. Y con ella, las ideas que den vueltas y vueltas en las mentes de los dirigentes y se arribe a una puesta en acción permanente de las selecciones nacionales.
DEBE SEGUIR EL PROCESO, ES VITAL EL CUERPO TECNICO
Esto es sustancial. Aprovechar el envión formidable de Uruguay en el mundial de Sudáfrica, con la celeste, el cuerpo técnico, el tema Tabárez – ¿Cómo no va a tener arreglo?-, es necesario continuar con la tarea. Imprescindible, diría.
Y debe ser “ahora”. Una curiosa palabra para expresar todo un mundo y toda una vida.