miércoles, 1 de octubre de 2008

"TORMENTA CON MATRACAS"

(frase del Contador José Pedro Damiani)

Escribe JORGE CROSA


Disculpe, ¿si Nacional no se quería presentar a jugar frente a Villa Española, porqué estaban sus jugadores en el túnel, vestidos para el juego, con gurises para la foto y esas cosas que suceden cuando entra un equipo al campo?
- …………………
Impuntualidad. Entrar o llegar tarde.
Este tema que ha generado polémicas en todos los sectores del fútbol local, Consejo Ejecutivo, Tribunal de Penas, de Apelaciones, reglamentos en mano, artículos, incisos y demás, en realidad, ¿ es para tanta alharaca?
El lector podrá pensar y tiene toda la facultad de hacerlo que si manifestamos nuestra opinión en contra a todo lo que se está haciendo por 3 minutos, el tilde cae en que somos partidarios tricolores.
En caso contrario, seríamos de los peñaroles.
No existe otra alternativa.
Entonces, en estos temas, hay que decir lo que uno siente y nada más. Piense lo que piense cualquiera que nos esté acompañando en estas líneas.
El querido Contador José Pedro Damiani, de quien me consideré su amigo, luego de más de 30 años de viajar por todo el mundo, en torneos Libertadores y por dos veces la Internacional, en una de sus frases que siempre quedarán en el ambiente futbolero decía: “ No me hagan tormentas con matracas”.
Y a eso me refiero con este asunto.
Al decir lo que pienso, con la verdad (desde la escuela me lo dijeron) no ofendo, ni temo, creo que se está haciendo un incendio de una fogata.
Que no da para tanto y que los conceptos que se manejan han sobrepasado el origen real del tema.
Soy de los que no busca culpables, sino soluciones. Una manera diferente de encarar ciertos temas. Este es uno de ellos.


¿APRESURAMIENTO?


En buenos términos, creo que el Dr. Líber Prudente, debió tener un poco más de paciencia. Yo sé que se dirá “ pero si así es todo, mañana entran media hora más tarde y no pasa nada …”.
No es así. Incluso, es mi impresión y hablo en primera persona para no involucrar a nadie, naturalmente, que, en lugar de enviar a Falce, debió ir él, a consultar el problema del atraso.
Allí sí, en persona, ante una evasiva o una contestación fuera de lugar, suspender el juego, pero no por esos tres minutos o los segundos y quintos y que fueran, porque no daba la cosa para tanto.
Estaba clarísimo que Nacional quería jugar el partido y que no le quería “tomar el pelo”, ni faltarle el respeto al cuarteto arbitral por desajustes en su aparición.
Que Nacional actuó con displicencia y cierta “uruguayez”, esa que conocemos todos y que habla del “no pasa nada”, estamos de acuerdo.
Pero quería jugar y no le dio la cabeza a ningún jugador “sobrar” a nadie o “’pará un poquito que aquí yo hago lo que quiero, ¿ta?”
Entiendo la molestia de Prudente. Lo que no comprendo es el apresuramiento o mejor expresado, la aplicación del cronómetro, como medida fundamental, única y exclusiva, para dar por suspendido el juego.
Esta aplicación de un artículo de un reglamento que se habla, pero que no se refiere en instante alguno a dos o tres minutos, estando en el campo y a punto de salir, no aparece en ningún artículo.
Lo que sí aparece es que la impuntualidad se sanciona en el caso de la no aparición de uno de los equipos durante el tiempo que dure la primera parte del espectáculo.
De eso sí, hablan los reglamentos.
Pero, aquí, como suceden las cosas, imprevistamente, o por primera vez, todos quedan sorprendidos y no saben cómo mover las piezas de éste ajedrez futbolístico.
Es que la jugada “fischeriana” ( a lo Bobby Fischer, el genio del ajedrez) de Prudente , dejó a la gente con los trebejos en la mano (trebejo:pieza del ajedrez).
En la nuestra: afeitado y sin visita.
Y la otra es: “Alguien tiene que dar el ejemplo.”


¿ Y LA GENTE, QUE ME CUENTA?


Porque la gente … cuenta. Es la que mantiene el espectáculo. Es la que mantiene, como se puede el fútbol local. Solo, con el gurí, con quien sea, pero con la platita en la mano, la entrada y adentro. Alguno la rompe o la tira … ¿y ése buen cristiano, a quien le va a reclamar?
A ningún Tribunal seguro.
Se actuó con un apuro desacostumbrado. Si bien es muy cierto que los horarios son para respetarlos y estamos absolutamente de acuerdo, también he visto partidos que han empezado, diez y quince minutos más tarde, tipo clásico, mientras retiran del campo, los papeles, las serpentinas, globos y demás objetos que la hinchada, en plena euforia, tira al campo al ver sus colores “queridos” en el ruedo.
Pues bien.
Más allá de lo que digan “los tribunales”, el sentido común, que también se usa, me indica, por lo menos a mí, que debió jugarse y es más, luego del informe del juez, salvo que exista algo “extremadamente secreto y confidencial” que yo no sepa, la semana siguiente, con la advertencia o bien una amonestación, sea Nacional, Peñarol, Villa Española, Danubio o Defensor, el autor de la demora.
Esa, era para mí, no sé si la solución, pero sí la re- solución del tema.
Que no se repita. Como en las viejas escuelas: “No lo debe volver a hacer”.
Acaso no tanto por la irresponsabilidad del equipo en no presentarse en tiempo y forma, sino porque la gente no tiene nada que ver en este asunto.
El público paga y quiere ver fútbol. Eso cuando tiene suerte. Pero lo que le pasó a la gente no lo merece. En eso estamos todos de acuerdo, supongo.


“QUE PARTIDO, EH …”


Entonces, como en un partido, la tiene el Ejecutivo, se la pasa al Tribunal de Penas, éste la para y se la da al de Apelaciones, la toma y la envía al Colegio de Abogados, éste la pierde. Expediente afuera y saca de nuevo el Comité Ejecutivo.
La gente pide fútbol . Se juega mal. No hay goles. Lo que es peor. No hay jugadores.
No piense que tomamos esto como una broma, pero es como para distenderse, ¿vio?.
Ante tanta denuncia, “si hacés esto,va a pasar esto y renuncia éste y aquel y cuidado porque paramos todo y se terminó el asunto y …”
Amenazas, malos tratos, demoras y la casa sin barrer ...
Voces, gritos que claman justicia, desafiliaciones, suspensión del campeonato …
Demasiado exagerado para el fútbol nuestro de cada fin de semana.
Hoy le pasó a Nacional, mañana, de repente a Peñarol, pasado a Defensor, vaya uno a saber.
Y sí, estimado Contador, en el recuerdo de sus frases, por la amistad de tantos años, en aquellas tertulias “gardelianas” y en ocasión, para los parciales del cumple aurinegro, me afilio a su sentir popular, cuando expresó: “No me haga tormenta, con matracas …”
En el respeto por la gestión de todos, desde el juez, hasta todos los que han intervenido en éste caso, no es ausencia de autoridad, una revisión de los hechos y la calidad de los mismos.