Escribe JORGE CROSA
“Ellos vinieron a golpear”. Me causa gracia, ciertamente, la versión argentina del partido. Justamente “ellos”, los impecables gladiadores del balón, los equilibristas de la pelota como Tevez, Messi, Agüero y demás, “formidables” jugadores, según la “gran prensa argentina, salú”, nos tildan de golpeadores, que les fuimos a pegar. Pobres, ¿les habrán dolido mucho los golpes de los muchachos?
Que pena, porque, sinceramente yo me hubiera preocupado de jugar mejor y no andar revolcándose, con el llanto a punto de estallar y las aparatosas caídas, tipo circo de Susana Giménez. Los “mediáticos” se quejaron, mirá vos …
Y sí, Uruguay juega así. Pega, golpea duro, tranca, siempre fue así. Pero antes, también jugábamos un poquito, bah, bastante más que ahora, de lo contrario, estos muchachos argentinos, no eran rivales. Pero fueron y nos ganaron porque no demostramos, en momento alguno, ese fueguito, negro, que tenés que tener y mostrarlo, para quemarlo al otro.
El fuego sagrado de la rebeldía. Nos quedamos en esa. Una lástima de verdad. No generamos fútbol.
Claro que dos goles en 13 minutos hablan de desconcierto absoluto, cosa admitida por el técnico Tabárez.
Según Basile, el juez tuvo mucho que ver porque fue muy “permisivo”. Ajá, ¿y ellos jugaron tan bien?
No, es la respuesta. Sucedió que nosotros jugamos tan poquito, que por lo hecho, salió hasta de oferta el 2 a 1.
Si se prepara un grupo con Abreu, es para habilitarlo siempre. Eso no pasó. Suárez no respondió y el medio juego, ése que podía haber sido del Cebolla Rodríguez, Diego Pérez, el propio Eguren y demás, no funcionó.
Hay que ser breve en esto: no se jugó para ganar. Entonces el resultado se ajusta a la realidad.
No nos pongamos a llorar, eh. Mire que a Carrizo, la TV lo mostró seis veces, no más. ¿ta?
Bueno. Como creo que no existen partidos “ganables, perdibles o empatables”, según reza la “literatura pelotera” de los que creen saber de este negocio (no lo tome como un jueguito de soberbia, sino lo que me muestra la cancha y demás elementos), quiero verte, yoruga, ahora en el techo del mundo y contra los muchachitos del Evo, un apasionado de los metros. “Cuanti más arriba, mijor”.
Un cuadro nuevo. Lesionados, tarjetas amarillas abundantes y el ánimo, vaya uno a saber cómo está.
Contentos, sé que no.
Ahora resulta que este muchacho, Botero, se le ocurrió hacer goles y todo. No, si andamos pa’l cachetazo, nomás.
Culpas propias … a ver … y … los que jugaron fueron ellos y saben que no lo hicieron bien. Se armó un grupo para un “algo” que no se hizo. Esto es, la escenografía de Indiana Jones, para un corto de Los Simpsons …
No podía funcionar.
Dijo Discépolo: “ El malevaje extrañao
Me mira sin comprender
Me ve perdiendo el cartel
De guapo, que ayer
Brillaba en la acción. “
Ahora … ¿será que …? , ¡Ya no me falta, pa’ completar
Más que ir a misa e hincarme a rezar …!
No me parece de uruguayos y menos de buenos jugadores.
Pelearla. Con altura a la altura. Con otro equipo, con cualquier equipo, no me importa, pero Bolivia, porque lleva esa ventaja de vivir en un “penthouse”, no nos va a arriar el poncho, aunque le haya empatado a Brasil y le haya hecho tres a Perú.
¡Ché, con lo que se tenga, despierten al indio, no para pegar, sino para la reivindicación, para mostrarse a sí mismos que se puede a como de lugar y en cualquier lugar.
No como pasó ante Argentina. Un desconcierto absoluto.
Creo, aún, en la fuerza espiritual, en la rebeldía de los uruguayos.
A pesar de los palos en la rueda que nos ponemos nosotros mismos. Que siempre andamos a tres bandas, como la carambola.
Bolivia y Uruguay. Ellos con todo. Nosotros, bua, como se puede estar.
Baldassi le dijo a Garrido que se siente enormemente la altura. “Falta el aire, las cosas se complican”, le comentó.
Así que no es verso. Nosotros también estuvimos y se siente el ahogo, sin duda.
El tema es jugar al fútbol bien. Cosa que no se logró contra Argentina en ningún momento.
No sé si será el lugar, pero que es el momento adecuado para levantar el espíritu, no tengan ninguna duda.
Los uruguayos esperamos, por lo menos yo, una gestión alentadora.
De no ser así, dale al gurí la calculadora para que juege con ella.
Total, si la rompe, no importa.