viernes, 26 de septiembre de 2008

ROJA A LA ALEGRIA

Escribe JORGE CROSA


No sé si usted se habrá dado cuenta al igual que yo que, en el fútbol, hemos perdido la alegría. No se trata de los últimos resultados, de las eliminaciones continuadas hacia los campeonatos del mundo, las malas perfomances en la Copa Libertadores, en la inventada Sudamericana, sino en el sentir general del uruguayo, mejor expresado, del montevideano que concurre o bien se entera de lo que pasa en el fútbol.
Pocas son las noticias buenas. O ninguna, para ser coherentes con nuestra impresión. Hay quejas por todos lados. Aquel partido de Nacional y Villa Española – en litigio aún – si se juega o no. Advierten los más influyentes en las hinchadas y directivos que retirarán a sus equipos si se llegará a disputar. Otros que no se quieren presentar. Alguno que se queja por el pago tarde, pero pago al fin. El caso de Basáñez. La plata estuvo. Tarde, pero estuvo. El asunto de Progreso. Tampoco sirvió porque se ausentó la buena voluntad y esa cierta elasticidad que obra en gente comprensiva para todos los casos de la vida.

EL EXPEDIENTE VIAJERO

No es uno sólo. Hay varios papeleos. Un tribunal se lo pasa al otro. El otro no tiene competencia. Tampoco al que le toca, parece que no le toca. ¿ Y q uien lo tiene, no, el Gran Bonete?. Si se juega hay amenazas, si no se juega también. Esto es, la pelota va y viene. Eso sí, nadie la quiere. El expediente va y viene, como la “Valijagate ” de Antonini, el sonado caso en la Argentina. Una valijita perdida con cuatro palitos verdes y cambio chico. Acá no da para tanto, pero se vive un caso político deportivo de alto nivel, para entendidos en la materia. No es para que opine cualquiera, eso está claro.

SE ENTIENDE MUY POCO

Y en el orden deportivo, se borró la comprensión. No hay más que decir. Se terminó el diálogo, la manera más humana que conozco de poner en orden y claramente las cosas, en fin, llegaron al final una cantidad de buenos gestos, de gente solidaria, de espectáculos que sean divertidos, en lugar de campos de “batallitas” lingüísticas, desagradables, como para no concurrir con su familia, ni con nadie o simplemente no ir.
Y nosotros, los periodistas, debemos insistir, tenemos que hacerlo, es casi una obligación decirle a la gente que acuda al fútbol. Que vaya. Que se divierta. Que vea un buen juego.
Pero, hay un detalle que nos está impidiendo tal convocatoria :¿Cómo hacerlo con lo que está pasando los fines de semana?
Agresiones, corridas, temores, patoteadas, grupos de alta peligrosidad, además, el juego que se ofrece es de regular hacia abajo, por lo tanto, no hay manera alguna de decirle al público uruguayo, de verdad, con el respeto que nos merece la gente, que de ella ocupamos cada uno su lugar en el periodismo nacional, que vaya, que concurra sin problemas, que se va a entretener.


NO HAY “ONDA” …


No es posible. Hemos perdido la alegría. Recuerda ¿adiós Carnaval? ..
Viene a ser algo así, como una tarjeta roja a la alegría..Porque entre amenazas, inexactitudes, errores, equivocaciones, malas decisiones, interrogantes que no tienen respuestas, demoras en las sanciones y demás, nos estamos hundiendo, más allá de los esfuerzos que se hacen de sectores vinculados al fútbol para transformar la acción negativa en positiva.
Los jóvenes le llaman a éste clima “no hay onda, viejo …”.
Nosotros creemos que no hay clase, ni categoría, ni la calidad de hace muy poquito tiempo, nomás, seis o siete años, en donde aún se vislumbraban figuras con adornaban un juego, un lindo espectáculo, perdiendo, empatando o ganando, no importa, pero ofreciendo un agradable partido.
Eso, cada jornada que pasa, se va como si se lo llevara el viento de la nueva primavera que nos visita.


“SE’IGUAL …”



Que somos sufridos los uruguayos, ya lo sabemos, pero le siguen pegando al yunque, mi amigo.
No es problema que duela, pero se siente el ruido , sin duda.
Agréguele que se pierde, en donde sea. Afuera o adentro “Se igual”, diría el personaje de Minguito.
Eso sí, como si se viviera en otro país, se piden resultados, partidos de buen nivel, como si se cambiara todo éste clima en unas horas nomás.
Hay que ser muy caradura o un gran mentiroso y no trabajar decentemente para aportarle difusión a “esto” que se presenta los fines de semana, salvo, como siempre decimos, las excepciones, que, felizmente las hay, de juegos distintos, agradables, que se pueden disfrutar.
Pero la mayoría no es así. ¿ Se fijó que todo se cuestiona? El arbitraje de fulano, el penal aquel, la expulsión de …, la designación de …., la sanción de …. , y las frases comunes “así no le ganamos a nadie”, “que desastre” …
Pues, entonces, con este apesadumbrado clima , ¿ con qué argumento usted invita a que la gente se divierta viendo un partido de fútbol?
¿No deberían cambiar radicalmente los textos leídos líneas arriba para que ello suceda?
Porque, lamentablemente, ésta es la verdad.
Ahora, también se puede contar una fantasía y usted queda hasta contento.
Pero es simplemente eso, una fantasía.
Esto es, representando los ideales en forma sensible o bien idealizando las reales.
No da ni para una cosa, ni para la otra.
Ahhh, fútbol viejo, ¡hace tanto tiempo que no disfrutamos juntos!
¿Se podrá ordenar, aunque sea un poquito nomás, la casa?
Por lo que fue la casa …¿vio? Un ejemplo de valores inolvidables y unos recuerdos notables.
Acudo a una frase bien uruguaya: “ta brava la cosa”. Reiterada y real.
En fin …