Escribe Jorge Crosa
La incongruencia, la intolerancia, la cobardía, la inseguridad absoluta, además de múltiples problemas, todos ellos sumamente serios, aparecieron, una vez más en el fútbol (?) uruguayo.
El juez, Líber Prudente, aplicó la reglamentación horaria , lamentablemente escasamente usada en nuestro deporte, decidió suspender el juego porque el equipo de Nacional no había ingresado al campo, siendo las 15.30, hora en que debía iniciarse el juego ante Villa Española. Falce fue al vestuario. Advirtió que era la hora. Pasaron algunos minutos más, no vamos a precisar, los segundos y quintos, en que no entró el tricolor al campo, porque, como siempre, los uruguayos, somos los del “ más o menos”, “que se yo …” tres y media, cuatro menos cuarto”, vieja costumbre, usanza pretérita, uruguayismo clásico, del “ más o menos”. Irrespetuosa y pésima costumbre. Y una tarde, se terminó. O, por lo menos, este juez usó el reglamento y se “acabó lo que se daba”.
Que éste tipo de cosas “no se cobra”, como los famosos penales que vemos y nosotros mismos decimos: “son penales, es cierto, pero son de los que no se cobran”, como si esto estuviese bien. Esta vez, Prudente decidió el “no va más”.
Suspendió el partido porque uno de los equipos no estuvo en el campo en la hora reglamentaria. “Esto no se sanciona en ningún lado”, se podrá decir y es correcto. Pero, esta vez a Prudente se le ocurrió tomar la determinación. Tanto va el cántaro al agua que al final, se rompe.
Todo mal. No es de ahora que está todo mal o se ven mal las cosas.
En primer lugar, el inicio del Torneo, que si no pagan, no juegan, los manoseos de nombres, las irregularidades de todo tipo, las acusaciones injustificadas, las culpas al barrer, todo como para no empezar nada. Y se inició igual.Los que deben, pagarán, cuando puedan. Los que no, pedirán prestado, como sucedió y largaron. Una enorme inestabilidad, que no es novedad en ningún estamento del deporte uruguayo y ¿por qué no, sudamericano?. En todos lados existe esta terrible incertidumbre de lo que va a pasar, tanto aquí, como “al otro lado del Rio”, según Drexler y buena parte de Europa.
No somos exclusivos en esto de la desprolijidad y la irrespetuosidad.
Pero, claro, cuando se toma una medida fulminante, inesperada como la de Prudente, nadie sabe muy bien si está bien o mal.
Es sencillo. Está bien si se aplica el reglamento siempre, pero siempre, o se advierte, no por el simple hecho ocasional que un colaborador, como Falce, vaya y anuncie, sino que son medidas que se tienen que dar a difusión con el tiempo suficiente, porque, ya sabemos, que, incluso en partidos de enorme trascendencia, se han comunicado hasta con celular para comenzar en hora los juegos, de esa manera no se otorga ninguna ventaja deportiva.
Pero ésta medida de Prudente sorprendió. Téngase en cuenta, ajustado a derecho, que una cosa es enviar a preguntar y otra hacerlo personalmente.
Por todo lo que significa el hecho en sí, la presencia de 15.000 personas para presenciar el espectáculo. Por todo. Hay que asegurarse plenamente para tomar la medida adecuada y en el momento preciso.
Eso no pasó.
Entonces se producen las interpretaciones y los diferentes criterios para una misma acción.
Para Nacional, medida exagerada, para la gente, inexplicable y para Prudente justa de acuerdo a su proceder . 15.30 debe empezar el partido, no a salir un equipo del túnel o lo que fuera. Sin embargo, con respeto, esta inflexibilidad de Prudente, me llamó la atención, por lo anotado anteriormente. La consulta siempre es personal, porque la interpretación de la respuesta también lo es y un enviado puede tergiversar, inconscientemente, una palabra, un dicho, un gesto y sin quererlo, transmitirlo erróneamente. Eso debió ocurrir. Y eso no ocurrió.
CHI LO SA …
No estoy de acuerdo, no por la determinación en sí, sino porque con la sola advertencia de Falce, conociendo el uruguayismo y “siendo todos del mismo rancho”, había que haber insistido en algún momento, de la aplicación estricta de la medida horaria, con indicaciones severas del organismo referil hacia los clubes. Tipo “ desde tal fecha, se dispondrá que los encuentros se inicien, como está debidamente fijado, a la hora correspondiente. Se recuerda esto, a pesar que ya se debería saber que siempre tuvo que ser así”.
A eso me refiero. Una advertencia, sobre lo obvio, que los desprevenidos uruguayos, muchas veces necesitamos para poner la casa en orden. Siempre decimos : “Hay que tener cintura …hummm”
A pesar que el Colegio de Arbitros haya indicado que sería “pétreo” en la iniciación de los juegos. A este tipo de medidas hubo que darle amplia difusión, (tipo campañas sobre la velocidad en el tránsito, en fin, ejemplos sobran para ello) con la mayor de las advertencias y reiterarlas a como diese lugar.
EFECTO NEGATIVO
Además, esto del minuto más o del minuto menos, fue causal de un efecto tremendamente contrario para la gente, los jugadores, los directivos, para el espectáculo todo en general y generó lamentables hechos, vandalismos y desgraciadas agresiones anónimas, como siempre.
UN AGREGADO HIRIENTE:
Siendo ciudadanos del país del “más o menos”, esto, alguna vez iba a terminarse, nadie supo cuando, ni como, ni en donde, pero pasó en el Parque Central, con Prudente, con Nacional y ahora se escuchan voces como por ejemplo … “Y claro como a Peñarol le sacan tres puntos, a Nacional, el Tribunal …”por ahí” (todavía ni se sabe) también”.
Esto es, cualquier cosa. Se dice y se hace cualquier cosa. Y no me vengan con que está todo ordenado y bien porque es una gran mentira.
Repito que no sólo en el Uruguay, ni en eso somos distintos.
Tómelo como sea: “exageradamente correcto, políticamente incorrecto, deportivamente “chi lo sa …”. Eso sí, desgraciadamente, por éstos hechos hay un “impuesto” (ya que está de moda el tema) que es el de la sospecha, del recelo, de la desconfianza.
Lamentablemente todo mal.
DE LOS PATOTEROS Y COBARDES
El patoterismo en el fútbol es una vieja materia que no tiene solución. Muertos, heridos, avalanchas, agresiones de todo tipo y “yo no fui”, son las características de toda la vida.
A nuestro amigo Alberto Kesman lo agredieron. Herida cortante. Pudo ser peor. ¿Quién fue? Ya no importa para los cobardes. El alcohol y la droga, se encargan del resto.
La seguridad “brilló por su ausencia”. “No se puede estar en todos lados”, dirán. Y sí, pero resulta que la violencia continúa, siguen las agresiones, ya tuvimos, desgraciadamente, muertos en el fútbol y no vemos que se le encuentre solución a éste tema. Sabemos que es muy difícil, que se hace lo posible. Pero, está claro, que no alcanza.
O se es más enérgico (allí te llaman represor) o no alcanza el dinero (allí te dicen ¡que sinvergüenzas que son, estos de la política), porque aquí caen todos, créalo. Hasta usted, que no tiene nada que ver, por ahí, tiene la culpa de “algo”. Los cobardes que agredieron a Kesman, al compañero Mauro Más, que fue “rescatado” por los propios jugadores de Nacional, nadie sabe quienes son … ¿nadie sabe?
Esos patoteros se conocen todos. Y siguen yendo al fútbol. ¡Como no van a ir! Eso sí, tienen que ser más de ocho o diez contra uno o dos, propio de cobardes.
O más aún, todos contra aquel, que es manya o bolso, pegar, de atrás, que es mejor (¿) y salir corriendo.Esa gente (¿) sigue entrando al fútbol. ¿Pagan todos juntos, cuando entran todos juntos?
El “malón” ya es un clásico. Patoteros. Cobardes. Asesinos. No sólo en Uruguay, repito.
Una vez escribí : “Esto no tiene solución” refiriéndome a una situación similar vivida en Buenos Aires, cuando estuvimos trabajando durante muchos años. Lo sostengo.
Y no por la suspensión de Prudente, que ya expliqué.
Es por lo que generó la decisión. Acaso, reglamentariamente cierta, pero, innecesariamente aplicable.
Es por la inseguridad, por el atropello de los que se creen “vivos” y por el lamentable clima que vive el fútbol uruguayo.
Pero …no tiene solución. Así no.