Hoy el mundo “dice” que celebra este día. Uno diría que recuerda con pena y ahogo que hayan tenido que matar a estos hombres para que el mundo se diese cuenta, tiempo después, que tenían razón.
El silencio de hoy, al que me someto escribiendo esto, tiene que ver con la injusticia y el atropello. También con el abuso y la fuerza del poder. También con los deformación que la gente tiene de esta fecha.
No es una celebración. Es una protesta mundial, cuya finalidad, aún, no se haya entendido y mire que han pasado siglos …
No es para, por ejemplo, esta región, comer un asadito, tomar vino y no pensar. No es así. Muy por el contrario. Es para pensar y enseñarles a nuestros chicos realmente de qué se trató ése particular 1º. De mayo.
Pero el hombre tiene un espíritu de contradicción increíble. El Principio de contradicción constituye uno de los principios básicos que rigen al ser y al pensamiento.
Suele enunciarse: “ el ente no puede ser y no ser a la vez o bajo un mismo aspecto”. Y también (lo extraigo de los textos), en forma universal: “ Todo ser u objeto no puede tener no tener a la vez un mismo modo de ser o una misma determinación”. Afirmación y negación que se oponen una a otra y recíprocamente se destruyen.
Es el ser humano. Somos nosotros. Los que buscamos destruirnos, dándonos cuenta, de repente de los peligros que creamos, de las amenazas de gente que quiere y ya lo ha hecho, destruír por convencimiento religioso. Absurdo en su totalidad, por no hacer partícipe de ese sentir, para saber si está el mundo de acuerdo o no con esa creencia. Ya sabe de quienes hablamos. La lucha entre los propios hermanos de sangre. Las guerras que fueron, las que son, las que se llevan bajo la más increíbles de las mentiras, mandando a jóvenes a la muerte, en nombre de alguien superior. Una acción asesina y brutal. No es así.
Pero hay más, el hambre que no se soluciona, la muerte que le gana la vida en los países sin recurso, por más ayuda que se le otorgue. Que es una limosna pasajera y luego adiós. Hoy Haití. Ayer Chile. Mañana a quien le toque.
Y la tierra que se mueve y ahí sí, el hombre, no tiene nada que ver.
Pero sí tiene que ver el hombre con la desnutrición, con la ausencia de trabajo, con la enfermedad no curable, con el desinterés por los pueblos que sufren y no tienen chance. ¿ Qué puede sonar demagógico lo escrito? Y sí, que suene, nomás, pero es la verdad. Nadie puede discutirla. Los que tienen más sonríen y los miles de millones que mueren de hambre, no escriben su historia, porque la historia la escriben los ganadores, se sabe.
1º. De Mayo, no celebre. No es para eso. Es para pensar cómo podemos hacer para ayudarnos más entre los que podemos hacerlo. Cómo extender la mano sin odios, ni envidias, ni rencores.
Para decirle al poderoso que no lo es más por lo que representa, sino que la lucha del que está abajo continuará siempre que haya vida.
Ayudar es la base. Juntarse los pueblos de un mundo cada día más trastornado por los elementos químicos que destruyen el organismo del hombre. La droga, como principal enemigo y sus consecuencias terribles en las futuras generaciones provocando malformaciones irreparables.
Ese no es el mundo que queremos. Que por lo menos, quiero yo. No es así.
Tampoco es con discursos que se arregla el no comer, la enfermedad, la desidia, el mirar hacia “otro lado”, el “ no, de eso no se nada ….”
Y hay muchas cosas más. Los regímenes que cada uno cree tener su razón. Cada pueblo lo mandan vivir como sea. Mal, bien, regular o como venga. No importa. ¿ Como andás? Bien … ¿ y vos?. Es la frase más conocida en el mundo.
Y es falsa. Ni andás bien, ni cerca, salvo excepciones en millones y millones de seres.
Entonces, cuando tus hijos o acaso tus nietos te preguntan: ¿ Qué se festeja el 1º. De mayo?
La respuesta debe ser terminante: “Nada. No es un festejo. No es una conmemoración. Es una recordación de la lucha del hombre por el hombre mismo y que por pensar distinto y reclamar sus derechos, los mataron”.
Entonces, “m’hijo”, no hay nada que festejar. Sí que recordar que a eso no se puede regresar. Y que tal cual va el mundo, en su afán autodestructivo, la frase “sálvese quien pueda” cobrará cada minuto mayor vigencia.
Un bien enorme por los organismos creados para ayudar al prójimo. Un gracias eterno por los poquitos que se salvan. Pero se salvan, al fin.
La amenaza de un conflicto nuclear, la desidia, el “qué me importa”, las reuniones fastuosas sin ningún resultados de los líderes del mundo, son tan inútiles como ellos mismos.
Por tanto, un 1º. De mayo, recuerda que hay que seguir luchando por un mundo más parejo, de mayor distribución, no sólo de la riqueza, sino de la comida, para evitar ver esos físicos raquíticos de los morenitos africanos, con sus ojos enormes, desorbitados y perdidos, sin saber hablar, como preguntándole al mundo …¿ Qué es esto?
1º. De mayo, hace siglos la pelea por la dignidad del hombre.
Se fue a a la luna, llegó la época de las comunicaciones, celulares, plasmas, lápices que traducen idiomas, revolución industrial por todos los frentes, armas cada día más sofisticadas, por aquello que te matan por un par de pesos, ¿ no lo viste en la televisión?, todo parece un avance, menos la seguridad del ser humano. La vida misma acechada por anormales afectados del mal de moda: la química alterada (droga, al fin) para “ver” (¿) un mundo distinto.
Eso sí, matando al otro, destruyéndole la vida a una anciana por 30 pesos, usando a la cobardía, como si fuese una enfermedad …
1º. De Mayo.
Un “luto mundial” maquillado para que se acuerden de aquello …