lunes, 3 de mayo de 2010

" Y EL LEON SE DESPERTO ..."

Escribe JORGE CROSA


La indiscutible versión que todo es posible en el deporte, en éste caso, en el fútbol la dio Peñarol.

Desde el fondo de una tabla injusta ( o justa por lo mal que se venía jugando y haciendo las cosas) surgió el alerta con toda una historia real atrás. No se podía seguir así.

Levantar el campamento, cambiar la manera de pensar, de defender, de atacar, de conducir al grupo era fundamental.

No daremos nombres porque son los jugadores los que se la juegan, metro a metro en el campo, como pueden o como los dejan, pero, es indudable que la inyección de fe y de confianza, además del conocimiento del técnico Diego Aguirre, dio vuelta lo que parecía una vertical caída, sin final.

“Esperen que el león se despierte”, le escuché decir a Juan Pedro Damiani, cuando el temporal arreciaba y la gente no soportaba más.

Incluso, aunque aún existan – porque es cierto – problemas serios económicos y de relacionamiento entre dirigentes, es lógico que esto pase, porque en el fútbol todos queremos tener razón y cuando las cosas vienen torcidas, las culpas son del técnico, luego de los dirigentes y ni que hablar de los que entran al campo.

La gente reclama el éxito que la historia de un grande como Peñarol merece.

Ahí la tiene. La felicidad de los aurinegros es de toda la gente que le gusta el fútbol porque ve se puede recuperar un grupo, darle solidez, potencia, goles y victorias.

Acaso, esos dos puntos perdidos, ante el otro grande, como Nacional, establezca la estricta justicia de lo hecho por Peñarol.

No es sencillo salir del ostracismo, de un fondo impensado, a éste presente que habla de finales y estadios llenos.

Todos lo lograron. Ahora será otra historia. Los “mano a mano”, según una reglamentación ad hoc, de la Asociación, están a la espera de momentos de gran ilusión y expectativa entre los grandes del fútbol uruguayo.

El Contador Damiani nos contaba, varias veces: “ ¿ Y dígame, no pierde el Real, el Inter, la Juventus, el Bayern, porqué no puede perder Peñarol?

Tantas charlas con el viejo Presidente aurinegro terminaron por convencernos. Es cierto. Si los mejores del mundo pierden y gastan, hoy, millones de euros, ¿porqué no puede caer Peñarol?

La historia avala ese concepto. Sencillo y muy claro. La imbatibilidad es cuento.

De allí que siempre haya que confiar en los grupos que, tanto Peñarol, como Nacional, han hecho historia. No es de la noche a la mañana que se crean los campeones.

Son muchos años de victorias, en el paisito, que le dan un aval de grandes de verdad, tanto a Peñarol, como a Nacional.

Respetando a todos, por supuesto.

Pero grandes, aquí, en el pago chico, hay dos. Peñarol y Nacional.

El cariño y el afecto por las otras instituciones existe y se respeta como corresponde.

Sin ir muy lejos allí está Rampla, con una notable historia de viajes y victorias tiempo atrás. Como su colega de la Villa, Cerro, que tan bien, recoge en sus páginas Miguel Aguirre Bayley, en su libro El Clásico de la Villa. Porque seguirá habiendo “clásico de la villa”, por ventaja mínima, es cierto, pero la gente de bien arriba de Montevideo, continuará con su festejo tan peculiar y particular, como que salieron brillantes figuras de sus filas.

Y … es el fútbol. El que nos apasiona. El que ahora espera, con ansiedad, las finales de un torneo insólito, increíble y con un Peñarol agigantado en su gestión.

Y un Nacional que espera, como boxeador técnico, el golpe justo para derribar al campeón.

Además, la única casaca que nos convoca a todos los uruguayos, espera su viaje a Sudáfrica para ver elevar la bandera uruguaya en el mástil de los mejores del mundo.

La celeste. La mítica. La increíble, la hazañosa casaca de Obdulio.

Bueno, esta sensación nos dejó el fútbol del fin de semana.

La gente, las sonrisas, los abrazos, las lágrimas de no creer lo que había pasado con Peñarol, la suerte que todo haya transcurrido con alegría y sin tener que lamentar incidentes.

El fútbol vivió una jornada fantástica.

Y …tenía razón Juan Pedro Damiani, “esperen que el león se despierte …”