viernes, 13 de noviembre de 2009

LOS DUENDES DE JUAN ...

Escribe JORGE CROSA

Los duendes de Juan.
Alegría, explosión, dinámica, velocidad, toque, distinción, esfuerzo y una entrega formidable, más que un compromiso real con el fútbol que pretende Juan Ramón Carrasco, fue el resultado de la victoria notable de River Plate frente a Liga Deportiva de Quito, anterior campeón y con un técnico de primera, como lo es, Jorge Fosatti.

SIN EXCUSAS, PURA CLASE

Faltó el Japo. Mala suerte. Arreglate como puedas. Rizzotto, Diego Silva y John Varela (impecable), junto a Puppo, Córdoba y Porta, hicieron idas y venidas, con jugadas inteligentes, porque creen en ellos, porque creen en Carrasco y vino el primer gol. Varela le dijo “tomá flaco” y el hombre de los “portazos” la mandó a soñar con las piolas ecuatorianas. Habría más. Siempre dominando River. Todo pasa rápido. La pelota, el medio campo que, de repente no existe, aparece y desaparece el peligro.
Los ecuatorianos y su desconcierto. Juegan hacia los costados. Reasco, De la Cruz, Calderón, Méndez, Graf, Bieler, no encuentran la pelota, ni el juego.

UN PREMIO, MAS QUE UN GOL

Sin embargo, viene el empate. Méndez , la fortuna y gol. La dejó pasar Graf, inteligente y mano a mano con Dos Santos, entró. 1 a 1. Un premio, más que un gol.
Además, poca “liga” ante Liga. Porta afuera, Varela también. Regalos “de la casa”. Sin embargo …

RIESGOS DE LA APUESTA

Axioma para seguir en la Copa y subiendo. Como en la Bolsa de Valores, ya que Juan insistió (en una prueba “de su galera”, con un “inalterable” dólar, que, por más que le den), se mantiene igual. A River “le dan”, pero si creen los muchachos en lo que dice Juan, pasa esto. Gana. Y ya van … . No es cuento. Es una realidad. Es un fútbol que regala alegría, peligroso, incisivo, veloz y sorpresivo. Es posible, sí, que por momentos, quede “pagando”. Y … son los riesgos de la apuesta. Boxeador y pegador, a la vez, es imperdible.}
Es lo que trata de hacer, con sus duendes, Juan Ramón. Una historia nueva, con la generación nueva, para que los jóvenes crean que se puede. Este es el comienzo. Se puede, ya vieron que se puede. En casa hay que ganar. Allá veremos.

¡AFORTUNADO DOMINGUEZ!

Así fue. El golero de Liga, anduvo compró un par de quilos de suerte y los tiró en el área. Rebotes, pelotas en los caños, atajadas buenas, es cierto, pero con una cuotita de fortuna de novela. No hay que quejarse. Igual le entró la de Córdoba. 2 a 1. No entendía nada el visitante. Pero …¿éste River, cómo es posible que …?
Y … los duendes de Juan. La aplicación de un sistema arriesgado, preciosista, al borde del abismo, a ganar o morir en la lucha, pero siempre al frente. Ese es Carrasco. Así son los muchachos que prestan atención y cumplen. En casa hay que ganar. Tarea cumplida. Allá será otra cosa. Pero esta alegría, el fútbol que regaló River Plate, las jugadas de taquito de Varela, la sorpresa de los grandotes ecuatorianos, el grito desesperado de Fosatti: ¡Corran, che, más rápido!, al ver “que se le iba la novia”, son pruebas bien claras de un fútbol inteligente, arriesgado y valiente.
Una sonrisa dibujó el Centenario. ¡Cómo jugaron!, fue la frase repetida, cierta, real, concreta.
Los duendes de Juan …
Bien botijas, afirmen su concepto, escuchen, la concentración es fundamental. No hay muro que no caiga. Carrasco las sabe “lunga”.
River Plate dio mejor espectáculo que el que supusimos ir a ver. Que se repita en Quito. Será bravo. Nada en la vida es sencillo.
Sabiduría, respeto, creer que se puede, un fútbol corajudo, sin complejos, con ideas, con soluciones. Lo vimos, entonces, lo creemos.
Allá en Quito que regresen, único pedido, los duendes de Juan …