Escribe JORGE CROSA
Analizar, antes, un clásico, es como el estudio diario de la Luna. Siempre aparecen cosas diferentes. Hoy agua, mañana un mineral, pasado algo que pudo, en el tiempo, indicarnos qué pasó con la “romántica”, hasta el 69. Después la pisaron los norteamericanos.
Bien. ¿Quién gana, no? Advertencia: como siempre, opiniones de todo tipo entran en la olla. Pónganle de todo al puchero. (queda más rico). Todos hablan, todos saben, antes. El estadio que brama. Los gritos estereotipados de toda la vida. Ninguna novedad visible o cantable. Cantos conocidos.
Y la espera que consume termos, hace transpirar y pensar en el chiste para la semana, en caso de ganar.
Un clásico es como una conquista amorosa. Uno arranca bien con una frase, bien pensada, calibrada al máximo. La respuesta es una negativa absoluta. Mutis y por el foro. Adiós ilusión. Se fue la percanta. “Le erré”, pensás. De repente, la equivocada es ella. ¿ Puede ser, no?. El clásico lo pensás, lo trabajás en la cabecita y al final, chau flaco. Te desarman a los tres minutos. Un penal, un gol “de mentira”, un pifia, un error abajo, una pelota mal jugada, una jugada de “muchíiiiisima suerte” te tira al piso y es bravo recuperarse. Así son, con 50.000 locos gritando “pa’un lado y pa’l otro”.
Púa viene como potrillo “3 años”, rumbo a la Polla. No perdió el hombre. No quiere perder. ¿ Quien quiere esa manzana en mal estado, vamos?
Acevedo ha logrado un conjunto sólido, con buenos rendimientos, levantó al grupo que venía regular hacia abajo. Hay elecciones por esos pagos. Influyen. Todo influye. Hasta el mate frío te complica.
El “Pollo”, Pacheco, Alonso, De los Santos, Ramis … son vitales. Peñarol llega invicto con Púa. Incide.
Lodeiro, Vera, Oscar Morales, están en un gran momento.
Los trico llevan 27 pinitos en su haber y 9 en contra. Sólo uno menos que Wanderers que es el que tiene menos goles en contra. Liverpool lo iguala con 27.
Los peña perdieron uno, pero empataron cinco. Nacional no empató y pero perdió dos.
¿ Vio? Entreverados , “como piolín en bolsillo” … Es el clásico. Si digo gano el que le toque, no agrego nada, lo han dicho miles antes que yo.
¿ Y si me la juego y pierdo, qué pasa? A ver … medio campo, parejos, abajo también, recuperación de pelota, leve ventaja tricolor, llegadas, acaso Peñarol, media distancia, parejitos. Figuras, los dos tienen buenos valores. Si es por goles, Nacional.
¿ La suerte, juega? Sí. Ni le hablo de esguinces, desgarros, tirones, ahogos, cabezazos sin querer, “pata demasiado fuerte”, “pisotón quebrador…” (sin querer …)
El asunto arranca para un empate, por el invicto de Peñarol con Púa y su confianza en lo que arma. En Acevedo que sabe lo que tiene entre manos y lo ejecuta.
Es que, salvo excepciones, que las hubo, los clásicos siempre arrancan así, como para empate. Salvo desniveles formidables como la época de Artime, Sanfilippo, Morena, Hohberg, Míguez, otro tiempo, el mismo estadio, la misma pasión.
El clásico, ¿ sabe lo que es? … la moneda que tira al viento el juez y te dice que arco elegís. Mucho de suerte. Un enorme carga de fortuna. En definitiva, la moneda es la misma para los dos.Gira, gira, la destapa el juez y señala : “usted elige …”. La moneda, mira vos, es el clásico. Una aventura con la suerte. Eso es.
¿Pronóstico? (lea líneas arriba por si se olvidó).
O consulte a Horangel.