Escribe JORGE CROSA
Es cierto que Paraguay es un gran rival. No se descubre nada en recordarlo. Lo ha sido de toda la vida. Hoy los guaraníes están primeros con siete ganados, dos empatados y una derrota, allá arriba, con Bolivia y fea, por 4 a 2. ¿Jugaron mal o los 3.830 metros los fundieron? . Como sea, conocen la derrota, nadie es imbatible y por casa, ganamos tres, igualamos cuatro y caímos en tres juegos.
Los números favorecen netamente a los del “Tata” Martino que tiene 23 puntos, contra 13 de los celestes.
Hasta aquí el panorama es duro, complicado, ningún partido para Uruguay en los últimos tiempos ha sido fácil, (la no ida a mundiales es la consecuencia de lo que decimos), pero en algún momento (no me pregunte cuando) esto tiene que cambiar.
Para mal, ya está. Ya vimos, ya sufrimos, cuando jugamos mal. Lo miramos por TV. Hoy, a pesar del inestable momento que se vive, una conducción política en transición en la AUF, nadie sabe lo que puede pasar y se trabaja en ello, sumado al entorno de siempre, esas discusiones previas de los que “saben todo”, de los que “hacen el combinado”, de los que se encargan de enturbiar el ambiente diciendo que quienes están en la selección “no saben nada”, nos pone en guardia a quienes creemos, tal es mi caso, en nuestros jugadores. Soy hincha de la camiseta, ( como muchos de ustedes, supongo) de nosotros, de quienes nos defienden, de nuestra historia y no tengo ninguna venda en los ojos, ni he visto “otros” partidos que los que vio la gente.
Es un estado de ánimo, también, la ilusión. Porque, por encima de nombres ( no daré ninguno), Uruguay tiene el poder de brindarnos un alegrón o el regreso a casa con un negativo estado emocional.
Paraguay ha demostrado su peso, su jerarquía, pero no es invencible. Nadie lo es.
Se han citado a muy buenos jugadores. De peso, clase, fuerza, potencia, de goles y ya se dijo “que el equipo está o estaría”. Pues bien. El local tiene que ganar. No pudimos hacer eso con Chile, Venezuela y Ecuador.
Por esas cosas del fútbol, Paraguay perdió con Bolivia 4 a 2 y nosotros empatamos 2 a 2.
Una cuestión de altura …
Le hicimos seis a Perú y cinco a Bolivia. Estoy rescatando cosas buenas. Las malas que las atiendan los sicólogos. Bien. La estadística es importante, pero cada partido es una historia, lleguen como lleguen. Este deporte no es matemático. Que yo sepa, Paraguay no tiene superhéroes. Nosotros tampoco, claro.
Si advierte o intuye el lector que ésta opinión es con tendencia localista, acertó. Es exactamente así. ¿Y sabe por qué? Porque estoy cansado y hastiado de los pronósticos previos, esos que hablan de lo de que conocemos todos, de “lo de siempre”, que son bravos, que hay que tener cuidado, que por algo está siendo la estrella de eliminatoria. Todo eso ya lo sé.
Se habla poco y nada de actitud, buen fútbol y espíritu ganador.
El asunto es saber combatir, desde una práctica, desde un vestuario, ese revisionismo que nos sugieren los números a favor de los guaraníes, pero, por etapas, no como axioma.
Allá perdimos 0-1. ¿ Sería “milagroso” tomarnos la revancha? Antes, no hace mucho, “el desquite” existía.
Según los agoreros, es imposible.
“El que tiene fe en sí mismo, no necesita que los demás crean en él”. (Miguel de Unamuno).