miércoles, 29 de octubre de 2008
MENTIRA, NADA SE HA PERDIDO
Soy de una época en la que los principios valían. Esa misma etapa en donde la palabra superaba al documento y a la firma.
De esa época, no tan lejana, somos. Hoy, cuando vemos el escenario en el que se mueve, no solamente el fútbol uruguayo, sino la sociedad misma, me permito decir que estamos pegándole a la herradura.
Los uruguayos somos buena gente. Muy buena gente. Vamos a conservar este fantástico patrimonio, ese honorable legado de nuestros queridos viejos, de ser h ombres antes que nada, honestos, fuertes ante la adversidad y creyentes en nosotros, como nos enseñaron nuestros abuelos y nuestros padres.
No estoy de acuerdo que, hoy, todo está perdido. Que la juventud no nos escucha, no nos cree, no le generamos crédito.
No. Soy de los que cree en los jóvenes con toda la fuerza de mi espíritu. Son el futuro cada vez más inmediato del Uruguay. De gurí me hablaban maravillas de los que fueron realmente maravillas, como en el fútbol, los campeones de todo, desde aquel golpe mundial de Maracaná, imborrable, inolvidable, el sacudón del siglo en el fútbol, el terremoto más grande que una pequeña nación haya tenido en toda su historia y les agradezco a esos héroes la victoria.
No me pongo a analizar sicológicamente si nos hizo mal o bien el ser campeones del mundo, porque me parece una idiotez. ¡ Como va a hacernos mal el Maracanazo!
Lo que pasa que fue tan grande, tan enorme, tan ciclópeo el triunfo que jamás se repetirá, hay que animarse a decirlo.
Y no nos creímos nada. Vaya y pregúntele a Alcides Edgardo Ghiggia, tal cual hicimos nosotros y verá la humildad y sencillez con que define una gloria imperecedera, como si fuera una imagen celestial. Respetada y adorada.
“Corrí, ví que me cerraban el camino al arco y le pegué”. Alcides no dice que eso movió al mundo de la pelota. Eso sí, con clase de bandido, agrega: “ Sólo tres silenciamos a Maracaná: El Papa, Frank Sinatra y … yo”.
Pícaro como puntero que hoy no hay. Habilidoso, genial en su estructura y su concepto de vida.
Sencillito. Los cracks son así. No se hacen los díficiles. Hablan cuando pierden, cuando ganan, esto es, hablan cuando les preguntan. No existe para los fenómenos el “silenzo stampa” (silencio de prensa).
¿Porqué? Porque el crack, figura emblemática en la que creo firmemente, es maravillosamente claro. Pierde y explica. Gana y explica. Empata y lo dice. Se enoja como todos los uruguayos, calentones, con el sello tano y gaita incluídos desde nuestro ingreso al mundo, en aquella época de inmigrantes. En la etapa de los barcos, en la llamada “hacerse la América”, que fue, simplemente, venir a trabajar en paz, zafándole a los tiros, a una guerra absurda, como casi todas, porque sólo se quiere el poder y no a la gente.
“No fue nada del otro mundo”, agrega Ghiggia.
Y para nosotros, cada vez que el tiempo aleja aquella corrida por la derecha, el golpe justo, la vista pegada a la globa y el corazón a mil, me fijo en los muchachos de hoy que están en el tema del fútbol.Ghiggia es un ejemplo formidable de tenacidad, de clase, de claridad y genialidad a la vez.
Esos son los cracks. Los verdaderos. No los que la prensa titula o de repente “inventamos”, con algún título de impacto. No. El crack es eso. Crack. Algo de calidad superior.
Un diferente, un distinto, un mejor.
Y hoy los tenemos, los uruguayos tenemos a los distintos, a los mejores, a muy buenos deportistas.
Hay que encontrarlos, juntarlos, formarlos, educarlos, el mundo de hoy ha cambiado el sistema de relacionamiento. Hay que saber más de todo para destacarse.
Vayamos en procura de ello. Que duela el perder, que se sufra de verdad la derrota para sentir de verdad, también, lo fantástico de la victoria.
Sí, soy de una época de principios, de respetos y de humildades ciertas, no programadas.
Los uruguayos tenemos ese potencial aún, lo advierto en buena parte de la juventud deportista.
Acudamos a ella, como un tronco en el naufragio. Como el gol en la hora. Como la medicina que te salva.
Es espiritualmente vital creer en el ser uruguayo.
Desde allí se crece, si así no fuere, de nada servirá el consejo, el recuerdo, la historia, los principios, el respeto y el camino recorrido.
Esta reflexión se basa en hechos reales.
Toda coincidencia con la vida no es ninguna casualidad.
viernes, 24 de octubre de 2008
QUE PENA ...
El notable trabajo que dia a dia lleva nuestro amigo Julio César Gard sobre los jugadores, técnicos y profesionales uruguayos que están trabajando por el mundo, da para pensar y bastante.
Aquí no son nadie. No eran casi nadie, digamos. Ya sé, nadie es profeta en su tierra, pero, la frase, que es muy buena, tiene muchos siglos encima.
Hoy se habla de cientos de uruguayos mostrando su clase futbolística en todas partes. Menos acá. En estas tierras siempre somos horribles, para algunos, siempre hay jugadores mediocres, muchos más que talentosos, continuadamente vemos el lado oscuro, el costadito negativo de las cosas deportivas.
Será porque antes fuimos … bueno, esa historia tan real, como repetida por los veteranos y los no tanto. Adultos mayores, como para que no se enojen.
FUIMOS …
Es cierto. Campeones olímpicos. Al decirlo así, suena como normal y sin sustancia para los uruguayos, porque es como si estuviésemos acostumbrados, como cantara mi amigo del alma, que desde el cielo entona, Pablo Estramín. Sí, estamos acostumbrados a ser campeones. Campeones del mundo, hermano, del mundo, ¿eh?
Aquellos héroes de la globa, de los pases largos, de las corridas guiadas y técnicas, de los planteamientos defensivos con categoría, con clase, sin patadones agresivos, marca registrada oriental, de esos que te llevan sí o sí, al quirófano, eran moneda de uso habitual.
El mundo nos conoció por el fútbol. Recuerdo viejas frases de hombres de radio como Don Luis Víctor Semino en Sport que decía, junto a Adolfo Oldoine “Old”, dos estupendos cronistas de época y algo más que el mejor “embajador del Uruguay era el fútbol”.
Y fue así, nomás. En todas partes donde uno viajó y viaja, te citan a los grandes como Peñarol y Nacional, como Schiaffino, como Obdulio, en la última época Ruben Sosa, el Pato Aguilera en el Genova, con un homenaje al que asisitimos, justamente, con Atilio Garrido, éste por Ultimas Noticias, en su momento y cuando entramos a la cancha con el Patito, no lo podíamos entender.
60.000 personas coreaban “Pato, Pato, Pato …”. Era su último partido. Lloró el hombre y claro, con ese escenario, hasta el grande de Alberto Candeau, se le caían las lágrimas.
De allí, nos trasladamos en rasante vuelo imaginario a la Argentina para “ ver” imágenes de Juan Ramón Carrasco en River Plate, para pasar de inmediato al monstruo mayor de ésta última etapa oriental, como el flaco Enzo.
Un disparate de jugador. Ganador en todo. Recuerdo la anécdota de un tachero bostero que me dijo cuando tuve la oportunidad de trabajar en la Argentina, durante mucho tiempo, que me dijo: “Mire, señor, si será grande “el Enzo” , que yo, que soy bostero de alma (hincha de Boca el hombre) aplaudo al uruguayo, porque es un fenómeno”.
¿TE ACORDAS, HERMANO …?
Así eran las cosas. Y parafraseando al tango de Manuel Romero, ya se conocian drogas y morfinas, pero “los muchachos de antes no usaban gomina” …
“¿Te acordás, hermano,? ¡Qué tiempos aquellos!
Todo cierto. Todo verdad. Aquí enfrente nomás, la figura de Walter Gómez y la frase argentina: “la gente ya no come, para ver a Walter Gomez”. Un portento, una máquina de generar fútbol.
Epocas distintas, la boina blanca de Severino Varela, la potencia formidable de un Pepe Sasía, el extraordinario talento de Oscar Omar Míguez, o “Ciengramos” Rodríguez y la pierna zurda, fuerte y feroz, controladora nada menos que de Pelé, como el notable “Cococho” Alvarez.
Que tiempos aquellos. Y hoy, que cientos de jugadores están por el mundo, de acuerdo al minucioso trabajo que vemos de Julio, que técnicos orientales van y concretan sus éxitos, por el mundo, andamos “con el agua al cuello”, para saber si “nadamos” en el próximo mundial de Sudáfrica o donde lo quieran hacer.
Pero, créanlo muchachos, “eran otros hombres, más hombres los nuestros …”
Y sí, porque la historia lo avala. Porque no fue un sueño cuando di la vuelta olímpica en Tokio, contagiado, como deportista y periodista con Nacional, contra el PSV Eindhoven y las atajadas de Jorgito Seré, con el remate final del Tony Gómez.
Porque no fue mentira que grité hasta quedar disfónico y lloré con el gran viejo Damiani y Juan Pedro abrazados con mi amigo de chiquilines, José Carlos Domínguez, después del gol de la “fiera” Aguirre ante el América de Cali, en la superfinal de Santiago de Chile, para ser, tanto Nacional, como Peñarol, campeones de América y del Mundo.
Y el respeto de todo el fútbol a los uruguayos. Sí, señor. Así era hace 20 años años. ¡Que lo parió! ¡Veinte años, mi amigo, es un montón de “ñoquis”, viejo!
Y no pasó “niente” después. Se pinchó el “carro de la jerarquía”, que se yo. Y sin embargo, hay más de 400 uruguayos mostrando su clase por el mundo.
Una antinomia difícil de empardar. De comprender, de entender tan fácilmente. Somos cracks “allá”, somos buenos, hasta ahí nomás, “acá”.
Cambiaron los sistemas, las tácticas, las estrategias, las conferencias de prensa son penosas, las caras y respuestas de los protagonistas son para cumplir y andá que te cure Lola.
Caras tristes y gestos adustos.¿Sabés qué? Perdimos la alegría. Eso. Ya no nos divertimos como antes. Porque, antes, también nos iba mal, regular y bien. Ahora nos va mal y las expresiones son del tono amenazante, como característica principal.
Nada de alegría. Micrófonos y cámaras registran gestos adustos, respuestas lacónicas, jóvenes preguntando el porqué tal cosa y profesionales contestando con evasivas.
No sólo aquí. En la Argentina es peor. La ausencia de comunicación entre el protagonista y el periodista es más notoria. Si son amigos, hay un síndrome de alcahuetería, al contrario, una especie de alergia a “cierto individuo” que pregunta con “mala onda”.
Ni una cosa, ni la otra. Se juega mal y al vestuario. Si se jugara bien de bien, todos felices, esa es la verdad, incluso perdiendo, pero sabiendo que está todo en juego. De repente los rivales son mejores y “chito galindo”. Ta. A otra cosa. Pero no esconder el bulto, señores.
“QUE PENA QUE NO ME DUELA, TU NOMBRE AHORA …”
El mundo cambió. Ya lo sé. Usted también, yo también. Todos reconocemos que las cosas cambiaron. Por ahí vemos al “medio pelo” arriba y no lo podemos creer. Pero lo aceptamos y lo respetamos. Ahora se juega como se puede y bua “que se le va a hacer”, es la respuesta.
O dicen cualquier grosería en los medios y se ríen de los demás, a modo de programa cómico. La burla fulera, chantuna, sin clase, sin estilo, “a lo pampa”.
El mundo cambió. Sí y no para bien. La ordinariez entra en los medios, porque no saben elegir, como en el fútbol, se caen los ídolos, no hay cracks, hay buenos jugadores.
Te nombro Abbadie, Rocha, Spencer, Joya. Hohberg, negro, Hohberg, pahh … Manicera, Emilio Alvarez, Ruben González, Miguel Caillava, el Polilla De los Santos, Revetria, Morena, Máspoli, (cambio los tiempos, no importa) Aníbal Paz, el fenómeno del Profe José Ricardo de León, hasta “inventó” la vuelta olímpica al revés, de capaz, nomás … el Hugo Bagnulo, el “Tito” Goncalvez, por favor, el Pulpa Etchamendi, la clase de Alzamendi, eran todos cracks de una “legión seleccionada” por una vida diferente. El Tano Gutiérrez (hoy detrás del escritorio) ayer trancando a polenta pura, el Luis Cubilla, un artista el hombre, aquel Defensor del 76 que cambió la historia, Pedrito Graffigna, o los de antes, como el Lobo Miramontes, Willy Piriz, (ellos me dejaron jugar un ratito, dale pibe, pégale bien, botija, dale chambón …), el Negro Ferreira,el Luis Radichi, en el arco, ¡un frontón! , el querido Profe Santos de siempre, el Cholo Demarco, por favor, si habrán sido cracks …
Pero, claro, como andamos así, con esas preguntas que vienen preparadas, con programitas livianitos diciendo lo que todos sabemos, porque, si somos sinceros lo somos en todo, bajamos el nivel en el fútbol, en el periodismo y en el ritmo de vida. Eso debe quedar claro.
El “mea culpa” hay que decirlo. No sea cosa de quedar afuera nosotros. De ninguna manera. Por el contrario, nos ponemos en primera línea. Se acabó la clase. Ahora hay que remar con lo que venga.
Suerte a los que se la creen. A los que se ríen de los otros. A los que juegan mejor que nosotros. Ahora y ¿nosotros, negro, pa’ donde vamos?
¿Así que Forlán no es un crack, Recoba un “no pasa nada”, el “loco” Abreu y … mirá vos.
La clasificación al mundial siempre comprometida hace ya mucho tiempo. Mucho tiempo.
La pubalgia, los ligamentos cruzados, esos temas … ¿juegan en contra, no?
Calidad, clase, jerarquía …¿hola? ¿Dónde están? Como baño e’boliche: “ocupado”.
Decía Pablito Estramín, del querido amigo Alfredo Zitarrosa, .” Que pena, que no me duela tu nombre ahora … que pena, que no me duela el dolor …”
martes, 21 de octubre de 2008
LA DECADENCIA "VENDE" ...
La decadencia vende.
Las reyertas, peleas, mentiras, insultos, investigaciones falllutas y mentirosas entre gente vinculada a un periodismo que tiene que ser notable y leal, es materia corriente en los medios informativos en nuestro mundo.
Vende el escándalo. Y el que produce el mismo y el que se dedica a esa tarea, que, por cierto de periodística no tiene nada. Acaso deba figurar en alguna profesión, desconocida, de “batidor de ollas podridas” o bien, cómo querer destacarse con la tarea ajena.
Eso no es periodismo. Lo que vemos que “vende”, según los mercantilistas de turno de los medios de comunicación, creen que está bárbaro, que es estupendo el tratamiento que se le otorga a cada noticia, si tiene algo sucio, algo intratable, cuestión de acercar a la gente, a los empujones, a la charlatanería, a lo infamante, a lo afrentoso, a justificar su accionar, su vida, su trabajo, su profesión.
Es el fracasado que recibe el chimento, lo burdo, lo ordinario y se le acercan para contarle el chisme . Algo así como los insoportables y desagradables programas argentinos que hablan de los demás, los injurian, los difaman y después arreglan el tema con una “carta documento”. A la que se le agrega una sonrisita estúpida, como diciendo: “ Bueno … no era como dijeron, je …”
No es así. La juventud y el adulto responsable, debe saber que no es siendo inquisidor de feria, que se es periodista. Es esta una tarea de capaces, de gent e que estudia para emitir sus conceptos con criterio, con sanidad, con la cultura que le dio la vida, los libros y los estudios.
Pero, fundamentalmente, la única escuela que nos enseña a todos y si no aprendés no sigas en esto: la calle. La vieja y querida “Universidad de la calle”, la que te habilita a conocer cosas que ningún texto te dice, que ningún profesor te enseña, que ni nguna cita famosa te expresa.
El haber estado abajo, arriba, en el medio, junto a la gente y transmitirle a esa misma gente tus vivencias, estando equivocado o no, pero con la mejor intención de transmitir esa brasa de hombría, de afecto, de cariño, de querer enseñar, el fuego interno de la pasión periodísticia.
Por allí pasa la cosa. Por conocer el hecho, por interpretarlo, darlo a conocer, a nuestra manera, con nuestra opinión, pero con el respeto y la honestidad que le corresponde a cada ser humano. Una noticia puede o no ser una acusación. Pero lo que no puede ser, es un barato escándalo para que, mediáticamente, aparezcan y desparezcan figuras que nadie conoce, ni tienen, siquiera, la sabiduría y el consentimiento de la gente, la aprobación de nuestro destinatario, que es el lector, el oyente, el televidente.
Los casos que, diariamente, vemos en la prensa, nos dan lástima.
Hieren, quieren hacerlo, quieren ver en el suelo al ganador, la envidia supera todo lo conocido. Hay gente que no quiere ver ganadores. Sólo líos, problemas, inmundicias. A como de lugar. Si se equivocan, saben que el tiempo hace su trabajo y la gente no tiene memoria.
Pero saben que la envidia es una declaración de inferioridad.
Si aciertan, hecho infrecuente felizmente, creen que están en la terna de un premio internacional.
Es triste pero, los accidentes venden, la droga vende, la muerte vende, la mentira vende. La guerra vende.
Todo es materia consumible por un espectador asombrado de todo lo que le dicen que pasa.
Y … cuando no hay capacidad, debe haber maquinación, insidia, emboscadas traperas, hablar mal de fulano y después, ni siquiera pedir disculpa, sólo no seguir con el tema y a otra cosa.
Eso no es periodismo. Y lo veo todos los días, en todos los ámbitos, en todos los medios.
No sólo en el fútbol juega el engaño. Por cierto, que no. Vende el embrollo, el mentirón, la patraña, la falacia, la calumnia.
Total, después la “maquillan” y dicen que no dijeron lo que dijeron y que se trató de un error.
Y ya está. Pero el daño, este tipo de impostores de nuestra profesión, ya lo hicieron.
Se habrán dado cuenta que no doy nombres, que no cito casos, porque la gente que sabe leer, que tiene el concepto de lo que es dignidad, moral y fortaleza anímica para soportar tanto zaherimiento gratuito, ya sabe de lo que escribimos.
Por supuesto que no todo es lindo, que todo está estupendo. Por el contrario, hay que siempre, como periodista, a la verdad de cada hecho, de cada acontecimiento, darle el lugar que le corresponde. Encontrándole el porqué y el cómo. Pero no enchastrando personajes, agraviando groseramente, para después, no decir más nada en caso de comprobarse que se equivocaron. Hecho gravísimo en el comunicador. No reconocer su error. Dejarlo ahí, semi tirado, como para que la gente se olvide. No es así.
El disparador de acusaciones vende. Todo lo malo vende. Lo sucio vende. Total, como si se erra, se deja de hablar del tema y a otra cosa, no pasa nada.¿ O pasa?.
Pero, he aquí el error, pasar, pasa. Y se van juntando carpetitas y algún día …
Aquel que creyó que era un fenómeno con sus ilegalidades permitidas, sea del palo que sea, será juzgado y deberá pagar su nauseabunda campaña de desacreditación.
El tiempo es sabio. Es el más sabio de todos los consejeros.
Mientras las desgracias humanas, “venden”, hay quienes anotan en un cierto libro de las injusticias.
Como ejemplo de vida, el periodista no miente. Es ejemplo de veracidad, de certeza, de certidumbre.
Sí, el tiempo es sabio.
Démosle tiempo al sabio.
jueves, 16 de octubre de 2008
EN LA MITA' DEL BAILONGO
Estado de situación en la "mitá" del bailongo.
¡Mire como quedó la casa!, frase conocida de la vieja, luego de una noche de cumpleaños o festejo por motivos varios …
DALE AL TERERE, NOMAS …
No da ni para dudar. PARAGUAY, es el rey de la fiesta. Ganó 7 juegos, empató 2 y sólo perdió 1. Ya está. Una actuación con características sobresalientes y nada hace pensar que se caiga del caballo. Si es por la clasificación juéguele a ganador. No pierde o define. 23 puntos. Un campañón.
“ME MENTISTE, ME ENGAÑASTE …”
Como el notable dúo Pimpinela y su exitosa canción hay varios candidatos en la bolsa de valores. Se desplomaron como la crisis mundial. Ayer a llanto puro, mañana una sonrisa, chiquitita. Pasado a llorar de nuevo. Crisis de la bolsa “de la pelota”.
Veamos, suavetón:
BRASIL, LLORA CORAÇAO …
O mais grande, si bien está segundo en el grupo clasificatorio, sólo pudo ganar 4, empató 5 y sólo perdió 1. Es Brasil, todos dicen, pero los números son fuleros y las actuaciones, salvo el 3 a 0 frente a Chile de visita, los demás juegos son para llorar. Dunga en el hilo delgadito. Como pisando huevos anda el técnico que lo están “ayudando” a renunciar. En fin … ellos siempre se recuperan. Pero … “tristeza nao tem fin …” Negro el 17 … puntos.
LOS “ ¿ VISTE? … ¿ QUE HACE’ BOLU…? NO LE AGUANTO EL "COCO" ...
Argentina, copetuda, querendona, tanguera, campeona, soberbia, agrandada como bolsillo de payaso, con más prensa que toda la televisión mundial, anda preguntando qué es lo que está haciendo Basile. Hasta Maradona se metió en el asunto. ¡Como será la manito!. Igual, protestan los “ bolu ….” , pero están terceros. Los númeritos no dicen mucho. Perdió 2, empató 2 y ganó 4. Puntos los de la yeta: 13. Mucho bla, bla, bla, baile del caño, regalos de lolas, ratting asesino, pero la globa entró poquito : 13 veces y le zumbaron 7 a Carrizo. “El pitucaje extraño, te mira sin comprender ...”
16 puntitos al igual que Bielsa, bueno, que Chile y les tocó perder por primera vez y la calentura es feroz porque fue justo contra el tipo que les dijo siempre que no servía el sistema argentino y se les fue, nomás. Si tendrá razón Marcelo. Tipo inteligente, si los hay. Qué bárbaro. No sólo les ganó. Los engaño (futbolísticamente analizado) y les dijo cómo era que se les podía vencer, estando él, Bielsa, del otro lado. ¿ Viste? … Y al Coco no le dio el "coco" y se fue.
EL GENIO DE BIELSA, PUE …
No lo piense más. Por más jugadores que tenga, ¿vio que aparecen algunos como Orellana, el peladito Suazo y alguno más, el sistema Bielsa los hace jugar de otra manera. Con clase, con una jerarquía que Chile jamás tuvo, ni siquiera cuando los dirigió el Pelado Acosta. Chile es Bielsa y su fenomenal capacidad. Este sí es un fuera de serie. Loco de vivo y capaz.
Ganó 5, el fundamental a los “fuoriclasse” argentinos (¿), empató 1 y perdió 4. No está mal. Nada mal. 16 puntos igual que Argentina, la de los cortes …
LOS DE MATE, TERMO Y EL VAMO’ARRIBA …
Nosotros. Mate, termo, rambla, ¡dale que va, flaco! ¡Meta, caraj ..! Ese es Uruguay. El del circunspecto maestro Tabárez, armando el “puzzle” de los que vienen, se lesionan, se van, de los rendimientos desparejos, de las idas y venidas, de los comentarios que te gustan y los que no te gustan. Nosotros, que recordamos más lo que fuimos de lo somos y bueno, los yorugas andamos “ahí”, tironeando como caballo e’ciruja.
Lo mejor fue la victoria en Colombia, sin duda y ese empatecito a lo guapo en la azotea del mundo, allá por El Alto, frente a Bolivia. Después, sombras nada más …
13 puntitos y a llorar al cuartito. Promesas varias, lesiones muchas, “varios equipos para armar”, muchos “Playstation” y poquitín fútbol. Pero somos nosotros y nos tenemos que dar pa’ delante. Porque pa’tras ya nos dan aquí mismo, así que, mejor, como decía Neustadt: “ la dejamos ahí …”
3 ganados, 4 empatados y 3 perdidos. En fin … como dice el amigo Juan Ramón …
LOS DE LAS BANANAS …
Esas del supermercado. Mucho mejores que las brasileñas, sin duda. Ecuador.
Aquí nos empató sin goles, le ganó a Chile en su rancho,pero marchó con Venezuela al cierre por 3 a 1. Antes era para festejar, ahora para llorar. 3 ganó, 3 empató, 4 perdió. 12 puntos y amenaza cortita. Como estornudo de oveja …
LOS DE LA RUMBA Y EL BAMBUCO …
Los colombianos, no están tan alegres como sus ritmos tradicionales de bailongo, chico. Eso sí, se descolgaron con un notable empate a 0 contra los fenómenos brasileños y quedaron calentitos en el sambódromo. Pero, claro, tiene 2 ganados, 5 empates y tres agachadas. 11 puntos. Hummm …
VINO FULERO, EL DE DAMAJUANA …
El de damajuana, ¿vio?. Medio aguachento y ardido. Los vinotinto, mucha publicidad, poco fútbol. Ganaron 3, empataron 1 y marcharon en 6. No los veo ni quintos. No le juegue. 10 puntos para la estadística de Julio, nomás.
LOS DEL “PENTHOUSE” DEL MUNDO, ‘TAN MUY ABAJO …
Te llevan allá arriba pensando que te ahogás, que te revientan los pulmones y tienen razón. Pero como juegan poquito, te defendés. No son rivales. 2 ganados, 3 empates, 5 perdidos. Tan arriba ya tan abajo. 9 puntos y no te vistas que no vas ..
POCO MACHU … PICCHU
Montaña vieja, quiere decir, en quechua. Bueno, pintorescos, nomás. Ganaron 1, empataron 4 y perdieron 5. 7 puntos. Ni pa’l truco. Salvo ese empate con Argentina, pero, chiquito el futbolito. En esta no correrán.
¿’Ta, claro, compañero?
Arriba el cuadro que hay pa’entreverarse en el pelotón.
miércoles, 15 de octubre de 2008
LA REBELION DE LOS CORAJUDOS
El empate trajo ese insomnio nervioso, esa desprolijidad a la hora de definir qué estuvo bien y que mal.
Lo bueno fue Bueno, el gol luchado, peleado, guapeando, entre dos defensas, con el corazón y con las garras afiladas. Era el 1-2, pero faltaba la cuota de un muchacho que lleva siempre a la Virgen de Lourdes pa’todos lados. (No te la olvidés nunca, Abreu).
Y cuando ya “Platini” Sánchez miraba la hora y los bolivianos creían que era viable “la salida al mar”, esto es, una victoria política centenaria, no pudo ser, porque de las neuronas activas, incluso, a 3.600 metros, centímetro más o menos, un minuano, que también sabe de alturas, de sierras y de fuentes del Puma , les metió el cocazo para empatar algo durísimo de empardar.
Así, se la cuento. Cortita como para que no se aburra. Ellos con la ventaja de todo. Nosotros de capa caída, más bien, sin capa. Algo así como Supermán con la kriptonita, viejo comic de los años 50, luego tv, luego cine.
Lo cierto es que había que recurrir a algún “superhéroe” para remontar un 0 – 2 en la azotea del mundo.
Feísima la mano. Más o menos como ligar tres negras en el truco. No te sirven ni pa’mentir.
REBELDE CON CAUSA
Como escribió el novelista francés Albert Camus, en El hombre rebelde, Uruguay se propuso que no.Se rebeló contra la altura, contra el marcador adverso, contra la gente, contra la desgracia de estar perdiendo y no levantar cabeza.
Y justo, de cabeza, los dos testazos de Bueno y Abreu, metiéndole el balero a la guinda, pudieron alcanzar ese momento de felicidad, que hace olvidar que no se jugó ni notable, ni nada. ¿Cómo hacerlo con un equipo mutante? Como esos coches de Fórmula Uno. Los “muletos”. Los que sirven para cambiarlos, porque si acaso.
Y por si acaso fueron los que jugaron. Lesiones, amarillas, un grupo con el 68 % nuevo y justo allá arriba. En donde dicen que está todo bien, pero, por si acaso, (¿) no hay carreras de caballos.
No por timbrar, comprenda. Sino porque explotan los purasangre. Esa es la “verité”.
Y fuimos, a lo Camus, rebeldes con causa.
Y con suerte también, pero como ya se sabe, hay que ayudarla, de lo contrario, la suerte, pícara esta señora, no viene solita, hay que tironearla para que se acerque.
MAS CORAZON QUE FUTBOL
No sé precisaba más en el “penthouse” de La Paz. La pelota es un balín. Le pegás en la mitad de la cancha y llega en un segundo al arco. Livianita, se te mete por cualquier lado.
Mirá Castillo. Flor de golero y lo tomó adelantado un remate tibión de Martins, con menos intención de gol, que levantar el corte en Gualeguaychú.
Pero entró. Y después, “solari”, el “cabezón” Martins, la metió de nuevo y ya dijo, “ta”, a los vestuarios, un refresquito y en la segunda parte, un par más y chau yorugas.
No fue así. Porque no contaron con la rebeldía, eso que se da por llamar “garra” uruguaya y sin darse cuenta, Bueno, el “planeador” del gol, le metió cabeza al asunto. Descuento y susto del local.
DESDE LA FUENTE DEL PUMA
Sí. Desde la fuente del Puma, del agua más pura del mundo, (parece el aviso de Salus, ¿no?) vino el minuano de Trouville y ¡triple! De Abreu. Porque es como si valiera por tres ese gol, ya que nos evitó perderlos, dejarlos en los vestuarios del Siles.
Y el Puma Abreu, más conocido por Loco, dejó la casa en orden.
Sin estruendos, sin cohetes, sin bombitas voladoras, pero abrió la puerta de la esperanza, de la fe inquebrantable de estos uruguayos, que jugaron con lo que tenían, con un equipo de emergencia y pico. Con tanques de oxígeno, incluídos.
Bueno, ahora sí, estimado Tabárez, vamo’ a cambiar el gesto adusto, ese rostro de “¿Cómo hago, que digo?” por el de una sonrisa, como para sentirse usted mejor y transmitir ese sano sentimiento, que existe, que se llama optimismo.
No le ganamos a nadie, ya sé.
Pero estábamos perdiendo con cualquiera. Ese “cualquiera” que le empató al Scracht, a domicilio 0 a 0.
Esto no va por el costado de la hazaña, pero roza un cachito, la rebelión de los corajudos.
Ta.
lunes, 13 de octubre de 2008
EL MALEVAJE EXTRAÑAO ...
“Ellos vinieron a golpear”. Me causa gracia, ciertamente, la versión argentina del partido. Justamente “ellos”, los impecables gladiadores del balón, los equilibristas de la pelota como Tevez, Messi, Agüero y demás, “formidables” jugadores, según la “gran prensa argentina, salú”, nos tildan de golpeadores, que les fuimos a pegar. Pobres, ¿les habrán dolido mucho los golpes de los muchachos?
Que pena, porque, sinceramente yo me hubiera preocupado de jugar mejor y no andar revolcándose, con el llanto a punto de estallar y las aparatosas caídas, tipo circo de Susana Giménez. Los “mediáticos” se quejaron, mirá vos …
Y sí, Uruguay juega así. Pega, golpea duro, tranca, siempre fue así. Pero antes, también jugábamos un poquito, bah, bastante más que ahora, de lo contrario, estos muchachos argentinos, no eran rivales. Pero fueron y nos ganaron porque no demostramos, en momento alguno, ese fueguito, negro, que tenés que tener y mostrarlo, para quemarlo al otro.
El fuego sagrado de la rebeldía. Nos quedamos en esa. Una lástima de verdad. No generamos fútbol.
Claro que dos goles en 13 minutos hablan de desconcierto absoluto, cosa admitida por el técnico Tabárez.
Según Basile, el juez tuvo mucho que ver porque fue muy “permisivo”. Ajá, ¿y ellos jugaron tan bien?
No, es la respuesta. Sucedió que nosotros jugamos tan poquito, que por lo hecho, salió hasta de oferta el 2 a 1.
Si se prepara un grupo con Abreu, es para habilitarlo siempre. Eso no pasó. Suárez no respondió y el medio juego, ése que podía haber sido del Cebolla Rodríguez, Diego Pérez, el propio Eguren y demás, no funcionó.
Hay que ser breve en esto: no se jugó para ganar. Entonces el resultado se ajusta a la realidad.
No nos pongamos a llorar, eh. Mire que a Carrizo, la TV lo mostró seis veces, no más. ¿ta?
Bueno. Como creo que no existen partidos “ganables, perdibles o empatables”, según reza la “literatura pelotera” de los que creen saber de este negocio (no lo tome como un jueguito de soberbia, sino lo que me muestra la cancha y demás elementos), quiero verte, yoruga, ahora en el techo del mundo y contra los muchachitos del Evo, un apasionado de los metros. “Cuanti más arriba, mijor”.
Un cuadro nuevo. Lesionados, tarjetas amarillas abundantes y el ánimo, vaya uno a saber cómo está.
Contentos, sé que no.
Ahora resulta que este muchacho, Botero, se le ocurrió hacer goles y todo. No, si andamos pa’l cachetazo, nomás.
Culpas propias … a ver … y … los que jugaron fueron ellos y saben que no lo hicieron bien. Se armó un grupo para un “algo” que no se hizo. Esto es, la escenografía de Indiana Jones, para un corto de Los Simpsons …
No podía funcionar.
Dijo Discépolo: “ El malevaje extrañao
Me mira sin comprender
Me ve perdiendo el cartel
De guapo, que ayer
Brillaba en la acción. “
Ahora … ¿será que …? , ¡Ya no me falta, pa’ completar
Más que ir a misa e hincarme a rezar …!
No me parece de uruguayos y menos de buenos jugadores.
Pelearla. Con altura a la altura. Con otro equipo, con cualquier equipo, no me importa, pero Bolivia, porque lleva esa ventaja de vivir en un “penthouse”, no nos va a arriar el poncho, aunque le haya empatado a Brasil y le haya hecho tres a Perú.
¡Ché, con lo que se tenga, despierten al indio, no para pegar, sino para la reivindicación, para mostrarse a sí mismos que se puede a como de lugar y en cualquier lugar.
No como pasó ante Argentina. Un desconcierto absoluto.
Creo, aún, en la fuerza espiritual, en la rebeldía de los uruguayos.
A pesar de los palos en la rueda que nos ponemos nosotros mismos. Que siempre andamos a tres bandas, como la carambola.
Bolivia y Uruguay. Ellos con todo. Nosotros, bua, como se puede estar.
Baldassi le dijo a Garrido que se siente enormemente la altura. “Falta el aire, las cosas se complican”, le comentó.
Así que no es verso. Nosotros también estuvimos y se siente el ahogo, sin duda.
El tema es jugar al fútbol bien. Cosa que no se logró contra Argentina en ningún momento.
No sé si será el lugar, pero que es el momento adecuado para levantar el espíritu, no tengan ninguna duda.
Los uruguayos esperamos, por lo menos yo, una gestión alentadora.
De no ser así, dale al gurí la calculadora para que juege con ella.
Total, si la rompe, no importa.
domingo, 12 de octubre de 2008
COMO EN EL BOLICHE "EL RESORTE" ...
(en el recuerdo nuestro querido amigo JUCECA)
Escribe JORGE CROSA
El viernes en Sin Limite, fui invitado por Pablito Francescoli, para conversar sobre el juego de Argentina y Uruguay.
En un momento determinado, entre amigos, como somos, Alberto Sonsol, conductor “ad hoc” del espacio de VTV, el conductor es Goñi, nos solicitó un pronòstico:
Lo cierto es que no acertamos ninguno. El querídisimo Juan Ricardo Faccio, escéptico total, expresó que iba a ser una derrota terminante. No lo fue. Rodolfo Pereyra anunció un empate.Tampoco. Javier Zeoli, hoy empresario, hablò de un triunfo uruguayo. Menos. Sonsol habló de una derrota cuasi fatal ( caímos pero no nos dimos un porrazo ) y nosotros expresamos empate, no acertamos y ciertamente estuvimos lejos.
Dichos al margen, no hubo ninguno que acertara lo que pasó, más allá que Faccio y Sonsol, hablaron de la caída de Uruguay. Fue verdad. Pero no estrepitosa como lo anunciado por los amigos, ni tampoco “nos pasaron por arriba”. Cedemos la derecha a los compañeros, con el cariño de siempre, pero no fuimos vapuleados.
Si bien ganó Argentina, el juego fue como dijimos en lo previo, una lucha para jugarla con “protector bucal".
Porque fue eso. Patadones, agarradas, trancadas violentas, goles inesperados por errores propios y oportunidad no desaprovechada por Messi, ante centro entreverado de Riquelme, al largar, nomás y luego, un rebote habilitó a Agûero y éste no perdonó y adentro.
A los 13, Argentina 2 a 0. Podía esperarse algo espeluznante. Porque Uruguay no encontró el juego nunca. No tuvo la pelota. He aquí el problema. Y Argentina, con el dominio del balón, no sacó la diferencia que todo hacía suponer.
¿Y donde está el piloto?
El título de la exitosa película es la respuesta a la escasa propuesta uruguaya. No anduvimos.
Abreu, no fue habilitado jamás y entonces su presencia pasó como una estrella fugaz.
SE PEGO DURISIMO
El famoso “protector bucal” que anunciamos apareció. Y se dieron como hacía tiempo no se veía. Las fricciones, los patadones, las planchitas y demás accesorios abundaron por el Monumental.
Mal partido. Que pena porque, luego del descuento de Lugano, pareció que la cosa podía cambiar. Pero no fue así.
ESE GOL DE ARREBATO
Y la posición de Messi, a mí, me hace dudar si estaba en posición reglamentaria. En vivo, me pareció fuera de juego. Después no, luego sí, el video manda. Parece que sí y que no.La primera impresión es la que vale y avalo mi criterio que no fue para nada claro.
El segundo ni dudarlo. Aquel rebote en el caño y el zapatón de Agûero fueron testimonios de un dominio parcial, más no determinante. Una cuestión de entrecasa, más bien.
NO SABE, NO CONTESTA …
Como las encuestas, tan de moda, Uruguay fue eso, no supo, no contestó. ¿Dónde está el piloto? Debería haber sido Abreu, pero no tuvo “avión”. Esto es, nadie le marcó la pista de aterrizaje, ni como volar. Solo y desamparado. Christian Rodríguez se perdió en el medio de la pista y todo el “personal” no dio ninguna instrucción para que se pudiese maniobrar con acierto.
En términos deportivos, el fútbol uruguayo, se quedó en el hangar. Mucha intención, desorden, marca durísima, violentos mano a mano y escasa creación no dejaron lugar al fúthol celeste. No hubo. Por el lado argentino, salvo apariciones de Riquelme, cuando la toca, se nota, los autores de los goles, Messi, poquito, Agûero, también un rato, Tévez, sin fútbol, pero con inusitada violencia y gestos más preocupantes con una cinta, que se le caía a cada rato, que con su juego y sí no vimos al arquero argentino, Carrizo, fue porque, en el gol del entrevero apareció Lugano y descontó. Después, sólo para la TV. Y el diferente Mascherano, dominando el terraplén.
Lo demás, el asunto fútbol, digamos, por lo que fueron a jugar, faltaron los dos, sin aviso.
Malo por unanimidad y de pie, dijera nuestro querido poeta Julio César Castro, Don Verídico.
“SENSACION DE GANAR” : Negativo.
Así fue la cosa. Pelotas trabadas, en el medio juego, “pasito pa’lante María, un pasito pa’tras”.
Era previsible. A mi me gustaba para un empate y un respìro distinto. Pero Uruguay se afilió a la película ¿Y donde está el piloto? Porque lo pusieron a Abreu para eso. Para manejar por arriba el asunto. Pero no tuvo ni una sola oportunidad. Entonces, imposible.
Es más, no llegamos con claridad, ni sin claridad. Ergo: no llegamos.
Preocupa porque fueron tres puntitos claves. Que podían haber sido una para cada uno si hacerle mal a ninguno. Pero la efectividad fue del local, en un juego, a trancazo limpio. Con intención de quebrar no, pero fortísimo y malo.
No dejó nada el clásico rioplatense. Bueno,en realidad, sí. Tres puntos para Argentina y angustia para Uruguay que volará alto a Bolivia a buscar, no un milagro, pero sí algo muy engorroso, vencer en la altura de La Paz.
Cementerio de famosos, allí cayó hasta el campeón del Mundo, Brasil, así que vaya llevando.
NADA ES IMPOSIBLE
Lo sabemos. Pero también conocemos que Uruguay deberá redoblar, como anunciamos ante Argentina, su trabajo y multiplicarlo por una cifra estimable para encontrarse con una victoria que se hace siempre extremadamente difícil en el piso 36.
Teniendo en cuenta que nos costó ganar en Planta Baja.
HABLAR Y RESPETAR LO HABLADO
Esa será fòrmula. Estas horas, los desayunos, el aeropuerto, el avión, el hotel, serán escenarios volantes de conversaciones entre los jugadores y técnicos.
No “apunto mi artillería” a Tabárez. Sería demasiado fácil y no me sale. Creo que podemos plantear otra cosa en Bolivia. Y ya estoy dejando atrás la amargura, el dolor y la bronca de caer en un pleito, no “ a lo pampa”, si “ a la que te criaste”.
Observación de maestro: “Debe atender más en clase”,” no rindió lo esperado”, “no presta atención”.
Todo esto va para sacarle dramatismo a eso que sentimos en el estómago, ese nudito calentón en la garganta y el incipiente insulto a flor de boca.
Pero, manso, mi amigo. No se perdió todo. En caso extremo nos ganaron con poquito,porque nosotros ni poquito pusimos. Los jugadores deberán recuperarse.
Coraje tienen, corazón también, hay que armar un equipo para el piso 36, tomar “Alturol”, plantear un esquema positivo, soportar el clima, la presión, el aumento de glóbulos rojos , ahhh y jugar al fútbol mejor que Bolivia.
Si existe un plan táctico, como sabemos, hay, respetarlo. Pero, no terminar como el filme ¿Y donde está el piloto?, porque si todos pensamos en Abreu y esto no la tocó, algo falló.
Sabíamos de los riesgos en el Monumental. En pésimo juego perdimos. Sabemos los peligros de los 3.6oo metros.
No nos vayamos a tirar de cabeza. Eso sí, sin pronósticos. No hay nadie que espere algo extraordinario sobre el resultado.
¿O sí? Porque nunca en el fútbol se ganó antes de jugar. Ni a nada.
Entonces, tienen una revancha “feísima” . Bueno, bailen con la más fea.
No es la primera vez que los uruguayos sorprendemos. ¿Sabe que? Prefiero ser optimista, porque el pesimismo, a los uruguayos, nos viene incorporado.
Eso sí, si repetimos lo de Argentina, busque el cuarito pa’llorar. Sería insoportable. Incluída la altura.
ENTRE LA EDUVIJA Y ROSARITO VERDOSO …
Dijera la Eduvija en el boliche “El resorte”, de Don Verídico. “Ni me la nombre a esa “muchacha” (la altura), es una pedante, hágame el favor” …
No me olvidé de hablar del juez. ¿Para qué? Se sabe que cuando llueve la pista está fangosa.
Y para Uruguay, la pista, hace ya mucho tiempo está fangosa, como cuando charlábamos con Juceca, un fenómeno nuestro amigo, dicho hasta por el propio Landriscina, por aquellos tiempos de “C X 30” La Radio, grupo de periodistas, que, junto a José Germán Araújo integramos en la lucha diaria de los que pensábamos distinto o simplemente pensábamos, que ya era bastante, dijera Juceca.
viernes, 10 de octubre de 2008
A REDOBLAR ...
Cuando entró la plata ( y no me parece para nada mal, por el contrario estoy a favor del jugador profesional neto) dejó de ser divertido, o por lo menos, abandonó su categoría de juego como para disfrutarlo, para entretenerse.
No. El que piense, por ejemplo que este partido entre Argentina y Uruguay es un “divertimento”, para pasar un lindo momento de gozo espiritual y físico, está viviendo 50 años atrás. Como en las carreras de caballos le llevan varios cuerpos de ventaja, a quien así piense.
“Esto es por plata”, sentencié, en alguna oportunidad, hace mucho tiempo y se dio así.
Es mejor, claro, que se le agregue un poco de corazón.
Porque éste deporte, como otros profesionales, básquetbol, boxeo, automovilismo, golf y sigue la lista, cambian la vida de los hombres.
La mejoran, si sos mejor. ¿Está claro?
Entonces, no esperemos que los grandes jugadores, los buenos jugadores, porque excelentes como antes ( 40 años atrás) no hay más, existen sí, los muy buenos y hasta brillantes por partido, no son frecuentes en los campos.
Todo esto por Argentina y Uruguay. Un partido antes, otro durante, otro después.
IMPORTA TODO
El estado de ánimo, la lesión rebelde, ese sensación de ahogo en la boca del estómago, un cansancio que te hace consultar al Dr. el porqué, todas cosas que pasan y que son resultado de los nervios, de la tensión.
La prensa “da su manito” también.
Ora los premonitores, ora los escribientes partidarios, aquellos que las saben todas, los que no las sabemos, los que vieron a los mejores, los que no saben, los que creen que saben, los que saben y no lo dicen, los que lo dicen, los que hablan después y siempre tienen razón (después) y los mesurados y pensantes.
Estos últimos son del “palo mío”.
Pensamos, acaso demasiado, en las distintas maneras de encarar este clásico. De toda la vida, de siempre, de la época que les ganamos 4 a 2, pero que ya no existe.
No vivir de recuerdos, por Dios.
Hoy es el momento y ayer ya fue. Vale, pero fue.
Decíamos que vale todo porque es así. El carácter del técnico, la ropa, los medicamentos, la relación entre los protagonistas.
NO ES UNA GUERRA, PERO ...
Pero es. Deportivamente es. Siempre será. Uruguay y Argentina, Uruguay y Brasil. Argentina y Brasil. Los mejores del continente. Estos tres todos campeones de América y del mundo.
La gente opina. Tiene su derecho.”No me gusta fulano, debe jugar mengano …”.
Es pasión. Es una contradicción permanente porque ninguno estamos de acuerdo con nada.
El técnico, si pierde futuro picado fino, si gana Gardel, en este caso, Tabárez y Basile, están, no sólo en la cuerda floja.
Más bien, no tienen cuerda.
Porque es por plata. Por mucha plata. Y los “queridos colores”, también, pero, poquito.
Antes la ecuación era a la inversa. Primero la camiseta, después lo que viniera.
Generalmente nunca vino nada por estos pagos. No así, en Buenos Aires, que, por más grandes, con mayor disponibilidad, las cosas se “europeizaron” más rápido.
Aquí costó mucho, demasiado y todavía cuestionado. Mirá vos. Bua …de eso no voy a escribir porque el motivo central, el protagonista es el partido.
Ya habrá tiempo de escribir sobre el otro delicado tema, que la gente trata sumamente a la ligera. Siendo realmente complejo.
EL CORAZON A MIL
Sí. Como la canciones que citan la frase, “el corazón a mil”.
Allá dicen que ganan. Que vivos. Acá un silencio cauto, salvo el Loco Abreu (por algo es Loco, pero un tipazo) “ Llegamos mejor”, se animó a decir. ¡Tomá mate!
Y la Argentina, ésa de Agüero, del conflictivo Riquelme, de Messi, del novísimo Di María, de la “superprensa” metiendo y metiendo, igual empiezan la transmisión de madrugada, nomás, hoy, por decirlo.
¿Y por casa, como andamos?
Complejo Uruguay Celeste. Más silencios que declaraciones. Los jóvenes periodistas indagan sobre los “imposibles”: ¿ Maestro, el equipo, juega Chevantón y Abreu, va Bueno, cómo Castillo?
Dijo Tabárez que ellos son un gran equipo.
Ningún partido se ganó antes. Y menos Uruguay y Argentina.
Parecidos, ni iguales. Similares, más bien.
Ellos con todos los micrófonos, las pantallas, el despliegue total.
Vale más el partido que la caída de Wall Street y la bolsa asiática. Eso vendrá después.
Antes, siempre antes, Uruguay.
Piensan que van a ganar, pero no la tienen muy clara.
En realidad, no la tienen.
Argentina y Uruguay (por orden de aparición), una obra siempre inconclusa, a veces de arte, a veces de frustraciones, de las marquesinas a pleno por la Corrientes, pero también hay apagones, como en todos lados del mundo. ¿O no?
“Ataca Argentina … gol uruguayo” …era una realidad, más que una frase de los relatores, como el ídolo, don Carlos Solé.
Eso ya pasó. Pero, pasó.
Entocnes, sin “hacerle” el equipo al maestro, sin pensar en lo “maravilloso” que será el Monumental y el grupo Basile, termino esta efímera crónica de algunas horitas nomás, porque se nos viene esa lucha, que siempre fue lucha, que ahora es eliminatoria, pero que antes era clasificatoria, préstese atención a la interpretación del término y la modificación del mismo.
A los que me preguntan quien gana, no soy de los que "adivina el parpadeo.."
Soy uruguayo, pero periodista.
Observe: no hay misión imposible. Es la manera de programarla. Esa es la respuesta.
Ellos tienen todo más. Más jugadores (¿), más prensa, más promoción, más, más y más …
Pero es un partido de fútbol. Como si fuese otra cosa, pero es un partido de fútbol.
Claro, esos que no te dejan dormir.
¡Que vivo!
Bueno, como antes, viejo, “ A redoblar, a redoblar … a redoblar, muchachos esta noche …a redoblar, a redoblar, a redoblar … muchachos, la esperanza …”
domingo, 5 de octubre de 2008
CORAJE Y CORAZON
Entramos en una semana caliente.
En días en los que habrán cientos de opiniones sobre quién deberá jugar y quien no, defendiendo a Uruguay en su curso hacia Sudáfrica 2010.
En nuestra trayectoria hemos escuchado, casi como una canción de cuna, que, cuando ganamos, lo hacemos “con la nuestra”.
En realidad, cuesta reconocer qué cosa es la “nuestra”. Si la tradicional y manida “garra charrúa”, que, para nosotros, es calidad, juego y un corazón formidable de algunos futbolistas o un sistema.
Lo que queda claro que una manera de jugar, un esquema, una estrategia, no es.
Acaso se emplee para recordar aquellos tiempos que, tantas alegrías nos dieron y lo simplificamos con la frase , vencimos “con la nuestra”.
Así las cosas, “la nuestra” no existe. Existe sí, la bravura , la forma de encarar un partido, la valentía por no querer perder, “eso” (que no es la nuestra) y que se llama temple y jerarquía.
Un estilo que tuvimos y que, lógicamente, con el tiempo, se fue modificando.
Uruguay fue un grande del fútbol del mundo.
No lo dude ni un segundo. Fírmelo donde quiera, de ojos cerrados.
Pero los tiempos han cambiado. No es el descubrimiento del genoma humano, claro está, pero la realidad nos marca que, por ejemplo, los grandes clásicos contra los argentinos, nos han costado la vida. Que son dignos del mejor fútbol del mundo, junto con los brasileños.
CON EL PROTECTOR BUCAL
Que estos “mano a mano” con los argentinos son tremendos y hay que jugarlos, diría, como en el boxeo, con el protector bucal, de tanto que apretamos los dientes para vencer.
Y esa es la cuestión. De aquellos tiempos ya se habló toda la vida, que les ganamos juegos memorables, también. Pero hoy es otra cosa.
Estamos en un tiempo en el que Brasil empata con Bolivia. ¿Me explico?
Entonces, no existe el enemigo pequeño, ni “partido ganable, ni juego perdible”.
Todo se modificó. Al punto que, aunque después vayan al mundial, los históricos por este lado de América, les costará muchísimo más que antes el hacerlo.
Y aquí estamos los uruguayos.
Con más problemas políticos, dentro del deporte, que futbolísticos. Y eso no sirve. No ayuda, no colabora para la estructura de un espíritu ganador.
Y lo que procuramos es eso: encontrar ese espíritu vencedor.
Ser dueños de nuestro destino. Rivales: Argentina y Bolivia. ¿Porqué no se va a poder cumplir una gran gestión?
¿Porqué ya está escrito? No creo en eso. ¿Porqué son notoriamente mejores los argentinos, por ejemplo?. Tampoco creo que sea así. Que tienen muy buenos jugadores, no voy a desconocer a Agüero, a Messi, a Tevez, a Riquelme y siguen firmas …
Pero tampoco voy a ignorar a Abreu, a Bueno, a Christian Rodríguez, a Martín Cáceres, a Luis Suárez, Diego Lugano, Martin Silva, Juan Castillo, Diego Pérez, Eguren, Cavan …
¿Porqué no decirlo? “Aquello” ya fue. La historia fue maravillosa. El presente nos convoca a dar otra característica a éste trascendente duelo.
Uruguay y Argentina.
Dos enormes selecciones, por su trayectoria, por su categoría, por sus logros, por méritos conseguidos.
Pero hoy todo es distinto. Eso sí. El optimismo no ha sido, debido a los resultados negativos, es cierto, un estado de ánimo del uruguayo en esto de las clasificaciones hacia los mundiales.
Pues bien. Vamos a apoyarnos en algo. Aunque más no sea en la fe. Porque esto no es una plegaria, sino un texto positivo hacia lo que supondría una buena propuesta de Uruguay frente a Argentina y lo digo porque es posible.
Si no lo sintiera así, no se me hubiese ocurrido escribirlo.
En lugar del pesimismo (justificado en su momento y respetado por la realidad) yo cambiaría de lugar el espejo y me miraría en el del optimismo. En el del “puede ser”.
No por ser “ biológicamente optimista” (frase del talentoso y capaz dirigente del fútbol uruguayo, Washington Cataldi), sino porque, vistas las cartas y los rendimientos de las selecciones americanas, es posible mostrar una sonrisa, sentir que es posible, que no es utópico, ni un rezo, ni una oración, el esperar con una sólida esperanza el juego ante los argentinos.
El perder no es dejar la vida. Pero “dejar la vida” en la cancha para ganar, se puede.
Y lo harán los muchachos.
Estas palabras no hablan de una arenga, de un “vamo’arriba” tradicional y clásico. No. Hablan de una cierta posibilidad de “hacerle” partido a la Argentina.
Desterrar el “qué le vamo’a ganar, ‘tas loco, vos…”. Por el conocido “ y … partidos son partidos y hay que jugarlos”.
DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO
Somos dueños de nuestro destino. Sentirnos menos antes de entrar, no es de uruguayos.
Por lo menos no es de los uruguayos que uno conoce, que uno es.
Entramos, jugamos, “nos rompemos todo” y después vemos el resultado.
Pero, eso sí, que no quede una gota de sudor en el físico de nadie que tenga la celeste.
Y no me hablen de posibilidades, porque les traigo enseguidita, el 0 a 0 del Brasil extraordinario, a la Bolivia ilusionada.
Y ya está. Asunto concluído. Es fútbol, es juego, es viveza, es suerte, también, ¿por qué no?, hay que ligar, mi amigo, de lo contrario, jamás entró a una cancha.
Semana caliente. De las bravas. De las que hay que demostrar y meter coraje y corazón.
¿Si es difícil? ¡Si lo será! De lo contrario, no hubiese escrito esto.
Es eso. Además de fútbol, coraje y corazón.
viernes, 3 de octubre de 2008
UNA HISTORIA PARA SER CONTADA
Por los años 80 y monedas, casi treinta, tuvimos oportunidad de conversar, “largo y tendido”, a la vieja usanza, con honrosos dirigentes de nuestro fútbol.
En el ejercicio de nuestra profesión, se había generado y formulado una interrogante: ¿Qué le pasa al fútbol uruguayo? ¿ Cómo se pueden solucionar las crisis constantes? ¿ Cómo detener los deterioros? ¿ Que se hace para “sacar” cabeza?
Las reuniones formales, se desarrollaban en la Asociación, naturalmente, pero aquel grupo llamado “Ejecutivo de Oro”, con el comando, en su momento del talentoso – hombre recto y capaz – como el Ingeniero Héctor Del Campo, nos invitaba a un restorán de la calle Pablo de María, en donde, una noche, sorpresivamente, nos encontramos con el Coronel Matías Vázquez, que dirigió el ejercicio político de la AUF, en esos difíciles momentos, el Contador Lafitte, Don Dante Iocco y el Contador José Pedro Damiani.
Una gratísima sorpresa, que, como periodista, nos hubieran invitado.
Y allí los escuchamos, acaso sin emitir opinión.
Eran señores que dominaban a la perfección el tema del fútbol, que sabían qué era lo que pasaba y porqué sucedía.
A mí, por momentos, me entraban las ganas de intervenir, pero, de la forma que trataban los temas, era bravo. Casi podría decirse, que si hubiésemos intervenido, de repente era hasta una irrespetuosidad.
Escuchar. Era eso. Cosa que los uruguayos no practicamos mucho o simplemente no nos interesa.
Somos librepensantes. Y no está mal, por supuesto, pero es absolutamente imprescindible saber escuchar.
Porque se aprende. Porque aquella gente, hoy valorada en el tiempo de otra manera, naturalmente, estaban indagando, profundizando, con toda su capacidad, como gente de fútbol, para ver el porqué de tantos desaciertos, errores y demás.
Ya se había creado la famosa Liguilla, pero, igualmente, para ellos, la situación no era buena, porque Uruguay debía tener una figuración internacional de mayor presencia, de otra jerarquía, por la clase de jugadores, no tanto por su cantidad, está claro, sino por su calidad.
Y las charlas se hicieron semanales. Y uno iba cuando lo invitaban, no era cosa de sentarse como integrante del grupo. De ninguna manera.
TORTA CHICA …
Era una de las frases de la mesa “ejecutiva”, al fin, pero fuera de la AUF. Coincidían, con sólidos argumentos que era imposible repartir lo que no había. Esto es, repartir la miseria. Porque dinero no sobraba, porque había bajones deportivos ( y eso que vendrían tiempos de bonanza para Peñarol y Nacional por las Copas Libertadores de América y las Intercontinentales), pero ésta gente, viendo mucho más allá que cualquiera, intuía que no se podía aguantar el “cimbronazo” económico, que, en algún momento iba a venir.
Era una época distinta. Muy dura y triste para las libertades y voces al viento.
Bravo. Sin embargo, el fútbol se manejaba con cierta independencia.
Sin saberlo, esta gente y quien escribe presente, aunque quizás no nos diéramos cuenta, estábamos asistiendo al comienzo de una etapa brillante para los grandes, interesante para los chicos para darle su chance en la participación en la Libertadores, pero también, con la vista puesta en esto que hoy está aconteciendo.
INVIABLE
Lo recuerdo porque ése fue ése fue el adjetivo que escuché y que luego de un profundo estudio se dio a conocer públicamente, pero que uno ya lo había sentido antes, en aquellas reuniones cómodas, distendidas, interesantísimas y de intenso contenido político deportivo, cuando se les solicitó un estudio a fondo de la problemática del fútbol uruguayo.
El adjetivo nos conmovió en su momento, pero, pensamos que era, solucionable, como creemos la mayoría de los uruguayos, con cierto optimismo, que pueden arreglarse los dificultosos temas que nos aquejan.
No sabíamos que ese adjetivo era casi una sentencia.
Y lo fue.
Inviable.
Una realidad que hoy vivimos, más allá de los culpables que hoy se buscan, que se señalan permanentemente, que son moneda corriente mañana, tarde y noche.
Esto que le pasa al fútbol nuestro no es una cuestión mediática, del tiempo de hoy.
Aquellos “notables” de éste deporte lo dispusieron de esa manera en aquel momento.
Era, es y será inviable, escuchábamos en aquella mesa, sobre el fondo, como no queriendo que se notaran las reuniones, por si las moscas.
Y fue verdad.
Por lo tanto, cuando hoy se asiste y se afirma que la culpabilidad de ésta situación irregular la tiene un solo personaje, tal el caso de Casal, por el tema de los pases, del éxito de su tarea y demás. Siendo acusado de todo y por todo, nos acordamos de aquellos momentos y no debemos guardar silencio, porque sabido es que, quien calla, otorga.
Entonces, como siempre, ocurrirá el facilismo de indicar que si se escribe a favor del empresario, incurrimos en la falta de amanuense medieval, esto es, siguiendo el dictado de turno o copiando lo que hay que decir.
Como verán, no es así. Además, es mucho más sencillo, escribir en contra, indudablemente.
Pero ésto viene de muy atrás. Desde aquellas históricas reuniones en las que tuvimos la suerte de participar y justamente hoy le otorgamos la dimensión, que, solamente el tiempo atesora y les da el valor que realmente tienen.
miércoles, 1 de octubre de 2008
"TORMENTA CON MATRACAS"
Escribe JORGE CROSA
Disculpe, ¿si Nacional no se quería presentar a jugar frente a Villa Española, porqué estaban sus jugadores en el túnel, vestidos para el juego, con gurises para la foto y esas cosas que suceden cuando entra un equipo al campo?
- …………………
Impuntualidad. Entrar o llegar tarde.
Este tema que ha generado polémicas en todos los sectores del fútbol local, Consejo Ejecutivo, Tribunal de Penas, de Apelaciones, reglamentos en mano, artículos, incisos y demás, en realidad, ¿ es para tanta alharaca?
El lector podrá pensar y tiene toda la facultad de hacerlo que si manifestamos nuestra opinión en contra a todo lo que se está haciendo por 3 minutos, el tilde cae en que somos partidarios tricolores.
En caso contrario, seríamos de los peñaroles.
No existe otra alternativa.
Entonces, en estos temas, hay que decir lo que uno siente y nada más. Piense lo que piense cualquiera que nos esté acompañando en estas líneas.
El querido Contador José Pedro Damiani, de quien me consideré su amigo, luego de más de 30 años de viajar por todo el mundo, en torneos Libertadores y por dos veces la Internacional, en una de sus frases que siempre quedarán en el ambiente futbolero decía: “ No me hagan tormentas con matracas”.
Y a eso me refiero con este asunto.
Al decir lo que pienso, con la verdad (desde la escuela me lo dijeron) no ofendo, ni temo, creo que se está haciendo un incendio de una fogata.
Que no da para tanto y que los conceptos que se manejan han sobrepasado el origen real del tema.
Soy de los que no busca culpables, sino soluciones. Una manera diferente de encarar ciertos temas. Este es uno de ellos.
¿APRESURAMIENTO?
En buenos términos, creo que el Dr. Líber Prudente, debió tener un poco más de paciencia. Yo sé que se dirá “ pero si así es todo, mañana entran media hora más tarde y no pasa nada …”.
No es así. Incluso, es mi impresión y hablo en primera persona para no involucrar a nadie, naturalmente, que, en lugar de enviar a Falce, debió ir él, a consultar el problema del atraso.
Allí sí, en persona, ante una evasiva o una contestación fuera de lugar, suspender el juego, pero no por esos tres minutos o los segundos y quintos y que fueran, porque no daba la cosa para tanto.
Estaba clarísimo que Nacional quería jugar el partido y que no le quería “tomar el pelo”, ni faltarle el respeto al cuarteto arbitral por desajustes en su aparición.
Que Nacional actuó con displicencia y cierta “uruguayez”, esa que conocemos todos y que habla del “no pasa nada”, estamos de acuerdo.
Pero quería jugar y no le dio la cabeza a ningún jugador “sobrar” a nadie o “’pará un poquito que aquí yo hago lo que quiero, ¿ta?”
Entiendo la molestia de Prudente. Lo que no comprendo es el apresuramiento o mejor expresado, la aplicación del cronómetro, como medida fundamental, única y exclusiva, para dar por suspendido el juego.
Esta aplicación de un artículo de un reglamento que se habla, pero que no se refiere en instante alguno a dos o tres minutos, estando en el campo y a punto de salir, no aparece en ningún artículo.
Lo que sí aparece es que la impuntualidad se sanciona en el caso de la no aparición de uno de los equipos durante el tiempo que dure la primera parte del espectáculo.
De eso sí, hablan los reglamentos.
Pero, aquí, como suceden las cosas, imprevistamente, o por primera vez, todos quedan sorprendidos y no saben cómo mover las piezas de éste ajedrez futbolístico.
Es que la jugada “fischeriana” ( a lo Bobby Fischer, el genio del ajedrez) de Prudente , dejó a la gente con los trebejos en la mano (trebejo:pieza del ajedrez).
En la nuestra: afeitado y sin visita.
Y la otra es: “Alguien tiene que dar el ejemplo.”
¿ Y LA GENTE, QUE ME CUENTA?
Porque la gente … cuenta. Es la que mantiene el espectáculo. Es la que mantiene, como se puede el fútbol local. Solo, con el gurí, con quien sea, pero con la platita en la mano, la entrada y adentro. Alguno la rompe o la tira … ¿y ése buen cristiano, a quien le va a reclamar?
A ningún Tribunal seguro.
Se actuó con un apuro desacostumbrado. Si bien es muy cierto que los horarios son para respetarlos y estamos absolutamente de acuerdo, también he visto partidos que han empezado, diez y quince minutos más tarde, tipo clásico, mientras retiran del campo, los papeles, las serpentinas, globos y demás objetos que la hinchada, en plena euforia, tira al campo al ver sus colores “queridos” en el ruedo.
Pues bien.
Más allá de lo que digan “los tribunales”, el sentido común, que también se usa, me indica, por lo menos a mí, que debió jugarse y es más, luego del informe del juez, salvo que exista algo “extremadamente secreto y confidencial” que yo no sepa, la semana siguiente, con la advertencia o bien una amonestación, sea Nacional, Peñarol, Villa Española, Danubio o Defensor, el autor de la demora.
Esa, era para mí, no sé si la solución, pero sí la re- solución del tema.
Que no se repita. Como en las viejas escuelas: “No lo debe volver a hacer”.
Acaso no tanto por la irresponsabilidad del equipo en no presentarse en tiempo y forma, sino porque la gente no tiene nada que ver en este asunto.
El público paga y quiere ver fútbol. Eso cuando tiene suerte. Pero lo que le pasó a la gente no lo merece. En eso estamos todos de acuerdo, supongo.
“QUE PARTIDO, EH …”
Entonces, como en un partido, la tiene el Ejecutivo, se la pasa al Tribunal de Penas, éste la para y se la da al de Apelaciones, la toma y la envía al Colegio de Abogados, éste la pierde. Expediente afuera y saca de nuevo el Comité Ejecutivo.
La gente pide fútbol . Se juega mal. No hay goles. Lo que es peor. No hay jugadores.
No piense que tomamos esto como una broma, pero es como para distenderse, ¿vio?.
Ante tanta denuncia, “si hacés esto,va a pasar esto y renuncia éste y aquel y cuidado porque paramos todo y se terminó el asunto y …”
Amenazas, malos tratos, demoras y la casa sin barrer ...
Voces, gritos que claman justicia, desafiliaciones, suspensión del campeonato …
Demasiado exagerado para el fútbol nuestro de cada fin de semana.
Hoy le pasó a Nacional, mañana, de repente a Peñarol, pasado a Defensor, vaya uno a saber.
Y sí, estimado Contador, en el recuerdo de sus frases, por la amistad de tantos años, en aquellas tertulias “gardelianas” y en ocasión, para los parciales del cumple aurinegro, me afilio a su sentir popular, cuando expresó: “No me haga tormenta, con matracas …”
En el respeto por la gestión de todos, desde el juez, hasta todos los que han intervenido en éste caso, no es ausencia de autoridad, una revisión de los hechos y la calidad de los mismos.