Escribe JORGE CROSA
No conozco a nadie que pida culpas. No se cobra por acusar. Se sabe que el desmentido, va en letra chiquita, inleíble, o se escucha bien bajito o se dice en televisión, como campaña de expectativa. Cortito como para que no se entienda.
Ya no están ni Obdulio, ni Míguez, ni Schiaffino. También fueron criticados, por supuesto. Los uruguayos (estoy incluído, naturalmente) tenemos vocación de inconformistas. Y está bien. Cada cual es como es y si lo podemos decir, mejor. Es que, observando el tiempo que se nos viene, tipo anuncio meteorológico, el fútbol uruguayo, pasa a ser como el temporal de Santa Rosa. Vientos arrachados, lluvias, bajada violenta de temperatura, frío, rayos, centellas y demás fenómenos.
Es que se viene otro juego por las eliminatorias. Ese tema que no hemos resuelto aún, que desde hace mucho tiempo no sabemos la lección y que, lamentablemente, por culpas propias, estamos en la fila de los desconcertados.
De los opositores sistemáticos no me ocupo porque, antes de arrancar, ellos ya saben que el auto no tiene combustible. Acusan una rara combinación, o bien un entrevero mental, entre los que juegan, los que dirigen, los que emiten la señal, los que aplauden antes, obsecuentes hoy, detractores ayer, en fin, hay de todo en el temporal. Se caen árboles, cables, hay incendios y comentarios varios. Generalmente, la mayoría en contra de todo, porque a nadie le gusta el mal tiempo, por supuesto.
También he visto, quienes abren el paragüas, por si acaso. Y son esos mismos que, después, modifican sus críticas por elogios incomprendidos. Como para quedar bien, digamos. Claro que es mucho más sencillo ofender que evaluar, que está todo mal a consecuencia, invariablemente, de un factor. No sale de ahí la cosa. La culpa está designada. Dirigida. Es el misil que llega al mismo destino. Los enfoques de todo tipo, hasta políticos, ya que estamos en tiempo de elecciones, van en contra de la organización, del sistema, de los “arreglos”, de las componendas. Esto es, la misma melodía, con diferentes letras. Pero el tono no cambia.
Si se le gana a Perú, pero, ¿cómo no le íbamos a ganar si están “muertos”?. Si se pierde, “Agarrate Catalina” (atentos Yamandú, Tabaré Cardozo y demás muchachos, con saludos cordiales, claro está).
Culpas propias, dije. Y es cierto. Nadie nos ubicó en el abismo. Llegamos dando “pasitos cortos”, como puntero ligero en la milla de Maroñas. Entonces, en el momento de repartir responsabilidades, ni los micrófonos se salvan.
El responsable, así es la cosa, es el técnico. Hoy Tabárez, mañana Suárez, pasado Martínez. ¡Mire que no poner a fulano, mengano y …!. Siempre juega mejor el que no juega …
A los uruguayos nos encanta la polémica. Somos así. ¿ Y qué? . Hasta peleadores, somos, si se quiere. ¿ Y qué?.
Pues, entonces, lo que se debe saber es que no todos los que “están en el ómnibus”, piensan igual. ¿ Porqué no te bajás?, pensará el que se cree “el crack” de la película. Y la respuesta es: “No te subas, que no vas …”.
El “no estamos de acuerdo” es el lema. Si cambia la cosa , bueno, por ahí, hasta hay un intento de juntar las manos. Tipo aplauso, ¿vio?. Pero no es fija. No se juegue.
Culpas propias. Sí. Y no tiene vuelta el asunto. No se rindió cuando fue necesario. Ahora estamos en pleno temporal. Por ejemplo, lamentamos ausencias, pero igualmente, con respeto, no hay justificativo posible que me convenza que no le podemos ganar a Perú. No hay. Y lo saben los que se la juegan, los que andan taconeando en el túnel y quien dirige.
Bueno, es tiempo que nos demuestren que, si por culpas propias llegamos al precipicio, también por méritos propios, nos alejaremos del mismo.
Fui claro … ¿o va de nuevo?