Escribe JORGE CROSA
Antes del partido dijimos que llegábamos al abismo por culpas propias.
Lo confirmamos. Lamentablemente, aunque sea muy cierto que faltaron elementos claves, se jugó mal. “No salió nada”, al decir de los protagonistas.
Y así fue, como empezó, tal cual obra de teatro a bajar el telón …lento.
De esas obras que te angustian, que te clavan un puñal en el zurdo y que te dejan, como supongo a los protagonistas, con un tremendo dolor deportivo. El alma en el piso. Esta pelea la estamos perdiendo desde muy lejos, round a round, la tarjeta de los jurados siempre nos da abajo y está bien. Porque estamos mal y jugamos así. Hacia abajo. “ No largamos las manos”, en la jerga pugilística. Sin poder de recuperación. Y no sólo hablo de ésta derrota insufrible contra Perú, que nos deja haciendo equilibrio, a milímetros del último paso, ése que no queremos dar, pero que está tan cerca, que solamente algo verdaderamente extraño, de esas cosas del fútbol, nos permita ganar los tres partidos que nos quedan y ubicarnos, acaso, en un punto de acceso a Sudáfrica.
¿Importa citar quien no rindió? , ¿ hacer un balance individual?. No. No vale la pena. El grupo sabe a la perfección todo lo que no pasó, entonces, a la gente …¿qué hay qué explicarle, si ya lo vio todo?
Y lo viene observando desde hace un buen tiempo.
No se trata aquí de juzgar el rendimiento personal, sino colectivo y todo un sistema que no fue útil, cosa que se destacó, de la misma manera que dijimos cuando nos gustó la celeste, en momentos decorosos, llamativos y válidos.
Si se jugó mal, se dice. Si bien, también. Es la ley del deporte. Es la obligación del periodista.
Esto no me gustó y no le ví vuelta al asunto. El desorden, el apuro, la urgencia de ganar, cambió el principal argumento que debía tener el equipo para vencer: paz.
Es muy fácil decirlo. Es muy difícil, en las condiciones en que se llegó, a concretarlo. La desorientación le gana por goleada al pensamiento, siempre.
Una cosa es jugar apurado, otra rápido. No fuimos el rival que Perú, un mediocre grupo, el que cierra la tabla, esperaba. Y nos venció. Y callado. Declaraciones habrá, explicaciones, no.
No se explican estas fallas continuadas. ¿Sabe lo que vale muchísimo más, aunque ya se diga que estamos afuera del mundial?
Que se rompan el corazón y ganen los tres partidos que les quedan. Y después que los números, los resultados de los demás digan donde quedamos, ya que, por las nuestras, no pudimos acceder al lugar que todo el país quería. Ver a Uruguay saludando en Carrasco rumbo a Sudáfrica.
Esa es la última acción deportiva que les queda a los celestes. Ninguna otra cosa. Nada de lamentos. ¿ Para qué? . No vale la pena.
Las “culpas propias” se hicieron presentes una vez más. Esto es fútbol. Ni enfermedad, ni hambre. Mutis y por el foro …
Telón lento …