Escribe JORGE CROSA
Acaso lo que le sucede a muchos, aquí en Uruguay, ¿ y por qué no en el mundo?, sea “festejar” por decirlo de alguna manera la intriga, la desazón, la mala suerte de los demás. Ejemplo: Si a Uruguay le va mal en las eliminatorias, tienen de qué hablar. Y mal. Tema para rato. De oficina, de boliche, donde sea. Lo mismo ocurre con Peñarol y este asunto inconcluso del técnico, solucionado parcialmente por Víctor Púa. También es de uso cotidiano de “los heridos por algo”, castigar, fustigar, maltratar e incluso hasta inventar, si llega el caso. De política, ¿Qué le voy a contar? ¿Si le va bien?, ni le cuento.Si le va mal, ellos “ya lo sabían” porque “andaba en malos pasos …”
Siempre saben todo o para destacarse, inventan, ¿total?, esa es la cuestión. Hablar por hablar. ¿ Sustento, verdades? Ninguna. Olvide, amigo.
¿No le ha pasado alguna vez lo que narro? Esto es, que los “correveidile” exageran, mienten, tergiversan, entreveran las cosas, complican aún más lo que ya está complicado y sin ningún tipo de finalidad sino la de herir a sus pares. Por gusto o por algún problema mental, eso, sin duda.
Hay una mayoría de ese tipo de ¿gente?, que les gusta el morbo, la mentira, la falsedad, el engaño, son completitos.
Y esto lo cuento porque cada día que se acerca el 10 de Octubre, fecha que tendremos que jugarnos la vida (futbolísticamente escribiendo) contra Ecuador, hay de todo tipo de comentarios. Y pocos, muy pocos, alentadores. Todos en contra. O casi.
Será por la mala campaña de la celeste, se reconoce y lo afirmo. No se anduvo nada bien. Pero nada bien. Eso sí, si agregamos “cuentos y mentiras” sobre esto, aquello y lo otro, bueno, el escenario no será el mejor para los uruguayos.
Y es una lástima que haya gente que (¿disfrute?) viendo sufrir al prójimo. A un uruguayo como él. Bueno, ésa gente, de uruguayo no tiene nada. Se ve en todos lados, los que dicen cualquier disparate, los que creen siempre tener la razón, los que jamás se equivocan, los que son los impolutos en esta comedia, los que “venden” una imagen falsa. “Esa” gente, que dispara dardos venenosos con diversos fines, económicos, unos, esto es, vender más de algo, de repente, o juntar más oídos o bien que los reconozcan por la calle, en fin, hay de todo en esta “Villa del Señor”.
Y es muy triste, que ésos que se dicen “justicieros y dueños de la verdad”, no sean del todo fiables en cuanto a su honestidad.
Hay que tener cuidado puesto que esa posición altruista, de jurista diplomado al más alto nivel, se puede venir abajo en pocos segundos. Todos cometimos, cometemos y cometeremos errores, sin lugar a ninguna duda. No existe la infabilidad. Es absurda y tramposa.
El respeto hacia los demás es una buena disciplina. Si no lo quieren ejercer, allá ellos. Si gozan con las “malas” de Uruguay en todos sus aspectos hablamos, pues que lo sigan haciendo. La gente, se sabe, no es tonta. Separa, clasifica, ordena y emite su juicio.
Felizmente, la mayoría de los uruguayos queremos lo mejor para los nuestros y no destacarnos diciendo lo peor, aunque sea mentira, con tal que hablen de las barbaridades que se escuchan, se ven o se leen.
Es una antiquísima manera de tratar de sobresalir, de hacerse ver, que los vean, que digan “ mirá quien va allá … es …”. Una vez lo escribí y reitero el título porque lo merece ante tanta imbecilidad acumulada.
Es … “la pobre gente”, don Florencio, nuestro querido periodista y dramaturgo. La que odia por odiar, la que envidia, la celosa, la falluta, la mentirosa. Esa gente que tan bien retrata en muchas de sus obras maestras Don Florencio Sánchez.
Y en lo nuestro, en el deporte, no podían faltar.
Pero, como dice Florencio Sánchez, al cierre de sus dos actos, de La Pobre Gente …”No es tan malo Dios … a pesar de todo.”
Recuérdelo.