domingo, 1 de febrero de 2009

"LAS SABES TODAS,¿EH?"

Escribe JORGE CROSA

Sigue siendo interesante comprobar que el egocentrismo no muere. Que cada personaje que vemos a diario en los medios o donde se nos ocurra, siempre tiene razón, no se equivoca, imposible que le erre en una predicción y ni hablemos que sabe muchísimo más que cualquiera, porque estudió “para eso”, para saber más y decirlo a como de lugar, donde sea y como sea.
Personajes, éstos, surgidos de alguna novela de Agatha Christie y su famoso detective, Hércules Poirot, capaz de descifrar el enigma más intrincado de la historia del mundo.
Pues bien, ésta gente, que uno ve, acaso en la calle, que soporta el conversar con ella, tienen esa enfermedad, bueno, considerada por quien escribe, del egocentrismo.
Esa exagerada exaltación de la propia personalidad y adjudicarse el derecho de ser el centro de atención de toda actividad general.
Usted, amigo lector, conoce este tipo de gente. La soberbia, prima del egocentrismo, se instala en la sociedad sin ningún tipo de drama. Está, generalmente, en la clase media, como apuntando hacia arriba, ¿vio?. Algún fracasado en su área la emprende con todo con su ego y lo muestra tal cual hazaña.
Y exige que la gente le crea. Eso sí, no se permite el hecho de equivocarse, ni por asomo. Son del tipo “Yo lo digo y es así”, como un profesor muy particular que tuvo uno, en sus años de estudio.
Se equivocaba a menudo, pero no lo admitía.
Y en éste asunto del fútbol, la mediocridad es tal, que si el tipo de gente ésta sabe el abecedario, nomás, ya alcanza para decir lo que se le ocurra.
Ese es el tema. Entonces, cuando no existe la humildad, cuando la frase “perdón, me equivoqué” está prohibida en la mente de estos intelectualoides, entonces no hay caso a tratar.
Si te encontrás con alguien que sabe todo, que entiende todo, que comprende todo y todavía lo dice a quien le guste escuchar, pues bien, allá él.
Una cosa es cierta, él y sólo personajes como éste tipo en consideración se la creen.
Nadie, ninguno más. Eso también, créalo.
Y en el deporte, aquel que no le pegó ni con un dedo a una pelota, opina a lo Onetti, con una fuerza que te impacta. O el otro que no sabe si la bicicleta tiene cambios o hay que pedalear nomás, capaz que te cuenta que corrió una etapa de la Vuelta.
Y el que te da consejos “sabios” en la vida, será porque “las sabe todas”. ‘Ta bien.
Egocéntricos. Esto es, mal estructurados mentalmente …
Por hoy está. Voy a apagar la tele …