viernes, 13 de febrero de 2009

¡SALVE GLADIADORA URUGUAYA!



Escribe JORGE CROSA

Cuando la gente se pone de pie y mira la pelea gritando, con un fervor insólito, cuando tiembla el Palacio Peñarol al grito de ¡Uruguay, Uruguay!, es porque algo grande está pasando allí arriba en el ring.
Es que así fue el clima que se vivió la noche de Chris Namús. Porque fue la noche de ella, sin duda. Ante una rival extraordinaria, de jerarquía, que jamás se entregó y que, por el contrario, se repuso de una caída en el tercer asalto, de una cuenta de ocho en el cuarto, para recobrar el ritmo y poner en aprietos a la uruguaya, campeona del mundo juvenil, con directos violentísimos en pleno rostro que obligaron a un esfuerzo descomunal de la oriental para salir de ese trance en el sexto round.
Pero toda la pelea fue una fiesta excepcional. Porque las dos se entregaron desde el comienzo y jamás bajaron los brazos. El aliento del público redobló el accionar de Chris, que metió manos notables al punto de estar a segundos del knock out. Pero la veteranía de la estadounidense y su clase se lo impidieron.

A TODO CANDOMBE


Así se desarrolló el combate. Meta y ponga. Nada de pausas. Nada de estudio. En época de carnaval, calentando las lonjas. Al rompe y raja, pero con clase, con elegancia, con técnica y fuerza. De allí que valga y muchísimo este triunfo de la uruguaya que tiene, ahora, la posibilidad de pelear por el título de la categoría superligero, ya total, esto es, en la división mayor. Chris Namús, se recuerda, es campeona del mundo juvenil.
Menudo trabajo tendrán los promotores Sebastián Amaya y Juan María Vanrell, entonces, para seleccionar a la rival, eso les corresponde, de acuerdo a lo conversado con Ed Pearson, encargado del área de clasificación del Consejo Mundial de Boxeo.
Será en Montevideo, el 9 de mayo.

EL PALACIO PEÑAROL DE PIE

Cuando más de 7.000 personas se enfervorizan, gritan, aplauden, agitan banderas y llegan a la disfonía, es porque algo grande está pasando. Y eso fue lo que sucedió en el Palacio. La emoción sin límites en todos los rincones, mientras Chirs y Nicole, colocaban directos, jabs, cross, uppercuts y golpes “inventados” para sumar puntos o tratar de derribarse. Un peleón, mi amigo, como hacía tiempo no se veía.
Y eso es mérito de dos atletas, de dos jóvenes boxeadoras que se brindaron enteras, dando un espectáculo fuera de lo conocido. Chris Namús y Nicole Woods hicieron vibrar no solamente al Palacio Peñarol, sino a todo el Uruguay a través de los medios de comunicación.

CHRIS LA TUVO PERO …


Fue en el tercero. Cayó la estadounidense bajo una combinación fiera de golpes de Chris, pero sonó la campana y salvación parcial. También en el cuarto pasó algo similar. Aníbal Andrade, árbitro impecable del combate, inició la cuenta de protección y volvió la campana a “salvar” a Nicole.



LA RECUPERACION DE NICOLE

Nadie la esperaba. Pero Woods en ningún momento la dio por perdida y sobre el quinto y sexto round salió a remontar los puntos en contra. La vio feo y metió con toda la fe que le impone su categoría y consiguió, por momentos, sorprender y golpear duramente a Chris. La llevó contra las cuerdas y trabajó una combinación de golpes al rostro que impactaron a la uruguaya. Pero salió del entrevero la celeste y golpeando y metiendo corazón, que eso es lo que levantó del asiento a la gente, la desconcentró a Woods quien habrá pensado: ¿ pero esta muchacha es de cemento?. Salio Chris con todo de ese apretón, de ese asedio y volvió a controlar la pelea.

PARA LA HISTORIA

Los memoriosos del boxeo comparan. Y está bien. Recuerdan el Palacio Peñarol con Dogomar y Mauro Mina. Es cierto. Y lo aseveramos.

Pero lo de Chris y Nicole fue distinto. Porque son mujeres, porque los medios crecieron, porque son decenas y decenas de flashes, fotos, cámaras, celulares, todo tipo de medio de comunicación, un alcance mundial por la televisación de VTV, por las radios uruguayas, todas, sin excepción, con una gran entrega, por la prensa escrita, esto es, por el Uruguay entero, todo es distinto a lo de antes.
Nadie supuso que podíamos tener una heroína, un regalo de la vida, escondida en los gimnasios uruguayos, tal el caso de tantas y tantos, como hoy es el de Chris Namús.
Pero lo de Chris Namús y Nicole Woods quedó para la historia.
Una historia distinta a lo de antes, porque nada es comparable, porque todo cambió, ora para bien, ora para mal. Esta vez tenemos un orgullo los uruguayos que enaltece el trabajo deportivo de todos los atletas sin importar el sexo.
He aquí a una campeona del mundo juvenil, mañana veremos si también mayor, como Chris Namús.
No es un sueño. Es una hermosísima realidad que debemos disfrutar como se debe, con corrección, con respeto, con humildad y con el corazón latiendo más fuerte que nunca por sentirnos uruguayos y que una botija nos brinde este alegrón inolvidable.
Sí, es para la historia grande del deporte uruguayo. Que así conste.
Chris Namús, la gladiadora uruguaya.