martes, 2 de diciembre de 2008

INSUFICIENTE

Escribe Jorge Crosa

En este tema de la violencia y las medidas que he visto se han tomado entre la AUF, la Policía y el Ministerio, escribiré en el orden personal, ya que no estoy para nada convencido que lo acordado tenga el éxito que se pretende para frenar el ataque sistemático a aficionados, las patotas, las barrabravas, los atentados a la vida misma de quien sólo va a ver fútbol (o basquetbol) de acuerdo a lo visto en los últimos días, ya que también el clima se ha puesto sumamente difícil.
Respeto la resolución primaria de las autoridades, esto es, paletas detectoras de metales, espirómetros, aumento de funcionarios, temas de locales y todo el plan de “Compromiso por la paz” de quienes trabajaron en ello, pero no lo veo eficaz.
Lamentablemente, el brote de agresión, de locura sin control, no es una cancha sola, ni tampoco de un partido calificado de “alto riesgo”. Es en cualquier cancha y en donde menos se le ocurra a usted, a mí o a quienes han elaborado esta estrategia de custodia del espectador y salvaguarda del espectáculo.
No es suficiente. Repito que es opinión personal.
No alcanzarán estas acciones preparadas para el clima que se vive en el fútbol uruguayo y que ya roza al basquetbol.
Se verán desbordados en todos los aspectos.
He solicitado un chequeo de identificación civil en esa especie de “malón” que ingresa luego de iniciado el juego, con gritos, insultos y demás. Sea el equipo que sea. Ya saben todos que es cuando juegan los grandes y algún otro equipo, últimamente.
¿Cómo harán para evitar ese ingreso masivo? ¿ Uno por uno?.
Parece poco probable. Más bien, imposible.
Pero, más allá de lo apuntado, no he visto que se hayan fijado en las sanciones internacionales de los equipos que presenten, sus violentos hinchas, acciones de locura desenfrenada, como las que ya conocemos.
Lo he dicho y escrito en varias oportunidades. No vi respuesta. No la hay. Y eso es lo que duele y lo que más lastima a las instituciones, grandes, chicas o medianas. Créanme que es así.
Sanciones nacionales e internacionales.
La suspensión de la cancha por un largo período, la eliminación del equipo ( si está clasificado a la Libertadores o Sudamericana), la exclusión parcial del torneo que se esté jugando, restándole toda chance deportiva.
Estas sí, son medidas ejemplarizantes, de las que dan para pensar realmente a los directivos del club que sea, para pedirle a sus exaltados partidarios que se cuiden, que no hagan las barbaridades que ya se conocen, porque el riesgo es para el instituto y no tendrá vuelta el asunto.
Lo que se ha instrumentado está bien, lo compartimos, pero no está contemplado lo sugerido en cuanto a la inhabilitación, eliminación y última advertencia, de carácter local e internacional, en caso de violencia, a quien corresponda.
Con “paños tibios” no arreglamos nada. La violencia fue erradicada de raíz en Inglaterra, cuando todos sus equipos no jugaron ninguna copa internacional durante cinco años.
Ahora, pueden tomar el té, junto al jugador en un corner. Si necesitan ejemplos, éste es fundamental y terminante. El exterminio de los hooligans se basó en las medidas internacionales y un régimen estricto en el orden local.
Con lo que he planteado, las directivas de los equipos involucrados, saben lo que deben hacer. A quien hablar, a quien explicarle, que si se sigue así, “liquidan” literalmente al equipo de toda competición local e internacional. Esto es, lo excluyen ellos mismos. Una absurda y estúpida manera de perder, en todo sentido. Todo lo bueno hecho en la cancha, se pierde afuera de la misma.
Una insólita contradicción.
Recordamos que ya dijimos que si no hay severidad, no habrá solución.
Si no existe este rigor, fatalmente, aunque correcto , lo planificado no tendrá efecto.
Es insuficiente.