Escribe JORGE CROSA
Se hace difícil y hasta suena hipócrita desearle a la “familia del fútbol”, por ejemplo, felicidades. Por lo menos, así lo siento. No me sale ni con “fórceps” , ¿vio?, “como esas cosas que nunca se alcanzan, dice el tango, la ñata contra el vidrio, la fe perdida …”
Seguro que no me entrego, por supuesto. De lo contrario no estaría escribiendo éstas cosas. Estas reflexiones de un año especialmente destructor del fútbol.
Un año, también, de realidades, de saber con quien estamos tratando, a quien hay que erradicar de las canchas, de los escritorios, de las mesas de negociaciones, de las dirigencias y demás estamentos del fútbol uruguayo.
No estamos, tampoco, “desorientados y no sabemos el trole que hay que tomar”. No. Sabemos, todos y muy bien que sí, los que hacen daño, los que provocan revueltas, las peleas de turno de cada fin de semana.
Pero, eso sí, poco hicieron los que tienen que hacer, para terminar, para colocar el cartelito del “no va más, negro”, se terminó la farra. Ya está. En el idioma de la calle, “flaco, nos dieron la cana, esto ya fue, agarremos pa’otra cosa, porque se terminó la fiestita”.
Pero, ¿sabe una cosa? Estoy cansado y supongo que usted también de escuchar que “ahora sí, que hay que agarrar el toro por las guampas, que hay un proyecto impecable, que todo se va a arreglar y que el año próximo tendremos el fútbol como todos queremos” …
Hummm ... disculpe por el escepticismo o por la desconfianza, es que ya van para 30 años o más que vengo escuchando la misma canción y no es mía la culpa, ni suya, ni de los jugadores, ni la de la gente, bueno, la de cierta parte de la gente …¿ y qué me cuenta de los dirigentes?
¿Todos culpables? No. Algunos más que otros …¿es posible, verdad? Sin embargo, hay quienes sostienen que tienen la solución y yo pregunto: ¿por qué no los dejan, ya que son tan capaces?
Vaya uno a saber. Los que saben no están, los que no saben, están. Raro, ¿no?
Ecuaciones irresolutas de éste deporte que fue ganador internacional, que tiene lauros inconquistables para cientos de países y ni hablemos de la región. Argentina y Brasil andan con el poncho agitado, pero no más que los uruguayos. Claro que, como estamos , no le ganamos a nadie, ni en la mesa de negociaciones, ni en nada.
Pues bien. Planificaciones incluso hasta de las autoridades gubernamentales, tan entreverados los temas, que por ahí la FIFA, cree que el gobierno se metió en el fútbol y nos amagan sancionar como a Perú, que se salvó en el disco.
Pues, entonces, ¿qué hacer? ¿ Conoce usted que se estén estudiando planes de contención, de custodia, de no entregar paquetes de entradas como si fueran propaganda electoral?
Estructuras sólidas, respeto al bien común, escenarios confiables, mayor protección al espectador, dirigentes confiables, hinchas emocionados, pero no exaltados, irascibles y temibles.
Bueno, gente con códigos, con principios, aquellos “de los de antes”, van quedando pocos o directamente, no hay más. Pero, vayamos al tema grueso.
A LA INGLESA …
¿Podrá suceder algo de esto en el 2009?
Fue tan sencillo para los ingleses y no fue tan grande la inversión. El Liverpool armó un escándalo por allá en el 1985, frente al Juventus, en el Heysel de Bruselas y la UEFA, lo suspendió por 10 años de toda competición internacional.
¿Y? “Chito Galindo” (disculpe la deformación lingúistica popular) refiriéndose a “boquita con llave”, como dice mi querido amigo Cacho de la Cruz.
Silencios de fútbol, no más vestuarios, no más prácticas, no más entrenamientos, no más vinculaciones por plata, no más partidos internacionales, se termina la vidriera para los profesionales.
¿Eso queremos? Además amenazan con una ley sobre contratos y empresarios que los propios futbolistas rechazan. Debemos recordar que la FIFA admite, con credenciales y dinero garante el trabajo del contratista. El jugador también, lógico.
Y CRECEN YUYOS, NOMAS …
Pero, eso es otro tema. Ahora estamos viendo crecer los yuyos …
Bueno, eso ya lo conseguimos. Ahora hagan que cambie, radicalmente, todo el mal que hicieron. Incluso hasta nosotros, los periodistas, pudimos haber hecho algo mal y debemos corregirnos, ¿por qué no? No somos ni santos, ni lo queremos ser.
Pero hay principios éticos y morales que nos permiten escribir y decir las cosas por su nombre y como tienen que ser y como no lo son en estos momentos.
Desearles felicidades a la familia del fútbol, es como mentirme.
Lo que le deseo es que se pueda jugar al fútbol, que se pueda ir a la cancha con los botijas, con las mujeres, como antes, nada más que eso, que arreglen “el estofado”.
Que el realismo que nos entró por la vía de la muerte de jóvenes hinchas, no quede tirado, impune y guardado en los cajones de la ignorancia.
¿LA “FAMILIA” DEL FUTBOL”?
Disculpeme. Hasta que no me demuestren lo contrario, no estoy con el ánimo dispuesto para desear felicidades a “la familia del fútbol”.
Porque a la “familia del fútbol” la mataron, cuando asesinaron, cuando atacaron las patotas a los hinchas prevenidos o no, cuando no respetaron la vida, cuando se drogaron, cuando agredieron a traición y cuando todo terminó … sin final.
Pues, entonces, que pasen las horas y que venga el año nuevo.
Para éste fútbol solo cambia el almanaque.
Y ENTONCES … EL CONCIERTO DEL DESCONCIERTO
Así dijeron. Todos miran al Dr. Corbo. El, con sus designados, tratará de resolver éste contuso y descalabrado deporte . En la última acción del año, le entregan a Corbo “todo el paquete”. ¡Tome, Dr. arregle! Y Corbo, solidario y buena gente, tomó la batuta por 60 días para dirigir el “concierto del desconcierto”.
¿Podrá, adivina, adivinador? Doctor, a fin de año y con la más fea, eh …
LOS SUPERPODERES …
Nadie sabe hasta donde llegarán , como se aplicarán,( sí se conoce lo que representan) pero como llega fin de año, Doctor Corbo, “meta pa’delante” que usted puede. – Cualquier cosita me llama al Este, ¿sabe? …(frase inventada, claro está … no muy lejana a la realidad)
En teatro aquí hay que hacer un silencio, que, generalmente, se escribe “mutis y por el foro” …
LUEGO SE ENCIENDEN LAS LUCES Y ES OTRA ESCENA …
Demuestren lo contrario. Ayudemos a cambiar este criminal escenario. Todos los actores cambian su papel, el libreto anterior al canasto. Se permite improvisar, pero no mucho.
60 días de un verano cálido es para mentes despejadas y liberadas de todo lo oscuro que pasó en el año.
Incluso hasta aquellos que dicen que “no tienen la culpa de nada, que la culpa la tienen los demás”, de repente hasta dan una mano. Muy bien. Den las dos. Será mejor.
Llega el 2009. Que llegue. ‘Ta.