lunes, 8 de diciembre de 2008

EMPIRICOS Y REALISTAS

Escribe JORGE CROSA

Ya se quebró el “compromiso para la paz” que tanto le costó a las autoridades del gobierno y de la AUF, crear para frenar la violencia.
Aunque, acaso, inadvertido, rompieron, una vez más los vidrios de la sede de Nacional. Hubo corridas en el juego Nacional – Cerro y la gente(alarmantemente desinformada) no sabía si tenía que comprar la entrada en los comercios habilitados, si ir al Estadio, si hacer la fila o no, en fin, “problema de la gente” dirán quienes están en el tema.
Pero no es así. No es tan sencillo que se arregla el foco de la locura que nos enfrentamos cada fin de semana los futboleros. No es tan fácil.
Dijimos, a título personal, que las sanciones locales e internacionales son las que se deben aplicar a quien corresponda. Esto es, el lío fue en la cancha de quien sea, pues bien, se le clausura el escenario por tanto tiempo. Si fue en el Centenario y participaron hinchas de Peñarol o de Nacional, que vayan a jugar uno al Parque Central el otro a Los Aromos y si persiste el problema, que vayan rotando, a lo gitano, hasta que se determine que ese equipo no juega, si se clasifica, la Libertadores, la Sudamericana o el torneo internacional que se sea.
Además de sanciones económicas que son las que duelen de verdad. Porque, en esto, no veo que se “inquiete” institucionalmente a ningún club.
Todo es cuestión o derivado a la gente, al hincha, al desacatado, al drogado, al alcoholizado, al violento ocasional. El club, nada.
Y no es así. Las medidas deben ser tomadas en contra del club al que pertenecen los barrabravas o quien sea.
Que le importe al club. Que le mortifique y lo borre del mapa futbolístico.
Esa es la idea. Cuando hablo de los ingleses y sus hooligans, que sí pudieron solucionar el tema de la violencia, no se precisó (mal no está), pero no fueron utilizados ni espirómetros, ni detectores de metales, ni estos elementos de seguridad, que bienvenidos sean, pero que no afectan al instituto en sí.
Y ahí está la cosa. El rigor de eliminarlos de su cancha, de una copa internacional que significa dinero, son sanciones reales, que lastiman al club, a sus hinchas, a los dirigentes.
Ese tipo de medidas, no ví que se hayan tenido en cuenta.
Una lástima porque son las que, por lo menos, “aterrizan” a los revoltosos, amenazan a los clubes y los sepultan local e internacionalmente.
Esto es, “tolerancia cero” a la violencia.
Están a tiempo de ponerlas en práctica. Es cuestión del sentido común (ya sé , el menos común de los sentidos).
Acaso uno pueda estar equivocado y los empiristas tengan razón.
El tiempo, sabio, dirá. Soy realista.