Escribe JORGE CROSA
Todo cambio provoca rechazo. Es conocido por nuestros lares sureños. Es que somos así. Felizmente cada día somos “menos así”.
Es que en el cambio, en la dinámica de la modificación, está la superación. En todos los órdenes, en todas las disciplinas y no solamente deportivas, claro está. Por consiguiente, con el respeto que se debe tener por quienes se aferran a sistemas tradicionales, nos permitimos afiliarnos al esquema planteado, hace buen tiempo, con sus pro y sus contras, naturalmente, de Carrasco.
Es cierto que le puede ir mal, pero tiene el inmenso valor de cambiar. Y eso vale muchísimo. No por gusto, sino con convicciones y eso hace valer mucho más la apuesta del técnico.
LA CONVICCION
No sé cómo le irá a River Plate en la Copa Sudamericana, un arranque con victoria no significa mucho, el jueves se viene la revancha ante la Católica. Pero ese aire fresco de renovación, de gurises y no tanto buscando otra cosa en el mundo del fútbol, atrae, llama la atención y es posible que se acerque a una novísima propuesta vencedora o por lo menos combativa, batalladora, en tiempos en donde los cracks no abundan, en donde las estrellas ya no surgen como antes, en donde la velocidad y el vértigo dominan el juego, bueno, allí está el equipo y el trabajo de Carrasco.
GANARLE A LAS FRASES COMUNES
¿Qué puede ser modificado? Claro está. Porque el propio orientador tiene sus variantes y también sus convicciones. River no está en el plano internacional como equipo visitador de finales o conocido por la prensa del continente.
Pero le está ganando al escéptico. Al desconfiado. Al que dicen, “no da el brazo a torcer”. Frases comunes que se usaron durante mucho tiempo, sin razón alguna.
Es difícil cambiar, si lo será en una región acostumbrada al dejar hacer, al “no te metás”, al “así está bien …¿pará qué cambiar?”.
Es frente a ese temor, infundado, que tiene que batallar un innovador, ya sea en el fútbol, como en la política, en el arte, en la música, en todo aquello que el ser humano gestione un movimiento diferente.
ESTE OTRO PRODUCTO
La costumbre, de no hacer “esto, aquello o lo otro”, por “el que dirán”, es el temor, inconsciente, de un cobarde, que no sabe que lo es. Y no tiene culpa, por supuesto, por esa misma razón, porque no sabe.
En el deporte, en el fútbol específicamente, hubo hechos que demostraron que algunos cambios fueron para mejorar el producto.
Rinus Michels con su Holanda del 74, sus ideas geniales, que no le alcanzaron para ser campeón del mundo, pero sí, para transformar el espectáculo en algo de altísimo nivel, hasta nombrar al grupo como la famosa película de Stanley Kubrick, una obra de arte.
Por aquí nomás, en la mente de un Profesor adelantado a su tiempo, como José Ricardo De León, aparece el Defensor Campeón Uruguayo del 1976, con un esquema desconocido y vencedor.
Esos son los cambios a que nos referimos. Los que quedan en el tiempo y pueden ser aprovechados por las generaciones futuras.
Y en algo de eso está Carrasco. Que se le crea o no, que se le de o no, no es una cosa exclusivamente personal. Es colectiva. Es la creencia de muchos que hacen que un cambio, sea positivo o lo contrario.
Por ello, era necesario, para mí, por lo menos, resaltar que, más allá del resultado de la tarea de Carrasco, está la idea del cambio.
De una convicción, de una real modificación, con base sólida y principios estructurales.
El fútbol del Siglo XXI, nada menos. Innovador y valiente.
El planteo está hecho. Que dé resultado, es otra cosa.
Nosotros lo acompañamos con un ¡adelante! Y mucha suerte.