ESCRIBE JORGE CROSA
Quiere decir que se puede.
Que movilizando, acaso, unas fuerzas policiales impensadas para un acontecimiento, es posible, frenar a la violencia.
A los vivos, a los borrachitos de turno, a los que reparten la droga o a los que la traen puesta.
Así que serán locos, se harán los locos, pero le tienen miedo a la seguridad, si ésta viene con balas, aunque sean de goma o material plástico.
Son así. Es lamentable que precisen el “apriete” para no armar esos líos descomunales, propios de enfermos mentales, consecuencia directa del alcohol y derivados.
El clásico movilizó un millar y fracción de efectivos para detener posibles disturbios. Lo consiguió. No fueron unas “señoritas”, pero no hubo heridos, ni peleas descontroladas, ni ómnibus apedreados, ni golpizas en los bares cercanos, ni trifulcas, ni nada de lo que estamos acostumbrados a ver, lamentablemente, domingo a domingo y mucho más en un clásico.
Entonces, se puede. Es un gasto, claro está. Pero la seguridad del espectador hay que pagarla a como dé lugar. Y se logró. Y tendrá que seguir siendo así porque dio el resultado previsto.
Los “guapos de mentira” no nos estúpidos. Son mala gente, nomás. Cobardes y traidores, nomás, que no es poca cosa, ¿no le parece?
Pero, por la vía del ¡ojo que te la dan!, se quedan quietitos, como gurí sin pañales …
Una lástima que tenga que ser así. Pero es. No sólo en Montevideo. En Buenos Aires, en Porto Alegre, en Rio, en donde las fuerzas policiales reciban la orden, “todo el mundo boca abajo …”. Calladitos y a mirar el partido.
Acaso no sea la solución siempre, porque, por ahí, aparece algún imbécil y comete una tontería de la estamos acostumbrados, pero se da en muy poquitos casos.
Por lo tanto, en conocimiento que es así, bueno, a usar el mismo control siempre y terminemos con el temido problema de la violencia y el miedo de la gente bien en poder ir al fútbol. Porque eso es lo que la gente tiene: miedo de ir al partido.
Y que se aplique éste operativo, que habrá que repetirlo cuántas veces sea necesario.
Que viene a ser … el final de los “guapos de mentira”.