viernes, 19 de junio de 2009

A DOS AÑOS, PABLO, MIRA VOS ...

Escribe JORGE CROSA

Me acordé anoche … (comienza como un cuento esto, ¿no?) y bueno, será así. Un cuento, un lindo cuento, un hermoso recuerdo de alguien a quien toda la barra quiso mucho, a un tipo que la vida nos señaló como un hermano y lo fue nomás.
No precisamos que corra la misma sangre para sentir afecto y cariño por un amigo, lo más lindo que te da la vida, después de los viejos, de los hijos, de una patrona de ley, en fin, de las cosas recordables de nuestro pasaje por este asunto, en este caminar, en este pensar, en esto del mundo del vivir.
Querido Pablo viejo, Estramín, para los que no lo sepan, pidió “permiso” hace dos años y se fue “al cielo”, como nos contaban los abuelos y lo siguen haciendo a los gurises cuando no vemos más a alguien y no sabemos qué pasó.
No voy a escribir de Pablo como esos recuerdos y las frases de siempre, que las reconocés, que las comprás y que ya están recontraescritas. El no iba a querer eso y nosotros (porque escribo, estoy seguro con el consentimiento de todos sus amigos) no vamos a usar los términos de cementerios y velorios.
Porque él no fue así. Porque Pablo “no es” así.
De lo único que estamos seguros es que no lo vemos. Nada más.
Lo demás sigue intacto. Seguirá eternamente. Seguiré siendo “su amigo del alma”, seguirán siendo sus amigos del corazón los que elevan sus voces y nos hacen conocer temas nuevos, del tiempo nuevo, de las cosas lindas de nuestro Uruguay, del folclore, de la vida, de la ayuda, de la sensación que daba siempre Pablo, la de ayuda, la de colaboración, la de solidaridad.

SOLIDARIO DE ALMA …

El recorrió Uruguay para cantarle a los botijas sin casa, para que la tuvieran, a los que comían salteado, para que lo hicieran todos los días, al que no tenía nada, para que tuviera algo.
Y nunca se le ocurrió cobrar, ni se le pasó por la cabeza, ni a él, ni a sus amigos de la banda.
Unos fenómenos, todos. Recuerdo las reuniones fraternas con El Sabalero, con Pepe Guerra, con el Fito Rodríguez, otro amigazo, con Los Nocheros, notables tipos, de German, que alguna nos servía para ir llevando la noche … ¡qué jornadas fantásticas, de canto, de charlas, de anécdotas, de sinceramientos, de verdades, de tantas cosas maravillosas de la vida, charlas con el Flaco Castro, Juceca, Don Verídico, por más datos, el boliche de Gustavito Ibarra, Nibia, del Vasco, allá en el viejo Lobizón de la Galería El País, las largas jornadas “de cómo arreglar el Uruguay primero y después el mundo, claro” …de los interminables trucos amanecidos con sonrisas y festejos “por cualquier cosa” … daba igual.
Pasaron dos años ya del “chau” de Pablo.
Y lo recuerdo con alegría, como debe ser, ¡qué tanta tristeza!, si “los lugares comunes” jamás fueron nuestros aliados.
Me acordé anoche, bueno, la sonrisa de los recuerdos nos hace cómplice de acordarnos siempre …

POR EL CIELO DE LOS ABUELOS …

‘Ta bien. Van dos años que andarás componiendo por el cielo de los abuelos, bien arriba, junto al Flaco. El de barba ….sí, este muchacho, Dios.Con respeto, porque, como vos, también creo en el hombre.

Pero, bueno, no soy afín a los famosos “lugares comunes” de los que tanto hablamos, pero, ‘ta, a dos años del “chau” parcial tuyo, querido Pablo, un beso grande en el nombre de los que te quieren, que son todos los que vos conocés y muchísimos que se van agregando porque la bondad, gracias a Dios, se transmite. Se escribe. Y se canta.