Escribe JORGE CROSA
Algunos técnicos califican como “accidentes” estas derrotas como la de Uruguay.
Maradona en La Paz al caer por 6 a 1 frente a Bolivia, expresó que “podía ser la altura”(¿), contrariando lo que sostuvo con el Presidente Evo Morales, que no afectaba en nada ese tema o cuando Colombia derrotó en Buenos Aires por 5 goles a la Argentina en el 1993, la dirigía el Coco Basile …” no tengo explicación…” dijo, en fin, “accidentes”, diría, no queda mal, pero, son soberanas palizas que te dejan destrozados.
Y hay que encontrar urgente una recuperación. ¿Cómo hacerlo, como fabricar, por ejemplo, jerarquías que tuvieron los brasileños y dieron el golpe justo en el momento exacto?
Porque que Uruguay haya establecido un dominio acaso territorial y de pelota, ni le dio para la diferencia del gol que todos esperábamos. No apareció la globa adentro del arco de Julio César, notable figura.
Y son cosas atroces que pasan en éste juego. Pero, claro, hay momentos y momentos. En algunos te podés recuperar, en otros no. Y nosotros estamos en la línea de fuego y nos agarra la guerra sin casco, ni municiones. Y no porque no tengamos. Lamentablemente, sufrimos ese tipo de “accidentes” que se dan en el fútbol.
La trinchera está muy alta, se nos ve la mitad del cuerpo y ellos tienen las armas. “Ellos”, me refiero a todos los que están sobre nosotros y no hay posibilidad de pasarlos.
En este “accidente” del 0 – 4, la eficacia es incomparable. No vale ni la pena reseñarla.
Ya pasó, pero nos estalló la cabeza de bronca y alguna cosita más, ante cierto tono burlón de algunos brasileños. Sin embargo, tenían y tienen razón, festejaron como debían y que yo sepa nadie les tocó un pelo. Vinieron, ganaron por goleada, que ni ellos pensaban y se fueron “mansos y carretilludos”. Sin embargo, entre nosotros, lloramos las muertes de niños en el basquetbol, de hombres en el fútbol, en fin, ¡qué injusticia fatal entre esos hechos y los deportivos locales!
Regresando al fútbol, cuando nos tocó ir al Brasil con Nacional, Peñarol y la Selección Uruguaya, en largos períodos, nunca encontramos una actitud pacífica.
Muy por el contrario, los roces e insultos durante muchísimos años fueron, son y serán la costumbre de los norteños. Más aquí, “chito Galindo” …y está bien. Perdimos como para no hablar de nada …
Mire que no estoy buscando ninguna excusa a una goleada justa . De ninguna manera. Simplemente comparando acciones y analizando rendimientos y funciones.
Porque es en el campo donde se juega por las que duelen y allí nos hicieron trizas.
Lo demás es puro cuento. 0 a 4 y sin chistar. Análisis, cambios, malhumor (lógico) estudios a fondo, cómo hacer para ganarle a Venezuela, los cambios, todo eso entre la amargura, la angustia, la bronca y el recuerdo del “samba brasileño”.
Es bravo. Para recuperarse hay que tener una cuota formidable de temple, coraje, valentía y fundamentalmente, fútbol. Y goles.
Este tipo de resultados negativos, por ejemplo, para Basile fue un “no se puede creer”, para Diego “ y capaz que la altura …” y para Tabárez “se rompió un mito de mucho tiempo, en la primera parte peleamos el partido, generamos jugadas y no definimos. No hablo de los demás, ni alardeo cuando gano. Tenemos que atenuar los efectos de este resultado ante Venezuela”.
Bien. Atenuemos.
Tomo su pensamiento Tabárez,( después de Venezuela ) : ojalá no hable de los demás, ni alardee …