Escribe JORGE CROSA
Barack Obama ha dado una lección de jerarquía, de clase y de ejecutividad, al reunirse con sus antecesores en el cargo, menudito él, de Presidente de los Estados Unidos.
Es así que reunió a los Bush, “papá y el nene”, Jimmy Carter y Bill Clinton.
De esa reunión tiene que haber surgido algo de real interés que no conoceremos pero que el mundo lo verá, seguramente.
Es un paso trascendente, insólito, inesperado y de gran categoría política.
El prólogo político internacional es sumamente útil para estas modificaciones, cambios, nuevos planteos y demás que, supongo, piensan reformular en la calle Guayabos, casa del fútbol.
En el entendido que “así no va más”, veremos cuáles son las soluciones, quienes se opondrán, porque siempre hay alguien que se opone, es como una costumbre uruguaya, el “no estar de acuerdo” y bueno, esperar el tiempo que dijeron para saber qué fútbol tendremos, de qué manera se disputarán los torneos, las sanciones que se aplicarán, en fin, todos los detalles que “el pueblo quiere saber”, como en aquel Cabildo de Buenos Aires de 1810.
Y sí, queremos saber. Así le entramos a la discusión. Total, mucha cosa en este “rancho del sur” no va a encontrar.
Imáginese, se hable de la movida del verano, de la pitucada en Punta, de las recepciones super exclusivas, más los desfiles, las figuras mediáticas, los famosos, las playas, los bailes, los espectáculos, todo, pero todo, pasa en la Punta.
Entonces, luego que pase todo eso (supongo que el Dr. Corbo estará trabajando en su proyecto, naturalmente), nos dirán el plan de acción del fútbol uruguayo.
Pero hay que dejar que pase el” show business”, que está muy bien (creo) porque dicen que recauda el turismo para las arcas flacas orientales (ojalá así sea) y entonces sí, hincarle el diente al fútbol.
¿No se habrá perdido tiempo? Porque, sabido es, que por estos pagos de Dios, el asunto del trabajo a full, termina en los primeros días de diciembre y empieza, todos lo sabemos, cuando el último ciclista llega al Velódromo en la Vuelta del Uruguay.
Me parece que esta vez no da para esperar tanto.
Hay que apretar el acelerador porque de lo contrario seguiremos con la misma incertidumbre de muchísimos años atrás.
La violencia sin arreglo, un calendario conocido y malo, reglas que deben regir desde ya y ni siquiera se han estudiado, esto es, hacer un fútbol viable, agradable y que del espectáculo se encarguen los protagonistas.
En este caso, los jugadores.
No más problemas con los pagos, que nadie llegue sin plata para poder jugar, que estén al día los clubes, que la Mutual no tenga que reclamar por sus afiliados, que los clubes respeten los convenios, que exista la buena voluntad de salir de ésta pesadilla que hemos vivido hasta ahora y quien le diga, acaso, regresemos, en orden y con buen fútbol, a figurar en los campeonatos internacionales.
Pero, para todo esto se necesita consenso. A lo Obama.
¿Se podrá o serán ilusiones veraniegas, como siempre, como toda la vida?
Soy optimista. Lo que no quiere decir que sea del todo cuerdo.