Escribe JORGE CROSA
¡Fobal y carreras! ¡Diarios!¡Diarios!
Este grito perdido en el tiempo, perteneció a una época uruguaya, aunque a la muchachada de hoy les cueste creer. Así se vendían los diarios, que eran, el alma informativa de los montevideanos.
Cincuenta años atrás, días más, días menos, nos enterábamos por la radio y por los diarios. Y pará de contar. No existía “la internet”, ni la tecnología que hoy te abruma, pero, hay que reconocer, ayuda de manera fantástica a un aprendizaje más célere a la gurisada.
No sé si de mayor comprensión, que eso es otra cosa, pero que están informados y que debieron estarlo, de eso, no hay duda, con todos los medios que hoy se tienen al alcance para el estudio, para la información, pa’ lo que guste mandar.
También fuimos dueños de la pelota, hace mucho y en el tiempo. Cuando el fútbol uruguayo era un ejemplo de clase y categoría.
Hoy la realidad marca otra cosa. Se anda en la vuelta de cómo se debe dirigir, de los reglamentos, de los campeonatos, de la gente que trabaja, esto es, de los dirigentes.
Después pasamos al rubro jugadores, su rendimiento, su lucimiento en el exterior y su participación en la selección nacional, por ejemplo, algunos claros ejemplos disímiles y todo porque hay que volver a explicar lo de siempre, una cosa es jugar en Europa con los compañeros de un equipo tal o cual y otra es formar una selección, que es totalmente diferente.
El seleccionador no es el técnico de todos los días.
El grupo, ya sé, eso les pasa a todos, no es el equipo europeo, que viene a ser el caso nuestro, de todas las jornadas.
Sin nombres, sin decir tal o cual equipo, uno se da cuenta que no es lo mismo que antes y jamás será igual.
Ese es el tema. Si “enganchamos” un buen grupo, parejo, rendidor, solidario, vamos a estar en Sudáfrica. De lo contrario no. Clarísimo.
Porque, ya nada es como antes, ya los diarios, ni las radios son lo único que tiene el mundo para infomarse. Todo avanzó. Y quiera que no, la vida del deportista, limitada ella, le dio un empuje económico formidable que, en otros tiempos, jamás pasó por la cabeza de ningún futbolista.
“Ya nunca me verás como me vieras,
Recostado en la vidriera
Y esperándote.”
Versos de Homero Manzi, en Sur, que se aplican a esta realidad. Ya fue aquello.
Esto es lo que tenemos hoy. Como lo comentamos en su momento un gran desajuste por donde se le mire y es bravo arreglar el rancho, cuando se llueve y te entra la “humedá”.
Pues, en eso se está. Tratando de corregir desde arriba hacia abajo. Todos debemos apoyar. Periodistas, dirigentes, protagonistas de donde sean y los jugadores, claro está.
Pero no será sencillo. No es una advertencia pesisimista. Es la auténtica realidad.
Ya nos enteramos de todo, por todos los medios. De las verdades y de las mentiras, por supuesto. De lo sucio y de lo limpio. De quien quiere ayudar y aquel que dice que “va a dar una mano”. Ya sabemos, de repente, antes que pasen las cosas.
Los medios informativos de hoy,nos ponen alerta de todo.
Se está edificando algo por la AUF. ¿ Qué tal si esperamos y no le ponemos el palito a la rueda antes que comience a andar?
¡Diarios, fobal y carreras! Ya fue. Y lindo, pero fue.
Hoy hay que aceptar y vale, por supuesto, la tecnología.
¿ Cuesta mucho ser inteligente o hay que nacer con esa facultad?
Antes íbamos a los mundiales sin siquiera pensarlo. Hoy no. Antes venían extraordinarios equipos europeos para los tornes de veranos y les hacíamos partido, el Dínamo de Zagreb, el Real Madrid, todos unos fenómenos, no sé, por nombrar algunos que dieron su vueltita por Sudamérica. Hoy es bravo que vengan. La plaza se vino abajo.
Es tiempo de reconstruir. ¿ Se podrá?
Es cuestión de talento. No de vichar el horóscopo.
lunes, 26 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
PENOSA REALIDAD
Escribe JORGE CROSA
Lo que vimos fue la realidad. Esta exhibición de jerarquía de los equipos brasileños sobre Nacional y Peñarol, es la verdad y no una casualidad. Nos duele a todos ver a los grandes abrumados, con o sin figuras claves, tanto en uno como en otro, porque la diferencia no está, ni estuvo en figuras individuales.
Está en el concepto. En la idea futbolística que tienen los brasileños y que tenemos nosotros.
Fue muy bravo. Tremendamente dolorosa la caída vertical, el dominio, el “jueguito” de Atlético Mineiro y Cruzeiro, ante los grandes.
Juegan a otra cosa. La diferencia es tan grande que no se puede comparar con nada. Hemos quedado con una gran decepción, por más que se trate de una copa de verano promocional. Por un lado vimos cómo se juega al fútbol y por el otro una tremenda impotencia, sin dar nombres, no vale la pena, porque también los jugadores estarán, sin duda, doloridos por estas dos derrotas aplastantes, terminantes, que marcan una distancia abismal, acaso no por intuída, vista así, tan claramente, duele profundamente.
El fútbol de un lado, el tratar de hacerlo, por el otro. Eso fue lo que pasó.
Habrá que remar y mucho porque el puerto hacia donde queremos ir, queda, por lo visto, demasiado lejos para nosotros.
Confirmación y decepción, nos dejó esta copa veraniega.
Un presente de angustia, de enorme preocupación y un oscuro futuro si no se establecen profundos cambios conceptuales de lo que está pasando, de cómo se está jugando hoy, aquí nomás, en el norte y lo que hacemos nosotros, en el sur.
Preocupados, al igual que los protagonistas, supongo y mucho más allá, viendo todo el trabajo que se tiene que realizar para llegar a este tipo de juego que nos mostraron los brasileños, que no es una casualidad, que no es de suerte, que no fue “una mala noche”.
Más que una advertencia, la más auténtica demostración de donde estamos ubicados.
Si no aprendemos de esto, de ésta expresión futbolística, si seguimos pensando en “la nuestra”, bueno, entonces, no se ha entendido nada.
Y uno piensa en la Libertadores y en las eliminatorias y … ‘ta, la dejamos ahí.
Lo que vimos fue la realidad. Esta exhibición de jerarquía de los equipos brasileños sobre Nacional y Peñarol, es la verdad y no una casualidad. Nos duele a todos ver a los grandes abrumados, con o sin figuras claves, tanto en uno como en otro, porque la diferencia no está, ni estuvo en figuras individuales.
Está en el concepto. En la idea futbolística que tienen los brasileños y que tenemos nosotros.
Fue muy bravo. Tremendamente dolorosa la caída vertical, el dominio, el “jueguito” de Atlético Mineiro y Cruzeiro, ante los grandes.
Juegan a otra cosa. La diferencia es tan grande que no se puede comparar con nada. Hemos quedado con una gran decepción, por más que se trate de una copa de verano promocional. Por un lado vimos cómo se juega al fútbol y por el otro una tremenda impotencia, sin dar nombres, no vale la pena, porque también los jugadores estarán, sin duda, doloridos por estas dos derrotas aplastantes, terminantes, que marcan una distancia abismal, acaso no por intuída, vista así, tan claramente, duele profundamente.
El fútbol de un lado, el tratar de hacerlo, por el otro. Eso fue lo que pasó.
Habrá que remar y mucho porque el puerto hacia donde queremos ir, queda, por lo visto, demasiado lejos para nosotros.
Confirmación y decepción, nos dejó esta copa veraniega.
Un presente de angustia, de enorme preocupación y un oscuro futuro si no se establecen profundos cambios conceptuales de lo que está pasando, de cómo se está jugando hoy, aquí nomás, en el norte y lo que hacemos nosotros, en el sur.
Preocupados, al igual que los protagonistas, supongo y mucho más allá, viendo todo el trabajo que se tiene que realizar para llegar a este tipo de juego que nos mostraron los brasileños, que no es una casualidad, que no es de suerte, que no fue “una mala noche”.
Más que una advertencia, la más auténtica demostración de donde estamos ubicados.
Si no aprendemos de esto, de ésta expresión futbolística, si seguimos pensando en “la nuestra”, bueno, entonces, no se ha entendido nada.
Y uno piensa en la Libertadores y en las eliminatorias y … ‘ta, la dejamos ahí.
miércoles, 14 de enero de 2009
"O LA ANIMA EL BATALLAR ..."
Escribe JORGE CROSA
La característica de algunos uruguayos (unos cuantos): es la desconfianza. Eso de arranque, nomás, por el tema de las medidas que vaya o que tome el Dr. Corbo con referencia al paquete “inflacionario” que le tiraron en la mesa, con plazo fijo de 60 días, sin renta posible.
Hay que arreglar la casa, Dr. “Usted puede”. A ver …
El campeonato tiene que terminar. No sea cosa que, a lo Schubert, en su genial sinfonía, La Inconclusa, éste asunto quede sólo en dos “movimientos” de cuatro, ¿no?.
“Tiene que haber un campeón”, más que le sugirieron , le “marcaron” el sendero. No creo que Corbo sea de los que se dejan guiar. Lo tengo, felizmente, conceptuado como hombre de bien y recto en su trayectoria, que ha sido extensa.
Pero, como es habitual, tiene sus contras. Aquí no hay nadie, ni en el fútbol, ni en la vida uruguaya, que no tenga contras. Imagínese que el más Grande de los Orientales, el de la Plaza Independencia, también le han encontrado alguna cosita.
Así somos. Así seremos. Cantando bajito el himno, medio champurreado, esto es, mal ejecutado, como sin ganas. Y es el himno nacional, nada menos. Pero, es así la cosa y no creo que la cambie nadie. Menos mal que he escuchado, en los actos de fin de cursos de las escuelas de los hijos y de los nietos, que ellos sí, los gurises le meten garganta a la canción patria, con la fuerza de la convicción. Lo escuché y lo ví, no me lo contó nadie. Los de moña creen aún (gracias a Dios) en el Pabellón Patrio, en el cambio de banderas, en la marcha Mi Bandera, en las lágrimas de las maestras, en el “nudo” en la garganta, pa’ no llorar de los viejos, que al final, no hay caso, se viene y no lo para nadie, porque arranca desde el alma, así que no tiene vuelta. Se muestra como es. Espontáneo, natural, sincero.
De esas pequeñas (grandes) cosas hay que seguir aprendiendo. Porque el periodista es el genuino interpretador de los hechos. Mal, regular o bien. Pero es. Y tiene que manifestarse.
Y lo estamos haciendo. Así esté todo excepcional, Dr. Corbo, lo van a criticar. Es un hecho. No sea cuestión que haga todo bien y a todos deje convencidos. Siempre aparecerá el tradicional “no me parece bien tal cosa”, así sea un punto, una coma o bien un artículo.
De cualquier manera, usted no tiene porqué andar rindiendo cuentas a nadie. Si no les gusta, conociéndolo, cierre la carpeta y buenas noches. Que lo pasen bien.
Este es el “antes”. En algunas horas les cuento el “durante” y naturalmente, no voy a hacer la del genio vienés, en su genial La Inconclusa (mire usted, dedicada a una dama de su querer), que lo abandonó porque se terminó el “vento”, vendrá el “después”.
Así completamos los cuatro movimientos proverbiales que lleva esta obra.
Vale recordar que es una “Sinfonía en Sí”.
La característica de algunos uruguayos (unos cuantos): es la desconfianza. Eso de arranque, nomás, por el tema de las medidas que vaya o que tome el Dr. Corbo con referencia al paquete “inflacionario” que le tiraron en la mesa, con plazo fijo de 60 días, sin renta posible.
Hay que arreglar la casa, Dr. “Usted puede”. A ver …
El campeonato tiene que terminar. No sea cosa que, a lo Schubert, en su genial sinfonía, La Inconclusa, éste asunto quede sólo en dos “movimientos” de cuatro, ¿no?.
“Tiene que haber un campeón”, más que le sugirieron , le “marcaron” el sendero. No creo que Corbo sea de los que se dejan guiar. Lo tengo, felizmente, conceptuado como hombre de bien y recto en su trayectoria, que ha sido extensa.
Pero, como es habitual, tiene sus contras. Aquí no hay nadie, ni en el fútbol, ni en la vida uruguaya, que no tenga contras. Imagínese que el más Grande de los Orientales, el de la Plaza Independencia, también le han encontrado alguna cosita.
Así somos. Así seremos. Cantando bajito el himno, medio champurreado, esto es, mal ejecutado, como sin ganas. Y es el himno nacional, nada menos. Pero, es así la cosa y no creo que la cambie nadie. Menos mal que he escuchado, en los actos de fin de cursos de las escuelas de los hijos y de los nietos, que ellos sí, los gurises le meten garganta a la canción patria, con la fuerza de la convicción. Lo escuché y lo ví, no me lo contó nadie. Los de moña creen aún (gracias a Dios) en el Pabellón Patrio, en el cambio de banderas, en la marcha Mi Bandera, en las lágrimas de las maestras, en el “nudo” en la garganta, pa’ no llorar de los viejos, que al final, no hay caso, se viene y no lo para nadie, porque arranca desde el alma, así que no tiene vuelta. Se muestra como es. Espontáneo, natural, sincero.
De esas pequeñas (grandes) cosas hay que seguir aprendiendo. Porque el periodista es el genuino interpretador de los hechos. Mal, regular o bien. Pero es. Y tiene que manifestarse.
Y lo estamos haciendo. Así esté todo excepcional, Dr. Corbo, lo van a criticar. Es un hecho. No sea cuestión que haga todo bien y a todos deje convencidos. Siempre aparecerá el tradicional “no me parece bien tal cosa”, así sea un punto, una coma o bien un artículo.
De cualquier manera, usted no tiene porqué andar rindiendo cuentas a nadie. Si no les gusta, conociéndolo, cierre la carpeta y buenas noches. Que lo pasen bien.
Este es el “antes”. En algunas horas les cuento el “durante” y naturalmente, no voy a hacer la del genio vienés, en su genial La Inconclusa (mire usted, dedicada a una dama de su querer), que lo abandonó porque se terminó el “vento”, vendrá el “después”.
Así completamos los cuatro movimientos proverbiales que lleva esta obra.
Vale recordar que es una “Sinfonía en Sí”.
lunes, 12 de enero de 2009
MATANDO EL FUTURO
Escribe JORGE CROSA
Jamás nuestro fútbol dio el golpe justo para el cambio. Nunca. Siempre anduvimos en esa “calesita del vamos a ver …” y no se aplicó en ningún momento.
Estoy hablando de cambios en serio, de ésos que, económicamente, establezcan la gran diferencia con lo que nos pasó siempre.
Cambio en serio no es el de un sistema de calendario. De ninguna manera. Cambio total es, jugar con ocho o diez equipos en la Primera División Profesional. Vieja idea de los que pensaban y bien para darle mayor potencialidad y viabilidad económica y de todo tipo a éste deporte.
Eso es cambiar. Lo demás, para nosotros, seguirán siendo remiendos, como para “irla llevando” y nada más.
Eso sí. Hay que animarse. Hay que estudiar con todo el sistema, desprenderse de ese “caleidoscopio querido” del que todos hablan, pero en el momento de contribuir al club, pocos asisten a la caja. Si no quedó claro: hay clubes que “por los colores queridos” no pueden más. Y ellos lo saben, pero igual, por aquello de la historia, de aquellos jugadores, de aquel cuadro, se mantienen con el pasado, perjudicando el presente, matando el futuro.
Sé que es una decisión difícil, dura, exigente y altamente conflictiva.
Pero es la única manera de sanear, de poder planificar otros torneos, otras categorías, otro movimiento que permita una distribución equitativa y se ajuste a los tiempos de hoy.
No es lógico tener casi los mismos equipos en la Primera División Profesional que Argentina y Brasil. Es ridículo. Siempre lo fue, pero el paso del tiempo hace que la diferencia se haga cada temporada mayor y las economías, más allá de la clase de nuestros valores que es muy buena, se vean sofocadas y absolutamente liquidadas.
Conocemos el cariño de la gente por los “colores queridos”, frase tan usada como inútil, porque muy pocos hacen algo por esa expresión y todo se viene abajo. Una y otra vez.
Cuando se habló de fusión, a algunos los trataron de locos y fusiones hubo.
Entonces, es momento de hablar de estructuras totalmente diferentes a las que tenemos.
El tema es que nadie se anima. Ninguno quiere estar abajo, nadie se considera menos que el otro.
Entonces, lo que se debe hacer es un estudio de viabilidad, de renta, de factor inversión- resultado y tomar las decisiones correspondientes.
Seguramente, como somos los uruguayos, “ninguno querrá bajarse del caballo”.
Pero el caballo no da más. Todo cambió y no podemos dar la espalda y mirar hacia otro lado, cuando la crisis llegó a la casa.
Es sabido que “todo cambio provoca rechazo”, pero peor es morir sin intentar un cambio.
Ahora que estamos en tiempo de “dar la vuelta la pisada”, hagámoslo con acierto.
No se trata aquí de la Libertadores, de los torneos, de las continuas discrepancias entre la Mutual y la AUF, que siempre las habrá en procura de mejorar el diálogo y el sostenimiento de la entidad de los protagonistas.
No aquí de lo que se trata es de cambiar, para bien y de verdad, el sistema integral del fútbol nacional. No de esperar a ver como nos va en los campeonatos internacionales o de los calendarios, o de las licencias.
Es cambiar, señores del fútbol, lo que la realidad nos está indicando y no queremos entender.
Así no va más. Es mucho más importante nuestro apunte que el simple hecho de cómo van a jugar, si de tarde o de noche.
Aquí hay dos organismos que lo pueden hacer: la Mutual y la AUF.
83 personas viendo un partido de la Primera División Profesional es una prueba irrefutable.
Ya que no van ni siquiera aquellos, lo de los “queridos colores”.
Duele, sí, pero es la verdad.
Jamás nuestro fútbol dio el golpe justo para el cambio. Nunca. Siempre anduvimos en esa “calesita del vamos a ver …” y no se aplicó en ningún momento.
Estoy hablando de cambios en serio, de ésos que, económicamente, establezcan la gran diferencia con lo que nos pasó siempre.
Cambio en serio no es el de un sistema de calendario. De ninguna manera. Cambio total es, jugar con ocho o diez equipos en la Primera División Profesional. Vieja idea de los que pensaban y bien para darle mayor potencialidad y viabilidad económica y de todo tipo a éste deporte.
Eso es cambiar. Lo demás, para nosotros, seguirán siendo remiendos, como para “irla llevando” y nada más.
Eso sí. Hay que animarse. Hay que estudiar con todo el sistema, desprenderse de ese “caleidoscopio querido” del que todos hablan, pero en el momento de contribuir al club, pocos asisten a la caja. Si no quedó claro: hay clubes que “por los colores queridos” no pueden más. Y ellos lo saben, pero igual, por aquello de la historia, de aquellos jugadores, de aquel cuadro, se mantienen con el pasado, perjudicando el presente, matando el futuro.
Sé que es una decisión difícil, dura, exigente y altamente conflictiva.
Pero es la única manera de sanear, de poder planificar otros torneos, otras categorías, otro movimiento que permita una distribución equitativa y se ajuste a los tiempos de hoy.
No es lógico tener casi los mismos equipos en la Primera División Profesional que Argentina y Brasil. Es ridículo. Siempre lo fue, pero el paso del tiempo hace que la diferencia se haga cada temporada mayor y las economías, más allá de la clase de nuestros valores que es muy buena, se vean sofocadas y absolutamente liquidadas.
Conocemos el cariño de la gente por los “colores queridos”, frase tan usada como inútil, porque muy pocos hacen algo por esa expresión y todo se viene abajo. Una y otra vez.
Cuando se habló de fusión, a algunos los trataron de locos y fusiones hubo.
Entonces, es momento de hablar de estructuras totalmente diferentes a las que tenemos.
El tema es que nadie se anima. Ninguno quiere estar abajo, nadie se considera menos que el otro.
Entonces, lo que se debe hacer es un estudio de viabilidad, de renta, de factor inversión- resultado y tomar las decisiones correspondientes.
Seguramente, como somos los uruguayos, “ninguno querrá bajarse del caballo”.
Pero el caballo no da más. Todo cambió y no podemos dar la espalda y mirar hacia otro lado, cuando la crisis llegó a la casa.
Es sabido que “todo cambio provoca rechazo”, pero peor es morir sin intentar un cambio.
Ahora que estamos en tiempo de “dar la vuelta la pisada”, hagámoslo con acierto.
No se trata aquí de la Libertadores, de los torneos, de las continuas discrepancias entre la Mutual y la AUF, que siempre las habrá en procura de mejorar el diálogo y el sostenimiento de la entidad de los protagonistas.
No aquí de lo que se trata es de cambiar, para bien y de verdad, el sistema integral del fútbol nacional. No de esperar a ver como nos va en los campeonatos internacionales o de los calendarios, o de las licencias.
Es cambiar, señores del fútbol, lo que la realidad nos está indicando y no queremos entender.
Así no va más. Es mucho más importante nuestro apunte que el simple hecho de cómo van a jugar, si de tarde o de noche.
Aquí hay dos organismos que lo pueden hacer: la Mutual y la AUF.
83 personas viendo un partido de la Primera División Profesional es una prueba irrefutable.
Ya que no van ni siquiera aquellos, lo de los “queridos colores”.
Duele, sí, pero es la verdad.
jueves, 8 de enero de 2009
CONSENSO, A LO OBAMA
Escribe JORGE CROSA
Barack Obama ha dado una lección de jerarquía, de clase y de ejecutividad, al reunirse con sus antecesores en el cargo, menudito él, de Presidente de los Estados Unidos.
Es así que reunió a los Bush, “papá y el nene”, Jimmy Carter y Bill Clinton.
De esa reunión tiene que haber surgido algo de real interés que no conoceremos pero que el mundo lo verá, seguramente.
Es un paso trascendente, insólito, inesperado y de gran categoría política.
El prólogo político internacional es sumamente útil para estas modificaciones, cambios, nuevos planteos y demás que, supongo, piensan reformular en la calle Guayabos, casa del fútbol.
En el entendido que “así no va más”, veremos cuáles son las soluciones, quienes se opondrán, porque siempre hay alguien que se opone, es como una costumbre uruguaya, el “no estar de acuerdo” y bueno, esperar el tiempo que dijeron para saber qué fútbol tendremos, de qué manera se disputarán los torneos, las sanciones que se aplicarán, en fin, todos los detalles que “el pueblo quiere saber”, como en aquel Cabildo de Buenos Aires de 1810.
Y sí, queremos saber. Así le entramos a la discusión. Total, mucha cosa en este “rancho del sur” no va a encontrar.
Imáginese, se hable de la movida del verano, de la pitucada en Punta, de las recepciones super exclusivas, más los desfiles, las figuras mediáticas, los famosos, las playas, los bailes, los espectáculos, todo, pero todo, pasa en la Punta.
Entonces, luego que pase todo eso (supongo que el Dr. Corbo estará trabajando en su proyecto, naturalmente), nos dirán el plan de acción del fútbol uruguayo.
Pero hay que dejar que pase el” show business”, que está muy bien (creo) porque dicen que recauda el turismo para las arcas flacas orientales (ojalá así sea) y entonces sí, hincarle el diente al fútbol.
¿No se habrá perdido tiempo? Porque, sabido es, que por estos pagos de Dios, el asunto del trabajo a full, termina en los primeros días de diciembre y empieza, todos lo sabemos, cuando el último ciclista llega al Velódromo en la Vuelta del Uruguay.
Me parece que esta vez no da para esperar tanto.
Hay que apretar el acelerador porque de lo contrario seguiremos con la misma incertidumbre de muchísimos años atrás.
La violencia sin arreglo, un calendario conocido y malo, reglas que deben regir desde ya y ni siquiera se han estudiado, esto es, hacer un fútbol viable, agradable y que del espectáculo se encarguen los protagonistas.
En este caso, los jugadores.
No más problemas con los pagos, que nadie llegue sin plata para poder jugar, que estén al día los clubes, que la Mutual no tenga que reclamar por sus afiliados, que los clubes respeten los convenios, que exista la buena voluntad de salir de ésta pesadilla que hemos vivido hasta ahora y quien le diga, acaso, regresemos, en orden y con buen fútbol, a figurar en los campeonatos internacionales.
Pero, para todo esto se necesita consenso. A lo Obama.
¿Se podrá o serán ilusiones veraniegas, como siempre, como toda la vida?
Soy optimista. Lo que no quiere decir que sea del todo cuerdo.
Barack Obama ha dado una lección de jerarquía, de clase y de ejecutividad, al reunirse con sus antecesores en el cargo, menudito él, de Presidente de los Estados Unidos.
Es así que reunió a los Bush, “papá y el nene”, Jimmy Carter y Bill Clinton.
De esa reunión tiene que haber surgido algo de real interés que no conoceremos pero que el mundo lo verá, seguramente.
Es un paso trascendente, insólito, inesperado y de gran categoría política.
El prólogo político internacional es sumamente útil para estas modificaciones, cambios, nuevos planteos y demás que, supongo, piensan reformular en la calle Guayabos, casa del fútbol.
En el entendido que “así no va más”, veremos cuáles son las soluciones, quienes se opondrán, porque siempre hay alguien que se opone, es como una costumbre uruguaya, el “no estar de acuerdo” y bueno, esperar el tiempo que dijeron para saber qué fútbol tendremos, de qué manera se disputarán los torneos, las sanciones que se aplicarán, en fin, todos los detalles que “el pueblo quiere saber”, como en aquel Cabildo de Buenos Aires de 1810.
Y sí, queremos saber. Así le entramos a la discusión. Total, mucha cosa en este “rancho del sur” no va a encontrar.
Imáginese, se hable de la movida del verano, de la pitucada en Punta, de las recepciones super exclusivas, más los desfiles, las figuras mediáticas, los famosos, las playas, los bailes, los espectáculos, todo, pero todo, pasa en la Punta.
Entonces, luego que pase todo eso (supongo que el Dr. Corbo estará trabajando en su proyecto, naturalmente), nos dirán el plan de acción del fútbol uruguayo.
Pero hay que dejar que pase el” show business”, que está muy bien (creo) porque dicen que recauda el turismo para las arcas flacas orientales (ojalá así sea) y entonces sí, hincarle el diente al fútbol.
¿No se habrá perdido tiempo? Porque, sabido es, que por estos pagos de Dios, el asunto del trabajo a full, termina en los primeros días de diciembre y empieza, todos lo sabemos, cuando el último ciclista llega al Velódromo en la Vuelta del Uruguay.
Me parece que esta vez no da para esperar tanto.
Hay que apretar el acelerador porque de lo contrario seguiremos con la misma incertidumbre de muchísimos años atrás.
La violencia sin arreglo, un calendario conocido y malo, reglas que deben regir desde ya y ni siquiera se han estudiado, esto es, hacer un fútbol viable, agradable y que del espectáculo se encarguen los protagonistas.
En este caso, los jugadores.
No más problemas con los pagos, que nadie llegue sin plata para poder jugar, que estén al día los clubes, que la Mutual no tenga que reclamar por sus afiliados, que los clubes respeten los convenios, que exista la buena voluntad de salir de ésta pesadilla que hemos vivido hasta ahora y quien le diga, acaso, regresemos, en orden y con buen fútbol, a figurar en los campeonatos internacionales.
Pero, para todo esto se necesita consenso. A lo Obama.
¿Se podrá o serán ilusiones veraniegas, como siempre, como toda la vida?
Soy optimista. Lo que no quiere decir que sea del todo cuerdo.
viernes, 2 de enero de 2009
TESTIGO DE CARGO
Escribe JORGE CROSA
Se fue el 2008, adiós. Bienvenido el 2009. Momentos de sonrisas, de festejos, de alegrías (en algunas áreas del mundo no tanto, lamentablemente, por ejemplo en la franja de Gaza), tema duro, de orden religioso, político y demás en los que deben intervenir otros poderes de los que, nosotros, nada podemos hacer, sino ver y lamentar este tipo de conflicto, no solamente el citado al comienzo.
Mientras tanto, por aquí, por el sur de América, los uruguayos le hemos depositado la confianza plena a un hombre que tiene las potestades para “acomodar” el puzzle del fútbol uruguayo. Menudísima tarea, cuasi improbable, aún con la capa de Supermán o los hilos que salen de la muñeca del Hombre Araña.
De cualquier manera, el Dr. Corbo asumió esa responsabilidad. ¿Qué debemos hacer nosotros? Ayudar, colaborar, trabajar en pos de un deporte que se vino abajo hace ya muchísimo tiempo y no tiene levante.
Descendimos en todo nivel y lo muestran los resultados. La vieja frase, que nace en el 88 – “No le ganamos a nadie “– después del último triunfo internacional tricolor allá en la fantástica Tokyo, vuelve a la memoria de los uruguayos cada vez que nos eliminan de la Libertadores, de la Sudamericana y de cualquier campeonato que inventa la Confederación.
Esto es, no figuramos en nada.
Estimado Dr. Corbo: Usted tomó el timón de un barco a pique. Si tiene colaboración, si dejan sus pares las envidias, los celos, los intereses creados, las ventajitas de local y visitante, los puntos por violencia, la locura en general, el descrédito( en algunos casos con justificación plena) de los propios jugadores para con sus dirigentes, el retorno a la calma real y no fantasiosa, el volver a figurar internacionalmente como se debe, como corresponde, porque a cartas vista, ninguno de los “grandes campeones” de la Libertadores o del otro invento, la Sudamericana, son mejores que un correcto equipo aurinegro (en formación) o un tricolor con jugadores de muy buen nivel, o el violeta que siempre arrima pero le cuesta llegar al disco, el mismo Danubio, luchador al máximo, pero se queda sin aire al cierre y las promesas, siempre auspiciosas de Liverpool, de un sorprendente Racing, de un Wanderers que arranca con todo y pincha en la quinta etapa.l
En fin, tenemos material para figurar entre los “fénomenos” americanos, que no son tales . Vea usted el triunfo de Tigre ante Boca, un Boca apagadito, sin luces, sin creación, sin nada y salió campeón igual.
También obsérvese que el campeón de la Libertadores fue la Liga Deportiva de Quito. Un buen equipo, un gran entrenador, como el Patón Bauza y alguna figura que desniveló y el trofeo para ellos.
Entonces, que poder se puede, no tenemos duda alguna.
El tema es ponernos de acuerdo, primero en casa, (difícil para Tauro), pero póngale Dr. que usted pueda con la ayuda de todos, aún cuando siempre hay alguno que no le gusta donde está el florero … pero, bueno, lo cambiamos de lugar y ya está.
El asunto es volver a ganar y basta. Que la Mutual no tenga más problemas de cobros, de premios y esas cosas, que los jueces arreglen su trabajo como debe ser, nivel y jerarquía, son elementos básicos para la reconstrucción del mundo de la pelota. Que los clubes no lleguen con el último peso a pagar para poder jugar, cinco minutos después. Que se respeten los derechos de los protagonistas principales, esto es, los jugadores. Que se revise, a fondo, si sigue siendo viable un campeonato con tantos equipos en la división profesional, lo que, para nosotros, ya es un disparate, como lo fue siempre y nadie le encontró la vuelta al tema.
Menos equipos en la primera profesional, básico, trascendental, indiscutiblemente lógico.
Pero, no le han encontrado arreglo. O no han querido.
El crear un torneo creíble, no una farsa de telenovela, que termina cuando está en lo mejor, para empezar otro capítulo, vaya uno a saber cuándo, tipo novela de Agatha Christie, en la que uno creía siempre conocer al asesino hasta que la talentosa escritora británica , con su formidable personaje, Hércules Poirot, que adivinaba todo, gracias a sus “células grises”, nos mostraba lo contrario.
Pues bien, Dr. Corbo, ésta no es una carta abierta, es un editorial de atención y de colaboración directa. Cuente con nosotros. Claro que si erra un penal, se lo vamos a recriminar, como debe ser. No practicamos el “correveidile”. Eso sí, un humilde consejo, hay que “higienizar el rancho” , incluso “gente que anda en la vuelta” y siempre cree tener razón, que no le “cabe” nada y se dicen, dirigentes y/o cronistas, comunicadores o que se yo. Porque de periodistas, ni ahí.
Hace un tiempo, en nuestra comunión periodística con Víctor Hugo, (indiscutido “uno” acá y allá) en Radio Oriental, aquí en Montevideo y en Radio Continental de Buenos Aires, decía “el Nene” , familiarmente para nosotros) : “balas que pican cerca …” refiriéndose a un tiro amenazador, bueno, aquí ya dejaron de “picar cerca” para ni siquiera picar. Esto en lo que se refiere al juego en sí. En cuanto a los personajes, bueno, si de calidad, talento, categoría, jerarquía y trayectoria hablamos, pase a la otra página, Doctor. Rápido.
En la cancha y en los escritorios, me refiero. Claro que no son todos los malos de la película.
A ver si me explico: la película es mala.
Cambie el libreto, mueva las piezas de este ajedrez fatal, mándese una jugada a lo Fischer, de esas magistrales y que Dios lo ayude.
Y le digo esto porque no veo ningún “creyente” a la vista … ¿me explico?
Mejores cosas no le puedo desear, estimado Dr. en el comienzo del 2009.
Ahhh, me olvidaba, suerte, muchísima suerte.
La va a precisar, seguramente. Porque como en la película “Testigo de cargo” (seis nominaciones al Oscar de la Academia) ¿ se acuerda, aquella con Tyrone Power? ), nadie va a testificar en su favor.
Sépalo desde ya.
Se fue el 2008, adiós. Bienvenido el 2009. Momentos de sonrisas, de festejos, de alegrías (en algunas áreas del mundo no tanto, lamentablemente, por ejemplo en la franja de Gaza), tema duro, de orden religioso, político y demás en los que deben intervenir otros poderes de los que, nosotros, nada podemos hacer, sino ver y lamentar este tipo de conflicto, no solamente el citado al comienzo.
Mientras tanto, por aquí, por el sur de América, los uruguayos le hemos depositado la confianza plena a un hombre que tiene las potestades para “acomodar” el puzzle del fútbol uruguayo. Menudísima tarea, cuasi improbable, aún con la capa de Supermán o los hilos que salen de la muñeca del Hombre Araña.
De cualquier manera, el Dr. Corbo asumió esa responsabilidad. ¿Qué debemos hacer nosotros? Ayudar, colaborar, trabajar en pos de un deporte que se vino abajo hace ya muchísimo tiempo y no tiene levante.
Descendimos en todo nivel y lo muestran los resultados. La vieja frase, que nace en el 88 – “No le ganamos a nadie “– después del último triunfo internacional tricolor allá en la fantástica Tokyo, vuelve a la memoria de los uruguayos cada vez que nos eliminan de la Libertadores, de la Sudamericana y de cualquier campeonato que inventa la Confederación.
Esto es, no figuramos en nada.
Estimado Dr. Corbo: Usted tomó el timón de un barco a pique. Si tiene colaboración, si dejan sus pares las envidias, los celos, los intereses creados, las ventajitas de local y visitante, los puntos por violencia, la locura en general, el descrédito( en algunos casos con justificación plena) de los propios jugadores para con sus dirigentes, el retorno a la calma real y no fantasiosa, el volver a figurar internacionalmente como se debe, como corresponde, porque a cartas vista, ninguno de los “grandes campeones” de la Libertadores o del otro invento, la Sudamericana, son mejores que un correcto equipo aurinegro (en formación) o un tricolor con jugadores de muy buen nivel, o el violeta que siempre arrima pero le cuesta llegar al disco, el mismo Danubio, luchador al máximo, pero se queda sin aire al cierre y las promesas, siempre auspiciosas de Liverpool, de un sorprendente Racing, de un Wanderers que arranca con todo y pincha en la quinta etapa.l
En fin, tenemos material para figurar entre los “fénomenos” americanos, que no son tales . Vea usted el triunfo de Tigre ante Boca, un Boca apagadito, sin luces, sin creación, sin nada y salió campeón igual.
También obsérvese que el campeón de la Libertadores fue la Liga Deportiva de Quito. Un buen equipo, un gran entrenador, como el Patón Bauza y alguna figura que desniveló y el trofeo para ellos.
Entonces, que poder se puede, no tenemos duda alguna.
El tema es ponernos de acuerdo, primero en casa, (difícil para Tauro), pero póngale Dr. que usted pueda con la ayuda de todos, aún cuando siempre hay alguno que no le gusta donde está el florero … pero, bueno, lo cambiamos de lugar y ya está.
El asunto es volver a ganar y basta. Que la Mutual no tenga más problemas de cobros, de premios y esas cosas, que los jueces arreglen su trabajo como debe ser, nivel y jerarquía, son elementos básicos para la reconstrucción del mundo de la pelota. Que los clubes no lleguen con el último peso a pagar para poder jugar, cinco minutos después. Que se respeten los derechos de los protagonistas principales, esto es, los jugadores. Que se revise, a fondo, si sigue siendo viable un campeonato con tantos equipos en la división profesional, lo que, para nosotros, ya es un disparate, como lo fue siempre y nadie le encontró la vuelta al tema.
Menos equipos en la primera profesional, básico, trascendental, indiscutiblemente lógico.
Pero, no le han encontrado arreglo. O no han querido.
El crear un torneo creíble, no una farsa de telenovela, que termina cuando está en lo mejor, para empezar otro capítulo, vaya uno a saber cuándo, tipo novela de Agatha Christie, en la que uno creía siempre conocer al asesino hasta que la talentosa escritora británica , con su formidable personaje, Hércules Poirot, que adivinaba todo, gracias a sus “células grises”, nos mostraba lo contrario.
Pues bien, Dr. Corbo, ésta no es una carta abierta, es un editorial de atención y de colaboración directa. Cuente con nosotros. Claro que si erra un penal, se lo vamos a recriminar, como debe ser. No practicamos el “correveidile”. Eso sí, un humilde consejo, hay que “higienizar el rancho” , incluso “gente que anda en la vuelta” y siempre cree tener razón, que no le “cabe” nada y se dicen, dirigentes y/o cronistas, comunicadores o que se yo. Porque de periodistas, ni ahí.
Hace un tiempo, en nuestra comunión periodística con Víctor Hugo, (indiscutido “uno” acá y allá) en Radio Oriental, aquí en Montevideo y en Radio Continental de Buenos Aires, decía “el Nene” , familiarmente para nosotros) : “balas que pican cerca …” refiriéndose a un tiro amenazador, bueno, aquí ya dejaron de “picar cerca” para ni siquiera picar. Esto en lo que se refiere al juego en sí. En cuanto a los personajes, bueno, si de calidad, talento, categoría, jerarquía y trayectoria hablamos, pase a la otra página, Doctor. Rápido.
En la cancha y en los escritorios, me refiero. Claro que no son todos los malos de la película.
A ver si me explico: la película es mala.
Cambie el libreto, mueva las piezas de este ajedrez fatal, mándese una jugada a lo Fischer, de esas magistrales y que Dios lo ayude.
Y le digo esto porque no veo ningún “creyente” a la vista … ¿me explico?
Mejores cosas no le puedo desear, estimado Dr. en el comienzo del 2009.
Ahhh, me olvidaba, suerte, muchísima suerte.
La va a precisar, seguramente. Porque como en la película “Testigo de cargo” (seis nominaciones al Oscar de la Academia) ¿ se acuerda, aquella con Tyrone Power? ), nadie va a testificar en su favor.
Sépalo desde ya.
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