martes, 2 de febrero de 2010

CORTE DE TRANSMISION

Escribe JORGE CROSA

Siempre consideré que la ida de un técnico, en el fútbol, o en cualquier deporte colectivo, donde se dirige a mucha gente, es como un corte de transmisión en una radio o en cualquier medio de comunicación. En televisión deja de verse la imagen, en radio no hay audio, en los diarios, no se imprime, en los medios digitales el “fantasma” técnico no permite la publicación.

Es que eso es lo que sucede con un orientador. En este caso, Ferrín. Los mismos jugadores, similares esperanzas de buen juego y sin embargo, dos derrotas consecutivas que derriban a cualquiera. Atenas de San Carlos y Danubio, sentenciaron su despedida.

Y es por falta de comunicación ese “corte de transmisión”. El adiestrador dice lo mismo, los jugadores lo saben, trabajan casi igual, pero distinto. Hay algo que no funciona y es la relación. Quiérase o no, es eso. Sale de allí el problema. O con los jugadores, que ese tema es insolucionable, o con los dirigentes, que tiene algún vaivén. Pero se inicia una etapa de deterioro que culmina en el adiós.

“No juega igual el equipo”. ¿ Qué pasa si tiene todo?. El desgaste, acaso, la ausencia de motivación, es otra causa, el aburrimiento inesperado (cosa que no se dice pero se siente en un vestuario), las charlas no son las mismas, se cuestiona todo y lo más grave, no se habla, no hay intercambio de ideas. Eso es vital. Desde allí en adelante, todo empieza a terminarse.

Es la vida de los técnicos y su contacto con los futbolistas. Es el citado “corte de transmisión”. Se pueden decir las mismas cosas, los planteamientos de juego, la táctica, la estrategia, pero … algo falla. La palabra del técnico ya no llega, los oídos de los protagonistas sufren momentáneamente de hipoacusia y es el comienzo del fin.

Se habla y no se escucha. “Las cosas no salen”, es la frase recurrente. “No hay conexión entre el DT y sus dirigidos”. Entonces, es un supermercado sin góndolas. No existe, simplemente. Debe cerrar.

Y Ferrín cerró. Informó, como tantos técnicos, su decisión. La estaban esperando. Sin embargo, el renunciante expresó: “No sé, de entrada me pareció que algo no iba a funcionar y no lo hablé”. Ya no hay tiempo.

Lo dicho, quizás Ferrín no lo percibió pero, en algún momento, “se cortó la transmisión”. De él con la Directiva, o con los jugadores o vaya a saber el porqué. Pero “se cortó la transmisión”.

No se escucha, no se ve … es el final.

Esta es la historia de cientos de técnicos en todo el mundo. En cualquier deporte. Sin ir muy lejos, en la vida mismo, en cualquier relación, función o tarea, también “se corta la transmisión”. Algunas tienen explicación, otras no.

Quizás, en los versos del “Negro Cele” (Celedonio Flores), encontremos respuesta, o no, a estos encontronazos del diario vivir:

“En la timba de la vida me planté con siete y medio

Siendo la única parada de la vida que acerté

Yo ya estaba en la pendiente de la ruina, sin remedio,

Pero un día dije planto y ese día, me planté”.

Es la apuesta de creer en uno.

La única válida.