Escribe JORGE CROSA
Leyendo algunos textos sobre la obra de nuestro Florencio Sánchez, resultancia de nuestra acción periodística, nos encontramos con uno de los tantos de la obra del notable autor uruguayo que nos indica: “Mi obra será desentrañar del mismo seno de la vida, del drama de todos los días y de todos los momentos, las causas del dolor humano y exponerlas y difundirlas como un arma contra la ignorancia, la pasión y el prejuicio”.
“La puñalada de ayer y la de hoy," ( ¿diferentes o similares?, cabe preguntarse) " M’hijo el dotor, La gringa, La pobre gente”, son algunos ejemplos del drama humano, de las miserias de todos los días, de los engaños, “En familia”, “Barranca abajo”, en fin, una obra fantástica de inicios del siglo pasado, que se ajusta a la perfección a las bajezas con las que convivimos diariamente.
Claro que estamos dirigiéndonos a un lector sectorizado, acaso, con el tema deportivo y el proemio de arranque lo sorprenda.
Es que, para el periodista, la vida, como el teatro o el teatro como la vida, tiene sus vitales vínculos.
¿Qué hay detrás del telón?
Eso es la interrogante desde hace mucho tiempo, por ejemplo, en el mundo del fútbol. Florencio nos habla de miserias humanas y uno las ve todos los días, más allá de puntualizarlas con nombre y apellido. Algo existe, escondido, subyacente que ensucia a la gente que trabaja, al deportista, a los clubes, a la dirigencia, a todos los que están vinculados al tema en general.
No sólo en el fútbol, claro. Sin embargo, desde hace un buen tiempo, sombras, dudas y sospechas, andan dando vueltas en el mundito de la pelota.
De allí la palabra clara, espontánea, sin recortes, del Presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, el Dr. José Luis Corbo, quien ha dicho de su pesar, de su lucha impensada, en un trabajo franco, que jamás pensó en vivir algo así.
Está lastimado el hombre. El dirigente de tantos años demuestra su sufrimiento, su dolor ante la situación que lo está rodeando. Ante un teatro de operaciones turbio e inviable.
¿ Es tan así? ¿Es la miseria del ser humano que nos relata en cada una de sus obras Florencio Sánchez, desde hace ya más de un siglo?
¿Qué hay detrás del telón?
Es una ley el respeto de la vida privada. Porque todos hemos cometido errores. La necedad del negarlo transforma en absurdo el mensaje que queremos enviar.
¿ A quienes se quiere declarar culpables? ¿A los dirigentes, a los periodistas, a los empresarios, a los clubes todos, al entorno en general? Porque, supongo que a los jugadores, a los verdaderos protagonistas del espectáculo, no los pueden señalar éstos acusadores temporales, estas desgraciadas situac iones de momento, no los pueden siquiera rozar, porque no son ni juez ni parte en el desfiladero de incoherencias que aparecen hasta diariamente, ora reales, ora falsas (quiera la fuerza de la verdad y la razón que sean solo tendenciosas e injustificadas, lo que están haciendo con el fútbol, o más grave aún, a la organización del mismo).
Sería atroz una mínima comprobación de ciertas declaraciones.
Y aquí no estamos en estudio de un tema de hoy, que a todos puede sorprender, pero a nosotros no.
No se trata del caso puntual del que se habla. Ese, de hoy, no nos importa, ni siquiera lo tenemos en cuenta en este apunte. Simplemente no nos interesa.
Porque no es de hoy el desgraciado momento. Es de siempre. Tristemente de siempre.
El “dime y el direte”. El “correveidile”.
Y que “no cunda el pánico”, ni “ se miren al espejo”, no es patrimonio de los uruguayos este oscuro panorama. Es del mundo. Es del hombre todo.
En un análisis de la obra de Sánchez se lee:” Quiero ofrecer a la humanidad un espejo en que vea reflejada sus pasiones, su miseria, sus vicios. Esto hacemos, éstos son nuestros crímenes, y por esto nos estamos despedazando”, dice en una de sus entregas.
¿Qué hay detrás del telón?
Indeseables personajes, inquisidores de la mentira y el fraude que atentan contra la sociedad toda, en lugar de esclarecer el camino, hacerlo límpido y no agitado y tramposo, por la vía de la dubitación, del engaño, de la desconfianza y de las acusaciones cargadas de odio y ausentes del mínimo crédito. “No tomando en cuenta los embustes y las fantasías”, sentencia Florencio Sánchez.
Deben recordar que la ambición traiciona, pacientemente …
Eso, lamentablemente eso, hay detrás del telón …