Escribe JORGE CROSA
Así era antes. Los “peñaroles y los nacionales” de las Copas Libertadores de América, jugaban de esa manera, como lo hizo Racing frente a Corinthians. Sin arrugar, sin sentir el impacto de tener enfrente “monstruos” como Ronaldo, excedido en peso, pero crack completo, o Roberto Carlos y esos nombres de un equipo grande del Brasil. Y se le hizo partido. Coraje para bancar con diez, valentía para no dejarse pasar por arriba y aplicación táctica a la perfección de los muchachos con el “ teodolito” ( instrumento utilizado por los profesionales de la ingeniería ) imaginario del Ingeniero Verzeri, para medir su chance ante el promocionado equipo local.
EL PIÑAZO DE ENTRADA …
Cuando recién te saludás con el rival, das un paso atrás y éste te coloca un golpe de KO, sin siquiera respirar, ahí te das cuenta que estás en el suelo y contando …
Eso le pasó a Corinthians. Cauteruccio, como quien no quiere la cosa, le metió el golpe que empezó a derribar ilusiones, cohetes, gritos, sonrisas y demás “accesorios” en el Pacaembú. Sorpresa. No temor, pero precaución con éstos uruguayos, habrá pensado Menezes de inmediato. ¿ Qué es esto?, le preguntó un dirigente a otro, lo intuyo, claro.
LUEGO, TOMATE LA PRESION
Porque, claro, ganar en Brasil, como los grandes de aquellas épocas (no tan lejanas, se vislumbran aún, por supuesto) es notable. Es fantástico. Pero, el grupo que “la hace chiquita así”, como los brasileños, no se dejan estar. Y apareció Elías y adentro. Un empate que fue largo, tanto que tuvieron que echar, cuando no, Don Orosco, a Darío Flores, para ver si el Corinthians ganaba. Y ganó.
La presión de las jugadas lentas, retenidas, Racing esperando el golpe, bien paradito, técnicamente impecable, pero once contra diez, los del Norte la saben aprovechar. Y entró. Faltando 20 nomás, pero la metió Elías de nuevo.
CORAJE, VALENTIA Y CORAZON …
Eso fue lo que demostró Racing. Siguen existiendo estas virtudes en nuestros jugadores, gracias a Dios. Y pusieron todo. Coraje para soportar el asedio y que la diferencia no fuera mayor. Valentía para armarse y de repente en un contragolpe asustar, por lo menos y corazón para salir, hasta con un gesto de sobriedad, de tranquilidad de un estadio que no festejó “ a lo loco”, tipo brasileño, porque no tuvo ningún porqué.
Racing, ese “Yuyito” (nombre desde que se creó el club) mostró que es posible, que los Contreras, Brasesco, Hernández, Pallas, Tejera, Vega, el Vasquito Ostolaza, Flores, Mirabaje, Cauteruccio, Quiñones, Keosseián, López, Barrientos y el Ingeniero Verzeri existen y dejaron un ejemplo de temple y vergüenza en Pacaembú. Algo inesperado para un benjamín, para un debutante absoluto en estas lides internacionales.
Pero se pudo y se puede.
NO SE APAGA LA LLAMA
Todo importa, claro. Lo que aquí pase, pero así sea un saldo negativo, hay algo en el futbolista uruguayo, netamente criollo, que lo destaca, que surge y lo demuestra “por las que duelen” y en el exterior y ante un grande de verdad.
Esa experiencia de clase y jerarquía a Racing no se la saca nadie. La ganó, a pesar de caer, por corajudo y metedor. Por capaz y técnico. Por no entregarse y saber conducirse sin importarle la fama del adversario.
Eso es propio de aquellos uruguayos ganadores de todo, como los “nacionales y peñaroles” y ya veo que no se apaga la llama de la calidad y clase del futbolista uruguayo.
EL “BOTIJA RACING EN LA ESTACION TOTAL …”
Y bueno Ingeniero, será cuestión de ajustar el “teodolito” para llevar a este “Botija Racing” a una “Estación Total”, ese elemento que usted conoce bien y que es la última palabra en su profesión. Viene a ser un aparato sofisticado de medición de última generación.
Pero eso será otro capítulo de la obra. Lo que se empezó a construir en Brasil, ante fenómenos como los Ronaldo, Roberto Carlos, Chicao, Elías y demás, es altamente positivo y alentador.
Una presentación que dignificó al fútbol uruguayo.