Escribe JORGE CROSA
Mientras aquí iniciamos las acciones del Clausura, el Mundial ya está en movimiento desde hace mucho tiempo.
Un mundial es todo. Es la presencia hoy, como lo fue, de observar para los celestes, el lugar de concentración, las condiciones para trabajar y el no descuidar detalle alguno, es tarea de todos los vinculados al grupo oriental.
Es momento de marketing. De mostrarse. De sonreír para la prensa. Por ejemplo, la presencia de nuestros representantes fue bien vista por los organizadores y son puntos a favor. Ahora le tocó el turno a Maradona. Dueño de una personalidad fuera de lo normal, Diego, ya sentenció sobre la seguridad del evento que será de primer orden. Remó a favor de los sudafricanos. Son detalles. Declaraciones complacientes que ayudan a la hora de tener a la gente local a favor.
En el caso celeste, por afuera de lo que es fútbol, hay que realizar un especial trabajo social. De acercamiento, de buena voluntad en donde se esté, como para que nos conozcan, que somos lo que mostramos. Gente bien.
Nos topamos, de entrada nomás, con Francia, luego Sudáfrica y al cierre, México. Ya vimos las impresiones de los nuestros. Para Forlán “hay que disfrutarlo”, para Lugano, “serán bravos todos”. “Complicado y posible”, nos alentó al cierre de su impresión.
Nada será fácil, queda claro. De allí que todo lo que desde ya se haga en Sudáfrica, con presencia, con la estructura que se precisa, estar en todos los pequeños toques de distinción para la selección, ninguno estará demás.
130 y pico de días y la pelota será la protagonista. Todo lo que se haga, lo que se proponga, tiene que estar vinculado con el bienestar de los jugadores.
Sólo será posible tener un buen mundial, si se hacen los trabajos previos a conciencia y con profesionalismo.
Que nada entorpezca el camino. Esto ya se está jugando. En los escritorios, en los mails, en las comunicaciones, en el seguimiento de los futuros mundialistas, su juego actual, sus rendimientos, sus informes personales, las conversaciones del cuerpo técnico con los actores, todo será fundamental para ir construyendo un teatro de operaciones digno y responsable.
Que nada nos sorprenda. Que no sea por falta de previsión el asunto. Es momento de un trabajo silencioso y acaso de poca prensa. Porque es momento de una plataforma sustentable que nos aporte seguridad y tranquilidad. Esta tarea vale tanto o más de la que se haga en el momento del silbato inicial.
Que la angustia de la clasificación se transforme en potencia, en juego ganador y que aparezcan los talentos, que todos sabemos, tenemos.