Parece que ésta es la “fórmula” que le han encontrado los dirigentes al tema de jugar o no jugar en la altura al fútbol. Mire que fácil era y todo el tiempo que llevó encontrar la solución, ¿no? …
Escribe Jorge Crosa
2.500 metros menos 3 días= 0
Ultima ecuación de la FIFA. Matématica moderna. Adaptable al fútbol.
¿Quién lo decidió, quién dijo que para jugar a 2.500 metros de altura hay que tener un período de adaptación de tres días y ya está?
Así que 72 horas y listo. Pronto para jugar el que viene del llano a 2.500 metros. Muy bien.
¿Quién dijo que el fútbol a 2.750 metros de altura sobre el nivel del mar se puede practicar con total comodidad si se llega con una semana de antelación?
¿Una junta médica, un grupo de profesionales en el tema, quienes son? , queremos conocer los nombres de los responsables de tal decisión para saber a quien dirigirnos en caso de algunos inconvenientes que puedan producirse si se cumplen estas reglas y las mismas no den resultado.
¿Así que se tenía la solución del problema y se demoró tanto en decirlo? Entonces, ¿porqué los brasileños plantearon no jugar y les contestaron que lo hicieran o perdían los puntos?
En la Conmebol, nueve de diez países, dijeron “Está bien, Blatter”. Menos Brasil. ¿Sintomático, no?
Ahora el tema real y para estudiar seriamente es si ése es el tiempo de adaptación correcta, registrado por una junta médica para no acusar ningún problema con la altura. ¿ Si era tan senc illo, porqué no lo dijeron antes?
¿Porqué tantas y tantas selecciones, incluída la de Uruguay con Pasarella al frente estuvieron viviendo una temporada de 20 días en Bolivia? ¿Fue por si acaso, se pasaron de prevención?
¿Sabe lo que nos parece? Que aquí están tocando el arpa con los pies y suena lindo, pero no es lo normal. Respetar lo de Bolivia, la defensa de su tierra, de jugar en su casa, todo está bárbaro, pero alguien tiene que decirle, en algún momento que no es así. Que tiene su derecho, pero jugar en la altura compromete la salud de los visitantes y favorece al local. Esto es muy sencillo y ya está. No admite más discusiones. Se puede ser condescendiente pero no decir que está todo bien, cuando no es así. Y no sólo Bolivia, sino también, ciudades de Perú, Colombia y Ecuador.
La altura perjudica . Hay una enorme mayoría que lo dice y son médicos. Además, esta “elástica” o bien “a piacere” medida de la FIFA, de establecer que tres días antes para los 2.500 y una semana para los 2.750 ¿Quién la avala, quien la sostiene, que profesionales se responsabilizan de esta proyección?
De los 3.000 metros ni hablemos.
Lo que se debe entender de una buena vez que no se trata de un batalla política, sino de una lógica ventaja deportiva que tienen quienes viven a más de 2500 metros de altura y esta es una verdad irrefutable. Ahogos, arritmias, hipotensiones o hipertensiones, sensaciones de flojedad y mareos, sudoración calambres varios, todo eso se siente en la altura. Y esto es cierto.Está comprobado.
No se trata de una medida contra los países que tienen ciudades de más de 2.500 o más metros de altura. No es “contra” del lugareño. Es “a favor del” visitante. Eso es lo que se debe comprender.
No es contra ningún habitante, ni contra el sistema político, ni contra ningún americano de esos países.
Es por la protección del visitante, simplemente y porque no es lo mismos pegarle a la pelota, correr, volver, marcar y hacer todo lo que se trabaja en el fútbol, al mismo ritmo y a 2.500 metros sobre el nivel del mar, como si fuese en el Estadio Centenario o en el Monumental.
Esa es la verdad. No confundan patriótico con patriotero. Ni que se quiere ejercer el separatismo americano con estos países por los estadios con altura. Por favor.
De ninguna manera es así. Y tampoco la quieran hacer entender así.
Es simple. Es ventaja deportiva del local y nada más que eso.
Lo dicen todos los que han ido, los que jugaron, los que ahora, como los brasileños, no quieren hacerlo pero los pueden multar, por lo menos este año, el que viene, no sabemos, si es que se estudian mejor las cosas.
Pero como todo esto ya empezó así, quieren que termine de la misma manera.
Y esta mal. Muy mal. Faltan estudios reales, juntas médicas que estudien en profundidad el caso, hoy, eh, hoy, porque una vez ya se hizo y lo publicamos y nadie le hizo caso, porque tampoco parecía tan importante.
Pero es bien sencillito. Es una ventaja real desde el punto de vista físico. Nada más y nada menos que eso.
Y eso influye en el desarrollo y en el resultado de un juego de fútbol.
Y no se arregla con tres días o una semana. Lo deberían saber, a conciencia pura, los que mandan en el mundo de la pelota.
Como tampoco es un tema de naciones. Nada que ver con los pueblos americanos. Estamos unidos como siempre nuestros pueblos. Eso también se tiene que decir como corresponde.
Ventaja es la palabra. Costumbre es la otra.
Construyamos la frase: la ventaja es estar acostumbrado a jugar en la altura.
La pelota pica distinto, viaja más rápido, se respira diferente, es decir, se juega de otra manera.
No hay que buscarle más vuelta al asunto. Y que no se ofenda nadie, que esto no es nada discriminatorio, ni se trata de un impedimento a un pueblo para que disfrute del fútbol, ni nada invasivo, ni irrespetuoso.
Es un tema futbolístico que favorece claramente al local.