lunes, 17 de noviembre de 2008

LOS INTERESES CREADOS

Escribe JORGE CROSA

Observando el panorama que nos presenta a diario, el entorno del fútbol uruguayo, lo asociamos, sin dilaciones, con una obra del Premio Nobel de Literatura, el dramaturgo y escritor, Don Jacinto Benavente, en su obra Los Intereses creados.
¿Y por qué? Porque en esta singular pieza del consagrado español, los enredos, las falsas posiciones públicas, los engaños y los “arreglos” finales para que “todo quede bien” (aunque esté todo mal), guarda una similitud con hechos y acontecimientos del cotidiano mundo de la pelota oriental.
Cuando parece que todo se va a solucionar, no hay arreglo. Cuando no hay arreglo, hay problemas. Y cuando los problemas pueden arreglarse, esto no acontece.
Pero, al final, como sea, todos juntos, en un significativo abrazo porque llega el fin del año y hay que pasarla bien, ¡qué también! ( con todos los líos que uno ha tenido en el correr del mismo, faltaba más …)
Así son las cosas. Así parece que son las cosas. Tal cual la obra de Benavente, hay ciertos personajes que representan lo que no son, pero que no es conveniente dar a conocer la verdad de lo que realmente está pasando.
Más vale dejar que todo transcurra como va …
A los tumbos, sin el rumbo que se había fijado, a pesar de una seria advertencia de las autoridades preocupadas por la marcha del espectáculo de marras.
“Parece que funciona …”, dijera el autor español, “mire que a su obra la va a ver todo Madrid”, le dijeron …- Y sí, respondió Benavente, “pero de a uno “ ….
Esto quiere decir que el fútbol así como está “camina”, pero despacio y con bastón.
Los conflictos intestinos, la falta de seguridad asusta y aleja , la ausencia de jerarquía política y ejecutiva, hacen que todos digan lo que quieran y todos quieran tener razón.
En “Los intereses creados” pasa exactamente eso. Desde una falsa posición, se suceden toda clase de enredos, de problemas innecesarios, que después de hechos, no se pueden volver atrás.
Esto nos pasa. No hay marcha atrás. Hay que indicar y bien el camino de las soluciones, de las reglamentaciones correspondientes y ejecutar como corresponde.
Pues, lamentablemente, nada de esto sucede.
Eso sí, todo es criticable, pero nadie le encuentra la palabra justa, el término exacto, que aniquile todos los conflictos o por lo menos, los contrarreste.
Y todo es porque hay altos intereses creados. No es poca cosa.
Ejemplos sobran: se pensó en cambiar el sistema del campeonato, está en suspenso el fallo “in eternum” de Villa Española y Nacional, hay ideas para la convocatoria de los jugadores a la selección nacional, otras tantas para la realización de obras que le vendrían estupendo al fútbol nacional, una relación más profunda entre jugadores y dirigentes, arreglos definitivos para el inicio de los torneos “sin la soga al cuello”, el fatal tema de la violencia, la muerte sin control acecha, mire, un sinfín de innovaciones que mueren en los escritorios y en tediosas e ineficaces sesiones de todo tipo y no solamente en la AUF.
El deporte uruguayo no merece esto. Esta inacción es enervante y enferma.
Entonces, si estamos “hasta aquí” de planificaciones y no sale nada, es porque la mente creadora es ineficaz.
En el fútbol, en el basquetbol, en el deporte en general, pero como aquí de fútbol se trata, no hay otro remedio que cambiar el proceso, modificar las estructuras y darle paso a quienes, por consenso, formen un grupo laborioso con las ideas del 2008 hacia delante y no recurrir a los viejos expedientes, que un día fueron útiles, pero ya no.
Ese paso hay darlo. De lo contrario, quien conozca la obra de Benavente o quien no la haya leído, también se dará cuenta que los intereses creados, superan la marcha del fútbol, la traban, la entorpecen, porque de fantasías no se puede vivir, salvo que se crea, aún hoy, que existen los castillos en el aire, a lo Cortez.
Que no nos pase lo de Los Intereses Creados, que de tanto fantasear, no haya más remedio que admitir la mentira como si fuese verdad, o algo parecido.
O tengamos que presenciar el terrible final de un partido de fútbol, sea en la cancha que sea, con el riesgo de muerte, que no viene en la “letra chica” de una entrada.
Adjudicaciones de culpas no se escuchan. Soluciones no se ven. Lo que se ve y se vio no fue “de mentira”. Tampoco una fantasía. Es una realidad incontrolable.
¿ Serán tan fuertes Los Intereses Creados?

Esto ya lo escribió Jacinto Benavente hace un tiempito nomás, digamos un siglo y un año.


PD: Al cierre de nuestro editorial nos llega la noticia que el Ejecutivo decidió suspender el fútbol por tiempo indefinido.
Será, entonces, momento para reflexionar, para replantearse qué es lo que se puede y se debe hacer en este tema, que ya desbordó la línea,ya no tan fina, de la racionalidad.
Se han perdido todos los valores, esto que quede bien claro.
No es de hoy, ni empezó ayer. La escalada de violencia es un síndrome que enferma a la sociedad toda y la descarga, como está visto, la locura estalla en los campos de fútbol, como forma de venganza, de impotencia hacia no se sabe qué cosa.
En estas condiciones, bajo estas circunstancias apoyamos la medida de la AUF, en su totalidad, para que nos pongamos, todos, a trabajar en búsqueda de reglamentaciones que liquiden, definitivamente, este barbarismo social que impide, desde este momento, la práctica del fútbol profesional.
Hace algún tiempo, la FIFA, ante los gravísimos hechos que realizaban los famosos hinchas ingleses “hooligans”, suspendió por cinco años de toda competición internacional a la misma Inglaterra.
Bueno, éste es un ejemplo y un recuerdo que cobra una vigencia absoluta en este insoportable y peligroso ambiente del fútbol uruguayo, juegue donde se juegue.

NO VA MAS.

A pensar y trabajar para la reconstrucción de algo que está liquidado en estas condiciones, como lo es, tratar de ir al fútbol sin temor, o con niños o con quien quiera disfrutar de un espectáculo.
Llegó el final. Lo buscaron y lo encontraron.
Y como esto “es por plata” (ya pocos le ponen el corazón), sanciones disciplinarias nacionales e internacionales, pueden comenzar ya a redactarse, a modo de prólogo.
Como para que vayan viendo hasta donde puede “autoeliminarse” un país futbolístico, por obra y gracia de los violentos de siempre, de la “combinada” alcohol-droga y lo que se le quiera agregar.
Es cierto, no hay mal que dure cien años … ni cuerpo que lo resista.
Así como está, esto se terminó. Volverá otro fútbol. Otra manera de concurrir al fútbol.
De lo contrario, que no vuelva.
Y no creemos en las medidas “ad hoc”, para el momento, creemos en las sanciones definitivas.
Unica alternativa que tiene el fútbol para seguir su marcha.